Día 40 | Éxodo 30-32
El día de ayer vimos cómo Dios le da un listado exhaustivo a Moisés de cómo Aarón y sus descendientes debían llevar a cabo las ofrendas, incluyendo el procedimiento y las implicaciones si estas no se hacían de acuerdo a Sus instrucciones. Hoy iniciamos leyendo en el capítulo 30 algo interesante con respecto al altar del incienso. Algo que me llamó la atención es que vi varias veces la palabra extraño. Dios fue muy explícito en indicar que no debería haber nada extraño en las formas o incluso en los ingredientes que debían ser utilizados.
Estos capítulos me han hecho meditar más profundamente en Su santidad, en lo que implica venir delante de un Dios santo. Te invito a que este día meditemos en cómo nos debemos acercar a Dios. Aun la obra o servicio más insignificante o menos visible debe ser hecho en la forma que merece un Dios …
El día de ayer vimos cómo Dios le da un listado exhaustivo a Moisés de cómo Aarón y sus descendientes debían llevar a cabo las ofrendas, incluyendo el procedimiento y las implicaciones si estas no se hacían de acuerdo a Sus instrucciones. Hoy iniciamos leyendo en el capítulo 30 algo interesante con respecto al altar del incienso. Algo que me llamó la atención es que vi varias veces la palabra extraño. Dios fue muy explícito en indicar que no debería haber nada extraño en las formas o incluso en los ingredientes que debían ser utilizados.
Estos capítulos me han hecho meditar más profundamente en Su santidad, en lo que implica venir delante de un Dios santo. Te invito a que este día meditemos en cómo nos debemos acercar a Dios. Aun la obra o servicio más insignificante o menos visible debe ser hecho en la forma que merece un Dios santo. Nuestras vidas deben ser una ofrenda agradable a Él.
Luego pasamos al capítulo 31 y vemos que se mencionan dos personas: Bezaleel y Aholiab, dos artesanos. Y lo que le dice a Moisés es que ambos fueron no solamente escogidos, sino que fueron llenos del Espíritu de Dios con:
- Sabiduría
- Inteligencia
- Conocimiento en toda clase de arte
Estos hombres fueron dotados y escogidos por Dios para poder trabajar como artesanos y encargarse de todos los utensilios antes descritos, pero lo que más me llamó la atención es lo que vemos en estos versículos:
«Mira, Yo mismo he nombrado con él a Aholiab, hijo de Ahisamac, de la tribu de Dan. En el corazón de todos los que son hábiles he puesto habilidad a fin de que hagan todo lo que te he mandado» (v. 6).
«El Señor habló a Moisés y le dijo: “Habla, pues, tú a los israelitas y diles: ‘De cierto guardarán Mis días de reposo, porque esto es una señal entre Yo y ustedes por todas sus generaciones, a fin de que sepan que Yo soy el Señor que los santifico’”» (v. 13).
Dios es un Dios santo, Él no puede ser tratado igual a lo común, a lo normal, Él es extraordinario. No podemos pretender venir ante Su presencia de la forma que queramos ni mucho menos tratarlo como si fuera igual a nosotros.
Capítulo 32
Finalmente Dios ha terminado de darle la instrucción a Moisés, le ha entregado unas tablas escritas por Su mano y vemos a Moisés iniciar su descenso al pueblo a comunicarle todo lo que ha dicho el Señor. Luego de estar en la montaña viendo lo que Dios le decía a Moisés, hoy vemos la otra cara de la moneda. El pueblo de Israel, al igual que tú y yo, no supieron esperar en Dios y decidieron hacer las cosas a su manera.
«Cuando el pueblo vio que Moisés tardaba en bajar del monte, la gente se congregó alrededor de Aarón, y le dijeron: «Levántate, haznos un dios que vaya delante de nosotros. En cuanto a este Moisés, el hombre que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le haya acontecido» (v. 1).
Me sorprende ver como aun teniendo frente a sus ojos todo lo que había pasado en la montaña, el pueblo prefiere pedir que le hagan un dios, un becerro. Pero más allá de eso, llegar a decir: «Este es tu dios, Israel, que te ha sacado de la tierra de Egipto» (v. 4). ¿Cómo pudo ser esto posible?
Sí, sí lo es, así es nuestro corazón, perverso y engañoso. El pueblo se atrevió a atribuirles a esos dioses las proezas con las que Dios los sacó de la esclavitud, algo que hemos visto que Dios venía repitiendo una y otra vez, pero el pueblo prefirió volver a sus dioses e ignorar al verdadero Dios.
Es interesante que el mismo Aarón se haya prestado a oír al pueblo en lugar de mantenerse firme delante de Dios. Dios le dice a Moisés que regrese, ya que el pueblo se había corrompido, y en ese momento le dice que va a dejar que se encienda su ira, y vemos a Moisés intercediendo por el pueblo, por su pueblo, como le dice a Dios.
Y claro, al ver y conocer ahora lo que Dios ha dicho sobre Su santidad y cómo debe ser tratado, esta situación tuvo su consecuencia, y sobrevino el castigo al pueblo por haber cometido este gran pecado contra Dios.
Para meditar:
- A la luz de todo lo que estamos viendo en estos últimos capítulos, ¿crees que es correcto adorar a Dios a la ligera o de manera irreverente?
- ¿Te acuerdas cuándo fue la última vez que reaccionaste así? ¿Cuál fue la consecuencia de no haber esperado en Dios y hacer las cosas a tu manera?
- ¿Cómo puedes ver a Cristo a través del ejemplo de Moisés mediando entre el pueblo y Dios?
«Habla, pues, tú a los israelitas y diles: “De cierto guardarán Mis días de reposo, porque esto es una señal entre Yo y ustedes por todas sus generaciones, a fin de que sepan que Yo soy el Señor que los santifico”». - Éxodo 31:13
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