Día 351 | Filipenses
Hoy corresponde leer la carta de Pablo escrita a los creyentes en Filipos, con ellos Pablo fundó una comunidad de creyentes en la provincia de Macedonia, siendo Lidia y su familia los primeros en escuchar el evangelio de Jesucristo por la boca de Pablo (ver Hechos 16:11–40).
Algunas características generales:
- Esta carta se redactó estando Pablo en la cárcel.
- Es conocida como la carta del gozo, pues aun en medio de sus padecimientos y aceptando que había tristeza y tribulación, Pablo se goza de que el propósito de Dios se cumpla, y anima a sus lectores a que se gocen en el Señor como él.
- Los receptores de la carta son muy amados por Pablo, podemos notar esto ya que en diversas ocasiones les llama «amados» y sus palabras hacia ellos son afectivas.
¿Para ti el vivir es Cristo?
En esta porción, la actitud de Pablo me confronta. Él no …
Hoy corresponde leer la carta de Pablo escrita a los creyentes en Filipos, con ellos Pablo fundó una comunidad de creyentes en la provincia de Macedonia, siendo Lidia y su familia los primeros en escuchar el evangelio de Jesucristo por la boca de Pablo (ver Hechos 16:11–40).
Algunas características generales:
- Esta carta se redactó estando Pablo en la cárcel.
- Es conocida como la carta del gozo, pues aun en medio de sus padecimientos y aceptando que había tristeza y tribulación, Pablo se goza de que el propósito de Dios se cumpla, y anima a sus lectores a que se gocen en el Señor como él.
- Los receptores de la carta son muy amados por Pablo, podemos notar esto ya que en diversas ocasiones les llama «amados» y sus palabras hacia ellos son afectivas.
¿Para ti el vivir es Cristo?
En esta porción, la actitud de Pablo me confronta. Él no buscaba cuidar su reputación ni guardar su propia vida. De hecho, él veía su muerte como una ventaja, pues así estaría con Cristo, pero a su vez entendía que si vivía, esto sería muy provechoso para los que seguirán escuchando su mensaje.
Él no veía su tiempo en la tierra como una oportunidad para desarrollarse y realizarse personalmente para ser alguien conocido por el mundo, entendía que en Cristo tenía un nuevo propósito y este era predicar el evangelio.
Cuántas veces he escuchado a creyentes orar para que Dios les dé más años de vida para lograr éxitos académicos y tener más tiempo de vida con su familia pero no se escucha de su deseo de crecer en el conocimiento de Cristo. Que el Señor nos ayude a desearle más y a vivir el llamado que como creyentes nos ha dado.
Amadas, seamos de un mismo espíritu, teniendo el sentir que hubo también en Cristo Jesús.
Al menos una ocasión en cada capítulo de esta carta, encontramos el llamado de Pablo a ser de un mismo Espíritu, con un mismo sentir.
«Un mismo Espíritu» (1:27)
«Sintiendo lo mismo… unánimes… sintiendo una misma cosa» (2:2)
«Sintamos una misma cosa» (3:16)
«Sean de un mismo sentir en el Señor» (4:2)
Inevitablemente con estas frases recuerdo lo que leímos en Hechos 4:32
«La congregación de los que creyeron era de un corazón y un alma. Ninguno decía ser suyo lo que poseía, sino que todas las cosas eran de propiedad común».
Como creyentes, tenemos un llamado a ser de un mismo espíritu como aquellos creyentes en el libro de Hechos. Esto tiene mucho sentido para mí cuando pienso en que como hija de Dios, tengo el Espíritu de Dios que habita en mí; y si tú también lo eres, tienes ese mismo espíritu, por lo tanto, podemos ser de un mismo sentir como nos enseña Pablo. Sin embargo, aún tenemos nuestra humanidad caída, y seguimos cometiendo errores y buscando nuestro bien personal antes que el del prójimo, y ese «mismo sentir» es lo último en lo que pensamos. Es aquí cuando vemos el mejor ejemplo que Pablo nos puede dar, a Jesús mismo:
«Haya, pues, en ustedes esta actitud que hubo también en Cristo Jesús, el cual, aunque existía en forma de Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse, sino que se despojó a Sí mismo tomando forma de siervo, haciéndose semejante a los hombres». –Filipenses 2:5-7
Hermana, Cristo se hizo siervo y vivió la vida perfecta que nosotros no podíamos. Ahora, Él nos ha dado Su vida. Colosenses 3:4 dice que Él es «nuestra vida». ¡Ya no vivimos nosotras! Por Cristo, nosotros podemos estar en un mismo sentir.
Más adelante en este pasaje de Filipenses 2 vemos cómo Timoteo y Epafrodito eran un ejemplo de personas que no vivían para sí mismos. Timoteo se interesaba por los filipenses y Epafrodito estuvo a punto de perder su vida por servir a Pablo.
¿Cuántas veces más es necesario que nos despojemos de nosotras mismas y tomemos la actitud de Cristo?
Recuerda: «Haya, pues, en ustedes esta actitud que hubo también en Cristo Jesús».
Entonces, ¿cuál es tu meta?
En el capítulo 3, Pablo nos presenta sus credenciales. Él tenía mucho de qué jactarse en la carne, pero al ir conociendo más y más al Señor, se dio cuenta de que este impecable currículum no valía nada. Prefería perder esta reputación a fin de poder conocer a su Señor.
¿Qué atesoras en tu corazón? ¿Tu carrera, familia, hijos, experiencia, posesiones, valores morales, autoestima, reputación? ¿Está siendo algo más importante en tu vida que conocer a Cristo?
Que esta sea nuestra oración hoy mientras buscamos poner nuestros ojos en lo eterno: «¿Cómo puedo conocer todos los pecados escondidos en mi corazón? Límpiame de estas faltas ocultas» (Salmo 19:12).
Gocémonos siempre en el Señor
¿Notaste cuantas veces se usa la palabra «gozo» o «regocijo» en diferentes formas aplicadas en estos 4 capítulos? Yo noté 15 ocasiones.
Este dato me parece muy intencional de parte de Pablo. No creo que haya usado esta palabra solo porque no tenía otra que usar, sino porque realmente su gozo, aun en medio de sus circunstancias (encarcelado), estaba en el Señor.
¿Has tenido alguna circunstancia difícil en este año? Creo que todas hemos pasado por algo, y relaciono el ánimo de Pablo a estar con gozo ante circunstancias adversas con las palabras de Santiago y Pedro:
«Tengan por sumo gozo, hermanos míos, cuando se hallen en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de su fe produce paciencia, y que la paciencia tenga su perfecto resultado, para que sean perfectos y completos, sin que nada les falte». –Santiago 1:2-4
«Mediante la fe ustedes son protegidos por el poder de Dios, para la salvación que está preparada para ser revelada en el último tiempo. En lo cual ustedes se regocijan grandemente, aunque ahora, por un poco de tiempo si es necesario, sean afligidos con diversas pruebas, para que la prueba de la fe de ustedes, más preciosa que el oro que perece, aunque probado por fuego, sea hallada que da como resultado alabanza, gloria y honor en la revelación de Jesucristo».
–1 Pedro 1:5-7
Recuerda una situación difícil que hayas atravesado este año: ¿cuál fue la actitud que tomaste? ¿Hubo queja y reproche o gozo? Vuelve estos pasajes una oración para que el Espíritu de Dios te llene de gozo constantemente.
Para meditar:
- ¿Hay alguien que el Señor trae a tu mente con quien últimamente no has tenido el mismo sentir (siendo creyentes) y esto sea algo que el Señor te está llamando a corregir?
- ¿Cómo cambia tu perspectiva al ver que la Biblia nos llama a vivir con gozo ante cualquier circunstancia? ¿Hay alguna situación que estés atravesando actualmente y la estés atravesando con queja? ¿Pudieras dar gracias al Señor por esa situación y cambiar tu queja en acción de gracias y gozo?
«Haya, pues, en ustedes esta actitud que hubo también en Cristo Jesús, el cual, aunque existía en forma de Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse, sino que se despojó a Sí mismo tomando forma de siervo, haciéndose semejante a los hombres. Y hallándose en forma de hombre, se humilló Él mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también lo exaltó hasta lo sumo, y le confirió el nombre que es sobre todo nombre, para que al nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en el cielo, y en la tierra, y debajo de la tierra, y toda lengua confiese que Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre». –Filipenses 2:5–11
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