Día 350 | Efesios
Efesios es una de mis cartas favoritas por el cambio que produjo en mi vida y en mi comprensión de la salvación, y de la herencia que tenemos en Cristo. Me recuerda que, aunque estaba muerta en mis delitos y pecados, por la pura gracia y misericordia de Dios he recibido vida en Él y a través de Él.
La carta a los Efesios es una de las cartas de la prisión de Pablo, escrita durante su encarcelamiento en Roma, probablemente alrededor del año 60-62 d.C. Junto con Colosenses y Filemón, la carta de Efesios comparte temas similares, como la unidad en Cristo y la supremacía de Su obra redentora. D.A. Carson menciona que es probable que estas tres cartas fueron escritas y enviadas juntas, ya que Tíquico y Onésimo, mencionados en Colosenses y Filemón, fueron los portadores. Efesios, sin embargo, tiene un enfoque más general, sin responder a …
Efesios es una de mis cartas favoritas por el cambio que produjo en mi vida y en mi comprensión de la salvación, y de la herencia que tenemos en Cristo. Me recuerda que, aunque estaba muerta en mis delitos y pecados, por la pura gracia y misericordia de Dios he recibido vida en Él y a través de Él.
La carta a los Efesios es una de las cartas de la prisión de Pablo, escrita durante su encarcelamiento en Roma, probablemente alrededor del año 60-62 d.C. Junto con Colosenses y Filemón, la carta de Efesios comparte temas similares, como la unidad en Cristo y la supremacía de Su obra redentora. D.A. Carson menciona que es probable que estas tres cartas fueron escritas y enviadas juntas, ya que Tíquico y Onésimo, mencionados en Colosenses y Filemón, fueron los portadores. Efesios, sin embargo, tiene un enfoque más general, sin responder a problemas específicos como Colosenses, lo que sugiere que fue destinada a ser una carta circular para las iglesias de la región de Asia Menor.
Capítulo 1
Pablo inicia saludando, como siempre, e identificándose como apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios. Su saludo característico de «gracia y paz» nos recuerda la obra de Dios a nuestro favor: la gracia, que nos trae la salvación, y la paz, el estado del alma reconciliada con Dios.
Este capítulo es un maravilloso recordatorio de las bendiciones espirituales que tenemos en Cristo:
- Dios nos ha bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestiales.
- Nos escogió en Cristo antes de la fundación del mundo.
- Nos predestinó en amor para ser adoptados como hijos.
- Nos ha dado redención mediante Su sangre y el perdón de nuestros pecados.
- Nos ha hecho conocer el misterio de Su voluntad.
- Nos selló con el Espíritu Santo, que es la garantía de nuestra herencia.
Es maravilloso ver las cosas desde la perspectiva correcta. Aquí vemos a nuestro gran Dios obrando algo que ninguna de nosotras pudiéramos haber logrado por nuestros propios méritos. Qué bueno es poder descansar en estas verdades cuando la duda quiere anidarse en mi corazón. Qué bueno es saber que fui adoptada, predestinada y redimida.
Capítulo 2
Pablo nos recuerda nuestra antigua condición: estábamos muertos en nuestros delitos y pecados, siguiendo los caminos del mundo, pero Dios, en Su inmensa misericordia, nos dio vida juntamente con Cristo. Este es uno de los pasajes más poderosos que nos explica que la salvación es por gracia.
Esto nos humilla y nos coloca en la perspectiva correcta. Es importante recordar de dónde Dios nos sacó, no para continuar sintiendo culpa por los pecados del pasado (ya Cristo pagó por ellos), sino para que atesoremos el regalo que hemos recibido; para que mostremos gracia a los demás y recordemos que cuando éramos enemigos de Dios, Él «nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia ustedes han sido salvados)». No había nada bueno en nosotros y es allí justamente donde Él nos intercepta y nos salva:
«Porque por gracia ustedes han sido salvados por medio de la fe; y esto no procede de ustedes, sino que es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe» (Ef. 2:8-9).
Más adelante, Pablo enfatiza la unidad en Cristo entre judíos y gentiles. El muro de separación ha sido derribado y ambos son reconciliados en la cruz. Este llamado a la paz y la unidad es tan relevante hoy como lo fue entonces. La iglesia debe vivir en armonía, superando las barreras que nos dividen.
«Porque Él mismo es nuestra paz, y de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación» (Ef. 2:14).
Capítulo 3
Pablo explica su ministerio a los gentiles y el misterio revelado de que ahora, en Cristo, los gentiles también son coherederos de la promesa. Luego comparte su oración por los efesios, deseando que ellos experimenten la inmensidad del amor de Cristo:
«Que ustedes sean capaces de comprender... cuál es la anchura, la longitud, la altura y la profundidad, y de conocer el amor de Cristo que sobrepasa todo conocimiento» (Ef. 3:18-19).
El capítulo 3 termina con el título de «doxología», una palabra utilizada para referirse a una expresión de una alabanza a Dios para manifestar Su naturaleza infinita. Qué mejor forma de terminar un capítulo que apuntando a la belleza de nuestro Señor, quien es capaz de hacer más allá de lo que podemos pedir o imaginar.
«Y a Aquel que es poderoso para hacer todo mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos... a Él sea la gloria» (Ef. 3:20-21).
En los capítulos 4-6, Pablo pasa de la teología a la práctica, instruyendo cómo debe ser la vida cristiana tanto a nivel individual como comunitario. Aquí es donde nos muestra cómo vivir de acuerdo con nuestra nueva identidad en Cristo.
Capítulo 4
Pablo nos llama a vivir de manera digna de nuestra vocación como cristianas. Nos insta a:
- Vivir con humildad.
- Vivir con mansedumbre.
- Vivir con paciencia.
- Soportarnos unos a otros en amor.
- Esforzarnos por preservar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz.
Como cristianas, somos embajadoras de Cristo. Esto implica que nuestra forma de vivir debe reflejar a Aquel a quien representamos. Cada uno de estos llamados es un imperativo: no son opcionales. Pablo recalca la importancia de la unidad en el Espíritu, mencionando un solo Señor, un solo cuerpo, una sola fe y un solo bautismo.
Carson subraya que esta unidad no significa uniformidad. Ojo: no estamos hablando de ser una copia o un molde de galletas, o que todas ahora debemos lucir iguales. Pablo también elogió las diferencias, Dios nos creó diferentes, pero enfatiza que todas estas diferencias deben estar subordinadas a la unidad en el Espíritu. Dios nos ha dado una diversidad de dones, y al reconocer esto, evitamos la envidia y el orgullo dentro de la iglesia.
Cuando vivimos en unidad, esto demuestra que hemos alcanzado una mayor madurez espiritual y nos ayuda a resistir falsas doctrinas: «Entonces ya no seremos niños, sacudidos por las olas y llevados de aquí para allá por todo viento de doctrina» (Ef. 4:14).
Capítulo 5
Este capítulo es conocido por su enseñanza sobre el matrimonio, pero va mucho más allá. Habla del gran misterio de la unión entre Cristo y Su iglesia, reflejada en la relación matrimonial. Pablo instruye sobre los deberes entre esposos, padres e hijos, y entre amos y siervos. Es una representación del amor sacrificial y la sumisión mutua que debe existir en todas nuestras relaciones.
Me encanta meditar en que cuando Dios pensó en una metáfora para representar Su relación con Su iglesia lo hiciera con el matrimonio. Eso nos lleva a entender que la principal razón del matrimonio apunta a un propósito mayor; apuntar a su amor por Su iglesia. Es por esa razón que es tan importante para aquellas que estamos casadas entender que no se trata de nosotras, sino de que reflejemos de una manera correcta esta relación que nos trasciende a nosotras mismas.
Esta enseñanza nos recuerda que nuestro comportamiento dentro del matrimonio y las demás relaciones debe reflejar el amor y la sumisión a Cristo.
Además, Pablo describe a la iglesia en seis figuras diferentes a lo largo de Efesios: cuerpo (1:23), edificio o templo (2:21), misterio (3:4), nuevo hombre (4:13), novia (5:27), y soldado (6:12). Todas estas imágenes apuntan a la gloria de Dios y al propósito final de la iglesia de reflejar Su carácter.
Capítulo 6
El capítulo 6 es donde Pablo introduce la armadura de Dios, un poderoso recurso espiritual para enfrentar los ataques del enemigo. Después de hablarnos de la gracia, la paz y la unidad en Cristo, Pablo nos recuerda que estamos en una lucha espiritual. Nos enfrentamos a «huestes de maldad», pero no estamos desamparados. Dios nos ha equipado con lo necesario para resistir:
- El cinturón de la verdad.
- La coraza de justicia.
- El calzado del evangelio de la paz.
- El escudo de la fe.
- El yelmo de la salvación.
- La espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios.
Pablo identifica el verdadero enemigo de la iglesia: no son las tradiciones, ni la circuncisión, ni los judíos, ni gentiles, ni libres, ni esclavos, ni hombre ni mujer; el enemigo es Satanás y sus huestes de maldad. Pablo no dice que hay que ir a pelear contra él, ni física ni espiritualmente, es un llamado a resistirlo en el poder de Dios. El versículo 11 habla de sus asechanzas, por eso debemos estar alertas, por eso es importante la armadura, entre ellas la Palabra de Dios. El conocer Su palabra es lo que nos va a ayudar a desenmascarar esas asechanzas, sus mentiras. Nos recuerda que aunque él tiene influencia no tiene el poder que tiene el Dios altísimo.
Nuestro llamado no es a luchar con nuestras propias fuerzas, sino a permanecer firmes en la victoria que Cristo ya ha ganado en la cruz. La armadura de Dios nos recuerda que debemos permanecer arraigadas en Su Palabra y depender de Su fuerza para resistir las tentaciones y ataques del enemigo.
La carta a los efesios nos muestra la grandeza de la obra de Cristo y cómo vivir a la luz de esa realidad. Desde nuestra posición en los lugares celestiales con Cristo, hasta las instrucciones prácticas de cómo vivir como una iglesia unida, Efesios nos llama a vivir con gratitud, humildad y dependencia total en el poder de Dios. Que podamos aplicar estas enseñanzas en nuestras vidas, buscando siempre la gloria de Dios en todo lo que hacemos.
Para meditar:
- ¿Cómo estoy viviendo de manera digna de la vocación que he recibido en Cristo, reflejando humildad, paciencia y amor en mis relaciones dentro del cuerpo de Cristo?
- Reflexiona sobre las áreas en las que puedes trabajar más para promover la unidad y la paz en tu comunidad cristiana, recordando que eres una embajadora de Cristo.
- ¿Estoy confiando plenamente en la armadura de Dios para resistir las asechanzas del enemigo, arraigada en Su Palabra y fortalecida por Su poder?
Recurso recomendado:
«De este modo, la infinita sabiduría de Dios puede ser dada a conocer ahora por medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales, conforme al propósito eterno que llevó a cabo en Cristo Jesús nuestro Señor, en quien tenemos libertad y acceso a Dios con confianza por medio de la fe en Él». -Efesios 3:10-12
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