Día 345 | Romanos 14-16
Hoy concluimos nuestra lectura de la Epístola a los Romanos. A partir del capítulo 14, Pablo aborda un problema que había surgido en la iglesia de Roma: vivir en comunidad no es fácil, y en la iglesia, que funciona como una familia espiritual, los desacuerdos son inevitables. Como en cualquier familia, estos desacuerdos pueden ser desafiantes. Sin embargo, cuando esta familia está compuesta por creyentes, la Palabra de Dios ofrece la salida para cada dificultad, y cuando esa salida es difícil de encontrar, Dios da la gracia para sobrellevarla.
En esta comunidad de creyentes existían desacuerdos entre los fuertes en la fe y los débiles. Ante esta situación, Pablo busca una solución bíblica y da las directrices pertinentes para resolver estos conflictos. Lo primero que hace es exhortar a los creyentes fuertes a aceptar a los débiles, recordando que la ley del amor debe regir sus relaciones. Es importante destacar …
Hoy concluimos nuestra lectura de la Epístola a los Romanos. A partir del capítulo 14, Pablo aborda un problema que había surgido en la iglesia de Roma: vivir en comunidad no es fácil, y en la iglesia, que funciona como una familia espiritual, los desacuerdos son inevitables. Como en cualquier familia, estos desacuerdos pueden ser desafiantes. Sin embargo, cuando esta familia está compuesta por creyentes, la Palabra de Dios ofrece la salida para cada dificultad, y cuando esa salida es difícil de encontrar, Dios da la gracia para sobrellevarla.
En esta comunidad de creyentes existían desacuerdos entre los fuertes en la fe y los débiles. Ante esta situación, Pablo busca una solución bíblica y da las directrices pertinentes para resolver estos conflictos. Lo primero que hace es exhortar a los creyentes fuertes a aceptar a los débiles, recordando que la ley del amor debe regir sus relaciones. Es importante destacar que la iglesia de Roma estaba compuesta por gentiles y judíos. Los gentiles maduros en la fe disfrutaban de su libertad cristiana, mientras que los judíos, debido a su trasfondo religioso, tenían dificultades con temas como la carne sacrificada a los ídolos, los ayunos, las ceremonias y la observancia del sábado.
D.A. Carson señala que estos desacuerdos no eran sobre asuntos doctrinales esenciales, sino sobre áreas secundarias o «grises» del evangelio que dependían de la conciencia individual. Esto se refleja en las tensiones entre la libertad cristiana y las tradiciones judías. Así que, ¿cómo debían abordar estas diferencias que dividían a la iglesia en Roma y que, lamentablemente, también dividen hoy a muchos creyentes?
Pablo ofrece varias soluciones prácticas:
- No juzgar ni menospreciar a quienes piensan diferente en estos temas secundarios.
- Recordar que cada creyente vive su fe según su conciencia, y responde directamente a Dios.
- Reconocer que Cristo murió y resucitó no solo para salvarnos, sino para ser Señor de nuestra vida y nuestra muerte.
- Recordar que cada una de nosotras, dará cuenta de sí misma ante el tribunal de Cristo.
- Evitar que nuestra libertad cristiana cause tropiezo a los más débiles en la fe.
- Tener presente que el reino de Dios no se basa en lo que comemos o bebemos, sino en justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.
- Procurar siempre lo que contribuye a la paz y a la edificación de la comunidad.
- Hacer todo con convicción y fe, evitando aquello que pueda generar dudas o llevarnos a pecar.
El capítulo 15 continúa con el tema de la unidad, y es la conclusión del contenido doctrinal de la epístola. Pablo insta a los fuertes a que no se agraden a sí mismos, sino que soporten las debilidades de los débiles, tal como Cristo lo hizo por todos nosotros.
Pablo también destaca que todo lo escrito en el Antiguo Testamento fue para nuestra enseñanza, para que a través de la paciencia y el consuelo de las Escrituras podamos tener esperanza. Cuando ambos grupos, fuertes y débiles, practican estos principios, se crea una unidad que glorifica a Dios.
En los versículos 8-13, Pablo muestra cómo Cristo, la raíz de Isaí, vino primero a los judíos para confirmar las promesas hechas a los patriarcas, y luego extendió la salvación a los gentiles. Carson destaca que esta referencia a la inclusión de los gentiles no es solo una expansión del plan redentor de Dios, sino también una confirmación de Su fidelidad a las promesas del Antiguo Testamento.
Al considerar cómo Dios ha obrado en el pasado, cómo obra en el presente y cómo seguirá obrando en el futuro, el creyente debería experimentar gozo, paz y una abundancia de esperanza, sabiendo que todo está bajo el plan soberano de Dios. Carson sugiere que este énfasis en la esperanza no es solo un sentimiento optimista, sino una confianza activa en la obra redentora de Cristo, que da sentido y propósito a nuestra vida diaria.
En el capítulo 16, Pablo envía saludos personales a varios miembros de la iglesia en Roma, reconociendo sus esfuerzos en la obra de Dios. Menciona a varias mujeres, destacando su importante papel en el ministerio. Carson señala que, aunque Pablo es a veces criticado por sus enseñanzas sobre el papel de las mujeres, estos saludos muestran su aprecio y respeto por las mujeres que servían fielmente en la iglesia.
Febe, Priscila, María y otras mujeres son descritas como siervas diligentes, trabajadoras y colaboradoras en el evangelio. Esta lista refleja no solo el espíritu comunitario de la iglesia primitiva, sino también el profundo reconocimiento de Pablo hacia aquellos que, aunque no siempre prominentes, contribuyeron significativamente al reino de Dios. Carson apunta que estos saludos también son un ejemplo para nosotros de valorar el servicio fiel y desinteresado de todos los miembros de la iglesia.
Finalmente, Pablo concluye con una advertencia a la iglesia sobre los falsos maestros que causan divisiones y enseñan doctrinas contrarias al evangelio. Aunque los creyentes en Roma eran obedientes y sabios, debían estar alertas contra aquellos que intentaban desviar a los ingenuos. Carson sugiere que este recordatorio es una advertencia aplicable para toda la iglesia en todo tiempo, ya que las falsas enseñanzas siempre han sido una amenaza para la unidad y la pureza del evangelio.
La epístola termina con una doxología que exalta a Dios como el único sabio y poderoso, capaz de fortalecer a los creyentes conforme al evangelio de Jesucristo. El misterio que había estado oculto durante siglos fue revelado a través de Cristo, y ahora tanto judíos como gentiles tienen acceso a la salvación.
Para meditar:
Al leer estos capítulos, podemos preguntarnos: ¿Cómo uso yo mi libertad cristiana? ¿Hay algún rasgo de legalismo en mi vida? ¿Estoy dispuesta a soportar las debilidades de otros como Cristo soportó las mías? Carson subraya que el verdadero amor cristiano implica no solo tolerar las diferencias, sino buscar activamente la edificación y el bienestar espiritual de nuestros hermanos en la fe.
Que nuestras vidas, como Pablo enseña, reflejen este amor sacrificial, buscando siempre la unidad, la paz y la edificación de la comunidad, para que juntos glorifiquemos a Dios, quien es digno de toda alabanza.
«Así que, nosotros los que somos fuertes, debemos sobrellevar las flaquezas de los débiles y no agradarnos a nosotros mismos». -Romanos 15:1
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