Día 364 | Apocalipsis 12 - 18
El sistema de este mundo y el juicio inminente
El día de ayer aprendimos sobre los diferentes juicios a través de la apertura del libro, de los sellos, el sonar de las trompetas, de los dos testigos que básicamente nos recuerda que Su Palabra es verdad, que nadie puede escapar de Sus juicios y que Su iglesia será guardada hasta que el Rey regrese por ella. Por eso, recordamos que no debemos temer, Dios nos anima en estos capítulos, y en los siguientes, a confiar que Él nos guarda, que Él nos ayuda y que Él tendrá la victoria final.
Hoy leemos cómo el sistema de este mundo persigue y desea engañar a la iglesia de Cristo, pero continuamos observando cómo las promesas de Dios son sí y amén en Cristo, quien ha vencido y ha lanzado fuera al Acusador de los hermanos.
Capítulo 12
Se presenta la señal de …
El sistema de este mundo y el juicio inminente
El día de ayer aprendimos sobre los diferentes juicios a través de la apertura del libro, de los sellos, el sonar de las trompetas, de los dos testigos que básicamente nos recuerda que Su Palabra es verdad, que nadie puede escapar de Sus juicios y que Su iglesia será guardada hasta que el Rey regrese por ella. Por eso, recordamos que no debemos temer, Dios nos anima en estos capítulos, y en los siguientes, a confiar que Él nos guarda, que Él nos ayuda y que Él tendrá la victoria final.
Hoy leemos cómo el sistema de este mundo persigue y desea engañar a la iglesia de Cristo, pero continuamos observando cómo las promesas de Dios son sí y amén en Cristo, quien ha vencido y ha lanzado fuera al Acusador de los hermanos.
Capítulo 12
Se presenta la señal de una mujer (la Iglesia) que da a luz a un hijo (Cristo), y un dragón (Satanás) que intenta devorarlo. La mujer escapa y el dragón es arrojado a la tierra. Juan está viendo el conflicto cósmico entre Satanás, los ángeles, la iglesia y el Hijo de Dios. Así como fue en el jardín del Edén y como fue para el pueblo de Israel en el Antiguo Testamento, Satanás continúa persiguiendo a la Iglesia de Cristo (v. 17). Así como Dios destruyó al ejército de Egipto en el Mar Rojo, así también destruye a los siervos de Satanás que atacan a la Iglesia. Satanás acusa a la Iglesia señalando su pecado (v. 10), pero como Cristo ya lo ha vencido, ya no nos puede acusar más; nunca más.
Este capítulo hace una remembranza sobre lo narrado en el capítulo tres, pero con más detalle sobre la derrota definitiva que la primera venida de Cristo representa para Satanás. De hecho, en Zacarías 3:1-3, encontramos una visión profética sobre esto: «Entonces me mostró al sumo sacerdote Josué, que estaba delante del ángel del SEÑOR; y Satanás estaba a su derecha para acusarlo. Y el ángel del SEÑOR dijo a Satanás: “El SEÑOR te reprenda, Satanás. Repréndate el SEÑOR que ha escogido a Jerusalén. ¿No es este un tizón arrebatado del fuego?”».
Así que, ¡gloria a Dios! Por Su obra fiel y perfecta en la vida, muerte y resurrección de Cristo. No tengamos temor a los planes de Satanás porque están bajo el señorío de Dios y ya no puede gobernarnos más. ¡Somos del Hijo, de Jesucristo el vencedor! Dios ha escogido y preparado para Sí un pueblo (la mujer), representado en el Antiguo Testamento como Israel (por las doce estrellas en su corona), del cual surge el Mesías (la Simiente, el Hijo), quien hace posible la salvación de la descendencia de la mujer a través de Su vida, muerte, resurrección y ascensión, por lo que ya no puede acusar al pueblo de Dios, es decir, a nosotras.
Capítulo 13
He aquí las dos bestias, una que emerge del mar, representando poderes políticos, y otra de la tierra representando la falsa religión, que obligan a la adoración del dragón. Su presentación apunta a una intensificación en el poder de estos personajes a una escala global justo antes de la segunda venida de Cristo. Estas dos bestias, junto con el dragón, forman una especie de trinidad satánica, una parodia del Dios trino que trata de imitar Sus obras, haciendo señales y milagros sobre las naciones al final de los tiempos. La segunda bestia será una influencia anticristiana que usa los poderes del Estado para perseguir a la Iglesia, pero su arma es su capacidad para engañar.
Así como los dos testigos que leímos ayer (reyes y sacerdotes, la Iglesia), también hay dos bestias, un falso profeta y un falso cristo rey que representan a los enemigos de Dios y se nutren del poder de Satanás, el dragón. Ellos han operado desde casi dos mil años ya, pues la descripción de la palabra «dragón o serpiente antigua» se remonta a los tiempos antiguos y se rectifica en el dicho de Apocalipsis 17:8 al referirse a la bestia que era (Ap. 12:9) y no es (porque está atado Ap. 20:2) y será (Ap. 20:3) y desatado para enfrentar su derrota final.
¿Qué buscan estos personajes demoníacos? Ser adorados. Estamos viviendo justamente lo que se describe, las leyes políticas persiguen los principios bíblicos, leyes pro aborto, aceptación del matrimonio entre personas del mismo sexo, desvinculación de la educación de los padres a sus hijos, etc. Toda creencia tiene presuposiciones religiosas que confían en algo o en alguien más y ponen su fe en sus postulados; así que, hoy estamos viendo como toda ideología quiere solidificarse como la nueva religión, y aquellos que no estén de acuerdo serán perseguidos. Otra vez, no debemos temer, porque Cristo ha vencido y nosotras con Él; por lo tanto, es un llamado a adornar nuestras vidas con la adoración que solo merece nuestro Dios único y verdadero. Nuestro sufrimiento y persecución son dignos de nuestro Señor.
Capítulo 14
Nos encontramos nuevamente con los 144,000, los redimidos por la sangre del Cordero, la Iglesia, (Ap. 5:9-10; 7:4) que habitan en la Nueva Jerusalén, en su triunfo en el monte Sión, que es un símbolo del Reino de Cristo. También nos encontramos con tres ángeles del evangelio y del juicio. El primer ángel representa el mensaje que la Iglesia debe predicar a toda nación. El segundo ángel representa el testimonio que la Iglesia da sobre este mundo, es decir, Babilonia, que caerá bajo el juicio de Dios por su idolatría. El tercer ángel representa el testimonio de la Iglesia acerca de la ira de Dios contra aquellos que pertenecen al mundo y adoran a sus ídolos.
La siega de la tierra o las dos siegas, es otra ilustración que al igual que los sellos y las trompetas, culminan en el Día del juicio. En la primera siega, Cristo aparece victoriosamente para gobernar para siempre sobre todas las naciones; es el día del Señor, tanto para los malvados como para los piadosos, como profetizó Joel (ver Joel 3:12-17). La segunda siega, esta vez de uvas, enfatiza que los malvados serán aplastados por la ira de Dios, a los que están fuera del pacto de Dios, fuera de la ciudad. Por último, la famosa marca en su frente son aquellos cuyas vidas son marcadas por la adoración a la bestia, por seguir sus enseñanzas y rendirse a sus leyes o buscando redención en ellas. La Biblia siempre ha hablado sobre el fruto bueno y el fruto malo que proceden de una vida de adoración al Señor o a otro señor. Así pues, somos llamadas a vivir confiadas en Cristo, cuya sangre nos ha redimido para siempre ¡Esa es nuestra señal!
Capítulo 15 - 16
La primera escena de adoración de los creyentes que han vencido a este mundo (Ap. 4:1-11). Los siete ángeles están listos para desplegar las siete plagas que representan los juicios finales de Dios porque en ellas se consuma la ira de Dios. Los juicios de Dios sobre los malvados harán que los justos lo alaben. Esto no proviene de un espíritu vengativo y sediento de sangre. Más bien, los piadosos ven la belleza de los atributos de Dios en Sus obras de juicio, y esto los lleva a adorarlo como lo hizo Moisés luego de ver el juicio de Dios sobre el pueblo de Egipto.
En el capítulo 16, las copas de la ira de Dios se derraman sobre los seguidores de la bestia y su reino, causando plagas y destrucción sobre la tierra. Lastimosamente, vemos la realidad de muchos que en vez de arrepentirse solo maldicen a Dios. Al igual que las trompetas, las copas están modeladas sobre la base de las plagas contra Egipto, pero las copas son más severas y su énfasis son los malvados. Sin embargo, causan devastación en las cuatro regiones principales de la creación: la tierra firme, el mar, el agua dulce y el cielo. Inclusive, estas imágenes de guerra aluden a la batalla entre Dios y Faraón (ver Éxodo 15:1-21). (Ver diagrama al final del devocional).
La palabra Armagedón, que en hebreo significa monte de Megido, era una ciudad clave situada en una importante ruta comercial entre los grandes reinos de Mesopotamia y Egipto, donde los ejércitos se reunían, apuntando a la batalla del gran Día. Entonces, la séptima copa termina con el juicio final. Recordemos que el número siete representa lo que está completo y perfecto, es decir, Su juicio es perfecto y está completo sobre los malvados. Por lo tanto, nuestra respuesta al leer estos juicios es tanto de adoración a Dios por Su justicia como de oración por los perdidos, porque aún Dios está llamando al arrepentimiento.
Capítulo 17 y 18
En estos dos capítulos se refiere a la gran Babilonia, a la ramera. Estos pasajes han tenido varias interpretaciones y aplicaciones. Sin embargo, lo que nos ayuda a comprenderlos es el paralelo entre las dos mujeres que son mencionadas en Apocalipsis 12 y 17. La mujer protegida por Dios: huye al desierto (12:6); madre del pueblo de Dios (12:17); esposa vestida de lino fino (19:7-8); es una ciudad (21:2). La mujer juzgada por Dios: juzgada en el desierto (17:3, 8); madre de las rameras (17:5); prostituta vestida de púrpura y escarlata (17:4); es una ciudad (17:5, 18).
En esencia, la gran ramera simboliza la corrupción y la apostasía que caracteriza los poderes demoníacos que imitan a Dios y Su reino. Estos capítulos nos dejan dos preguntas que son pertinentes: ¿cuáles son los poderes detrás de los enemigos de Dios? ¿Cómo operan?
El dragón tiene siete cabezas y diez cuernos (Ap. 12:3). El poder de la bestia viene del dragón, y la mujer obtiene su poder de la bestia, que también tiene siete cabezas y diez cuernos (Ap. 17:7). Las siete cabezas representan el poder absoluto hacia el final de esta era y los cuernos representan los reyes que tienen este poder. La inmoralidad sexual no solo está representada por el pecado sexual de la sociedad, sino por toda la idolatría y rebelión de las naciones contra Dios: está embriagada de su inmoralidad, pero su fin, aún vestida de piedras preciosas, es juicio y condenada por Dios.
En el capítulo 18, el resultado de su poder es arrogancia, la persecución malvada a la Iglesia, su seducción inmoral, su imitación para engañar y llevar a muchos a la apostasía, por eso será destruida. Dios pronuncia el juicio sobre Babilonia. El sistema seductor del mundo está simbolizado como una gran ciudad de la que el pueblo de Dios debe huir. El lanzamiento de una piedra en el mar simboliza la caída final del mundo en la destrucción, una imagen del pasaje de Éxodo 15:4-5. El orgullo del mundo, su economía y supuesta riqueza, la espiritualidad demoníaca, las hechicerías y violencia contra la iglesia serán juzgadas eternamente.
Para meditar:
Tres aplicaciones que podemos extraer de estos capítulos:
- Las buenas noticias del evangelio no solo se limitan a darnos entrada al cielo, también son buenas noticias sobre el poder de Satanás vencido en la cruz en la primera venida de Cristo. Sin embargo, aun este es príncipe de este mundo bajo la soberanía de Dios, quien ya ha declarado que no vencerá contra la Iglesia. Por lo tanto, nuestro deber, mientras esperamos la Segunda Venida de Cristo, es la misma del pueblo de Israel: pacientemente esperando, confiando, creyendo y aferrándose a las promesas de Dios mientras vivimos acorde a Su voluntad en nuestro peregrinaje. ¿Cómo esta verdad te ayuda cada día?
- En medio de la persecución, de las injusticias y los desastres naturales, puedes cantar y alabar al Señor. A veces parece que el mundo está ganando, pero la hija de Dios entendida en los tiempos sabe que todos los días son días para cantar al Señor y agradecer por Su obra y victoria, porque el día del juicio se acerca y para nosotras, es el día en el que veremos a nuestro Señor. ¿Estás cantando al Señor y dando gracias por Él y Su obra?
- No te dejes seducir por las enseñanzas engañosas de este mundo, ellas corren con el espíritu demoníaco que quiere mermar tu fe. No te entretengas ni te distraigas, sigue adelante porque solo los que han sido elegidos por Dios, los redimidos por el Cordero y llamados por el Espíritu, llaman éxito a su vida fiel al Señor. No envidies a los malvados, recuerda su fin y recuerda la esperanza que hay en el regreso de Cristo. ¿Estás viviendo para el gozo y plenitud verdadera en Cristo? ¿Estás meditando en Su Palabra y viviéndola?
Recuerda la señal de que eres de Él, es una vida de fruto de arrepentimiento y fe, de buenas obras y de fructificar donde Él te ha puesto; es una señal externa que procede de un nuevo corazón.
*Diagrama. Extraído del libro: Escatología Práctica de Nathan Díaz, editorial Poiema, 2022. 149.
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