Día 332 | Hechos 18 - 19
Pablo continúa en su segundo viaje misionero acompañado de Silas y Timoteo. Viajan a Corinto, Siria, Éfeso y Jerusalén. Desde allí vuelve a salir en su tercer viaje para fortalecer a las iglesias (puedes ver el mapa en la transcripción de este pódcast). De acuerdo a la dirección del Espíritu Santo, permanece en las diferentes ciudades días, semanas o hasta años.
¿Dos tipos de bautismo?
De acuerdo a la narración de Aquila, Priscila y Apolos, y la pregunta que le hiciera Pablo a los discípulos de Éfeso, parecería que hay dos tipos de bautismo:
- Bautismo con agua (el que hacía Juan el Bautista para arrepentimiento)
- Bautismo del Espíritu Santo
En el caso de Apolos, parecía ser muy instruido en las Escrituras y era un maestro bueno y fervoroso, pero tenía áreas débiles. Quizás ignoraba acerca de la resurrección de Jesús.
En el caso de los discípulos de Éfeso, aparentemente habían …
Pablo continúa en su segundo viaje misionero acompañado de Silas y Timoteo. Viajan a Corinto, Siria, Éfeso y Jerusalén. Desde allí vuelve a salir en su tercer viaje para fortalecer a las iglesias (puedes ver el mapa en la transcripción de este pódcast). De acuerdo a la dirección del Espíritu Santo, permanece en las diferentes ciudades días, semanas o hasta años.
¿Dos tipos de bautismo?
De acuerdo a la narración de Aquila, Priscila y Apolos, y la pregunta que le hiciera Pablo a los discípulos de Éfeso, parecería que hay dos tipos de bautismo:
- Bautismo con agua (el que hacía Juan el Bautista para arrepentimiento)
- Bautismo del Espíritu Santo
En el caso de Apolos, parecía ser muy instruido en las Escrituras y era un maestro bueno y fervoroso, pero tenía áreas débiles. Quizás ignoraba acerca de la resurrección de Jesús.
En el caso de los discípulos de Éfeso, aparentemente habían «creído», pero ni siquiera habían oído hablar del Espíritu Santo. Quizás desconocían acerca de la vida, muerte y resurrección de Jesús y sus implicaciones. ¿Quiere esto decir que uno puede arrepentirse, creer y ser salvo sin recibir el Espíritu Santo?
Hay muchas posiciones e interpretaciones sobre este asunto y no pretendo adentrarme en ellas. Una cosa sabemos y es que el Espíritu Santo viene a morar en el creyente cuando este cree para salvación, y el bautismo es un único evento.
Entonces, ¿cómo interpretar o aplicar este concepto? Te invito a profundizar más en este tema, leyendo comentarios sólidos, pero aquí te dejo una posible aplicación de este principio para nosotras hoy:
Seguramente todas conocemos personas que dicen creer intelectualmente, saben que son pecadoras y creen en Cristo y en Su sacrificio; sin embargo, no vemos el poder del Espíritu Santo obrando en sus vidas, ni frutos que evidencien la salvación. Quizás estas personas no han nacido de nuevo y aún no son regeneradas. Ellas necesitan recibir el Espíritu Santo y creer para salvación.
Creo que a la luz de esta realidad, el llamado de Pablo para los Corintios es pertinente para nosotras hoy:
«Pónganse a prueba para ver si están en la fe. Examínese a sí mismos. ¿O no se reconocen a ustedes mismos de que Jesucristo está en ustedes, a menos de que en verdad no pasen la prueba?» (2 Cor. 13:5).
Si hay algo de lo que queremos estar seguras es de si realmente estamos en Cristo, si el Espíritu Santo está en nosotras y si viviremos eternamente con Él.
«El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios» (Ro. 8:16).
La luz dispersa las tinieblas
Hoy leímos que la iglesia se establece en Éfeso (hoy es Turquía). En esta ciudad se encontraba el templo de Artemisa (¡una de las siete maravillas de la antigüedad!) y, entre otros muchos dioses, allí se adoraba a la diosa Diana o Artemisa, una de las divinidades más reverenciadas de aquel lugar. Por otro lado, los judíos también llevaban a cabo exorcismos de demonios, algo que contrastaba con la actividad del Espíritu Santo a través de Pablo y que ellos no podían reproducir.
Los efesios estaban orgullosos del templo y su diosa, y su sustento económico estaba muy ligado a este culto, incluso se fabricaban estatuillas del templo y la diosa. Los fabricantes de estos artículos, entre ellos Demetrio, se enfurecieron al ver el alboroto que «el Camino» (el mensaje del evangelio) había traído a la ciudad, ya que muchas personas habían sido persuadidas acerca del verdadero Dios. Muchos creyeron y se llenaron de temor, poniendo su fe en Jesucristo. Los artífices y el pueblo se llenaron de ira contra los mensajeros, ya que estas enseñanzas ponían en peligro su negocio de templos de plata y otros objetos paganos de adoración.
Me llama la atención el comportamiento de la multitud, por el hecho de que como suele suceder en los tumultos, muchos se unían a los disturbios sin saber realmente por qué estaban rebelándose. Algo parecido a lo que sucede en las redes sociales cuando todos opinan y emiten su juicio sin siquiera tener todos los detalles o al menos esperar que toda la información sea confirmada. ¡Cuánta sabiduría nos falta y necesitamos cultivar a través de la Palabra!
Esta narración me recuerda a mi suegra. Ella nació en Cuba, y como buena cubana, ella creía en todo tipo de lectura de cartas, «trabajos», y además tenía un altar con santos que llevaba dondequiera que iba. El día que se convirtió, ella literalmente botó todos sus santos en el bote de basura. Cuando ella puso su confianza en Jesucristo, inmediatamente tuvo la fe verdadera para dejar de aferrarse a estos diosesitos hechos por manos humanas.
Así que cuando leo este relato de Éfeso, puedo imaginarme lo que sucedió con mi suegra, pero a gran escala. Dice el texto de hoy que las personas sacaban estos objetos y «los quemaban a la vista de todos». ¡Satanás no estaría nada contento! Sin embargo, esta es la obra que tenemos que hacer en nuestros corazones, pues cuántos ídolos descansan en las profundidades de nuestro interior. Toda idolatría, hechicería y necedad debe ser destruida.
«Porque Él nos libró del dominio de las tinieblas y nos trasladó al reino de Su Hijo amado…» (Col. 1:13).
Para meditar:
- ¿A qué dioses te aferras en lugar de Jesucristo?
- ¿Qué debes abandonar para poner tu fe en el único Dios verdadero?
- Encuentra en Cristo todo lo que necesitas, cultivando una vida de santidad a través de relacionarte con Él. Este caminar parece ser más lento, pero es el más seguro y el que dará fruto al final de tus días. ¡Ven a Cristo!
«El temor se apoderó de todos ellos, y el nombre del Señor Jesús era exaltado». -Hechos 19:17
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