Día 312 | Mateo 25
Tres parábolas y sus enseñanzas
Si eres madre o maestra o enseñas a otras, sabes que la repetición es la forma de enfatizar la importancia de las verdades que estás enseñando. Pablo nos dice en Filipenses 3:1 que él no se cansaba de decir las mismas cosas, y esto es motivo de seguridad cuando enseñamos a otras, ya que enseñamos las mismas cosas que ya fueron escritas, pero que hoy siguen estando vivas y siendo eficaces para transformarnos.
En los últimos capítulos que hemos estudiado, vemos a Jesús recordarnos la importancia de que los Suyos velen y estén alertas para cuando Él regrese, pero en Mateo 25 añade la mayordomía que debemos tener de lo que Dios nos da.
Todas tenemos dones y talentos dados por Dios, nos han sido dados para extender Su reino. Los talentos son habilidades naturales que las vas desarrollando desde que eres pequeña y que …
Tres parábolas y sus enseñanzas
Si eres madre o maestra o enseñas a otras, sabes que la repetición es la forma de enfatizar la importancia de las verdades que estás enseñando. Pablo nos dice en Filipenses 3:1 que él no se cansaba de decir las mismas cosas, y esto es motivo de seguridad cuando enseñamos a otras, ya que enseñamos las mismas cosas que ya fueron escritas, pero que hoy siguen estando vivas y siendo eficaces para transformarnos.
En los últimos capítulos que hemos estudiado, vemos a Jesús recordarnos la importancia de que los Suyos velen y estén alertas para cuando Él regrese, pero en Mateo 25 añade la mayordomía que debemos tener de lo que Dios nos da.
Todas tenemos dones y talentos dados por Dios, nos han sido dados para extender Su reino. Los talentos son habilidades naturales que las vas desarrollando desde que eres pequeña y que serán parte de aquello que decidas hacer en la vida. Puedes tener mucha facilidad con todo lo manual o artístico y decidirte por estudiar una carrera o realizar un oficio que se desarrolle con esos talentos que Dios te ha dado. En cambio, los dones espirituales nos han sido dados al entregar nuestras vidas al señorío de Cristo. El Espíritu viene a morar en nosotras y nos da dones para la edificación del Cuerpo (1 Co. 12).
Además, en este capítulo, Jesús nos enseña tres parábolas:
- La parábola de las vírgenes enfatiza la vigilancia y permanencia que hemos visto en los capítulos anteriores, por lo que este es un asunto vital para nuestra vida espiritual. Esta parábola nos llama a detenernos y meditar si es una marca de fe en nuestra vida, si nuestros pensamientos están alertas a los eventos que suceden para afirmarnos en la verdad de que Su venida se acerca. O, por el contrario, nos enfocamos en dejarnos arrastrar por la enseñanza del mundo de vivir el hoy, disfrutar la vida y no pensar en el futuro.
- La parábola de los talentos nos lleva a reflexionar en cómo usamos los bienes que Dios nos ha entregado, y si los estamos usando para la gloria de Dios siendo buenas administradoras de lo que nos ha sido encomendado. Puesto que con los dones y talentos extendemos Su reino, hacemos misericordia y mostramos el amor de Cristo al cuidar de Su pueblo y extender misericordia al necesitado. Jesús elogió al mayordomo fiel, pero condena al que no hizo uso de lo que le había sido confiado por Dios.
¿Cómo usas tus recursos, dones y habilidades en medio de tu iglesia local? ¿Extiendes Su reino con tus recursos apoyando Su obra en tu iglesia, en misiones, en obras de misericordia o tienes la idea egoísta de que un diezmo es para el Señor y todo lo demás es para ti y como desees gastarlo? Daremos cuentas a nuestro Dios por todo lo que nos ha sido confiado, amada. La exhortación es a ser fieles en esto.
- La parábola del juicio final, quizá es la más difícil de aceptar, porque llegará un día en que nuestro Señor separará a los verdaderos hijos de aquellos que no le creyeron. Ese será un día de juicio y dolor como nunca ha ocurrido. Los hijos serán tomados y sentados a Su diestra y los otros serán apartados.
Jesús nos enseña que el fruto de aquellos que serán apartados de Dios es no mostrar amor, compasión y misericordia al prójimo. Sin embargo, cuando la extendemos al necesitado, ¡es como si la hiciéramos a Jesús! Recordemos que Dios nos pide amar la misericordia, no solo hacer misericordia ( Miq. 6:8).
«En verdad les digo que en cuanto ustedes no lo hicieron a uno de los más pequeños de estos, tampoco a Mí lo hicieron”. Estos irán al castigo eterno, pero los justos a la vida eterna». -Mateo 25:45b-46
Para meditar:
Toma un momento para orar por lo que Dios te ha mostrado en este capítulo y por lo que necesitas llevar ante Él.
¿De qué maneras estás preparándote para ese juicio final? ¿A quiénes les estás proclamando el evangelio de Cristo?
«Pero cuando el Hijo del Hombre venga en Su gloria, y todos los ángeles con Él, entonces Él se sentará en el trono de Su gloria; y serán reunidas delante de Él todas las naciones; y separará a unos de otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos». -Mateo 25:31-32
*Ofertas disponibles solo durante la emisión de la temporada de podcast.
Únete a la conversación