Día 5 | Job capítulos 6-9
Es sorprendente las cosas que podemos encontrar en la Palabra de Dios con las que fácilmente podemos identificarnos, y el libro de Job nos ofrece una gran variedad de personajes. Y, si somos honestas, hemos estado en varias de esas posiciones, ya sea en el lugar de Job o en el lugar de sus amigos.
En los capítulos 6 y 7 vemos a Job responderle a Elifaz. Me impactan sobremanera sus respuestas, y aunque no nos dice mucho tal vez del tono de voz o su reacción, por sus palabras puedo pensar que era un hombre que mantenía la cordura en medio de todo. Job reconoce su situación, clama a su Dios, pero mantiene sus ojos donde deben de estar: en Dios. Job reconoce que solamente en Él puede encontrar descanso y que solo su Señor puede hacer que su petición sea concedida, pero a la vez reconoce que ha …
Es sorprendente las cosas que podemos encontrar en la Palabra de Dios con las que fácilmente podemos identificarnos, y el libro de Job nos ofrece una gran variedad de personajes. Y, si somos honestas, hemos estado en varias de esas posiciones, ya sea en el lugar de Job o en el lugar de sus amigos.
En los capítulos 6 y 7 vemos a Job responderle a Elifaz. Me impactan sobremanera sus respuestas, y aunque no nos dice mucho tal vez del tono de voz o su reacción, por sus palabras puedo pensar que era un hombre que mantenía la cordura en medio de todo. Job reconoce su situación, clama a su Dios, pero mantiene sus ojos donde deben de estar: en Dios. Job reconoce que solamente en Él puede encontrar descanso y que solo su Señor puede hacer que su petición sea concedida, pero a la vez reconoce que ha sido Dios quien consintió en aplastarlo (vv. 8-9).
En medio de su discurso, me llamó la atención el versículo 14: «Para el abatido, debe haber compasión de parte de su amigo». Compasión, algo tan raro en estos días, y es a lo que Job anima a sus amigos en ese momento. Algo muy importante a notar es que Job no está negando su dolor y su sufrimiento, no está buscando racionalizar o justificar; él lo que necesita en ese momento es compasión, ánimo y apoyo. Eso es una de las cosas que hace el sufrimiento, nos cambia de perspectiva, nos ayuda a mirar por encima del sol, nos recuerda nuestra condición.
Capítulo 8
Vemos ahora a Bildad iniciar su intervención. Recordemos que todos ellos están presentes, están escuchando la conversación entre Elifaz y Job. Bildad acaba de oír a Job pedir compasión y comprensión, pero él inicia de una manera más fuerte que Elifaz, es como si la situación fuera escalando de tono. Parece como si su amigo hubiera entendido de su respuesta anterior que él se presentaba como justo, y le asegura que Dios no rechaza al íntegro, animándolo a que deje de ser impetuoso y que entienda que sus hijos habían pecado (v. 4), de la misma manera que él, que no buscaba a Dios (vv. 6-7). Es como si hubiera entendido totalmente al revés lo que quizá Job había planteado al inicio.
Pero aun en medio de su manera tan cruda de hablarle a Job, podemos ver 3 verdades que nos presenta sobre el carácter de Dios:
- Dios no rechaza al íntegro (v. 20).
- Dios nos ofrece esperanza (v. 21).
- Dios es quien toma la venganza en Sus manos (v. 22).
Qué bueno es saber que en Cristo ya tenemos acceso libre al trono de la gracia, qué bueno que en la obra de la cCruz tú y yo tenemos perdón hoy y de esa forma sabemos cuál es nuestro refugio en medio de las pruebas.
Capítulo 9
Aquí vemos a un Job que, en su desesperación, y al ver que su situación no cambiaba, da respuesta a Bildad y hace una serie de declaraciones muy importantes sobre algunos de los atributos de Dios:
-
- Nadie puede ser justo delante de Dios. En los versículos 2-3 habla sobre quién puede ser justo delante de Dios o siquiera discutir con Él. Esto me recuerda a lo que Pablo nos dice en Romanos 3:10: «Como está escrito: “No hay justo, ni aún uno; no hay quien entienda, no hay quien busque a Dios. Todos se han desviado, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno». PERO, y así en mayúsculas, me alegra saber que a través de la obra de Cristo en la cruz hemos sido justificadas delante del Padre.
- La soberanía de Dios. Dios es quien dispone y gobierna aun a la naturaleza (v. 5). ¿Te da paz saber que Dios es soberano? ¿O te angustias llegando a dudar de Su bondad para contigo aun en medio del dolor?
- Su poder. ¿Cuántas veces nos acercamos a Dios en medio de nuestras pruebas exigiendo y a veces pensando que podemos decirle cómo hacer las cosas? Podemos «reconocer» Su poder siempre y cuando funcione a nuestro favor, pero cuando no es así, queremos torcerle el brazo a Dios (vv. 12, 13).
- Su justicia. Regresando a Romanos 3, ya sabemos que no podemos ser justas en nuestras propias fuerzas. Una y otra vez la Palabra de Dios nos recuerda que solo Él es justo, pero qué maravilloso es recordar la cruz cuando leemos versos como el 19 y 20, gracias a Dios que, debido a ese nuevo pacto, puedo acercarme sin temor a mi Padre celestial.
Para meditar:
- ¿Estás mostrando compasión a los demás o solamente estás mostrando la ley?
- ¿Cuántas veces nos llegamos a creer el Espíritu Santo de los demás e insistimos en que sabemos qué es lo que el otro debe hacer?
- Medita en estas preguntas y pide al Señor que te muestre si hay alguien a quien debes pedir perdón por no haber mostrado compasión.
«Dios no rechaza al íntegro, ni sostiene a los malhechores». - Job 8:20
*Ofertas disponibles solo durante la emisión de la temporada de podcast.
Únete a la conversación