Día 310 | Marcos 13
Velando y orando en todo tiempo
Definitivamente, hay construcciones en nuestro mundo que pueden quitarnos el aliento de lo impresionantes que son. Incluso, puedes reconocer el lugar al tan solo ver una foto de ellas, pues por su grandeza se han vuelto famosas. En Israel el templo era ese lugar, el más bello, el más sagrado e imponente que no tenía comparación con nada más. Los judíos estaban tan orgullosos de sus piedras, de sus inmensas columnas de mármol blanco y de que este estaba parcialmente cubierto de oro donde se reflejaba el sol, relatan los historiadores.
Para ellos jurar por el templo era el juramento más alto que podías hacer. Y en este capítulo, vemos a Jesús sentado mirando este templo, sentado desde el Monte de los Olivos. Ante el asombro de los judíos por su precioso lugar, Jesús proclama que no quedará piedra sobre piedra del mismo. Una …
Velando y orando en todo tiempo
Definitivamente, hay construcciones en nuestro mundo que pueden quitarnos el aliento de lo impresionantes que son. Incluso, puedes reconocer el lugar al tan solo ver una foto de ellas, pues por su grandeza se han vuelto famosas. En Israel el templo era ese lugar, el más bello, el más sagrado e imponente que no tenía comparación con nada más. Los judíos estaban tan orgullosos de sus piedras, de sus inmensas columnas de mármol blanco y de que este estaba parcialmente cubierto de oro donde se reflejaba el sol, relatan los historiadores.
Para ellos jurar por el templo era el juramento más alto que podías hacer. Y en este capítulo, vemos a Jesús sentado mirando este templo, sentado desde el Monte de los Olivos. Ante el asombro de los judíos por su precioso lugar, Jesús proclama que no quedará piedra sobre piedra del mismo. Una declaración como esta sacude la mente de los que escuchaban, puedo imaginar sus caras y su estupor. Es como que hoy nos digan que no quedará un pedazo de metal de la Torre Eiffel. Y es que de esta manera, Jesús introduce las señales del fin de los tiempos a sus discípulos. La llamada es a estar alerta y a velar todo el tiempo para no ser engañados por falsos maestros que vendrán diciendo que ellos son el Cristo.
Una alerta para ellos y para nosotras, pues el fin de los tiempos inicia desde que Jesús partió hasta Su regreso, por lo que tú y yo estamos en esa era y llamadas a velar.
Nos habla de las cosas que predecirán Su Segunda Venida en gloria, que habrá señales de terribles guerras, catástrofes, hambre, pero todavía no será el fin. Cuando el panorama se torna tan difícil y doloroso y no se ve el final de este dolor, podemos pensar que ya es el fin. Pero aún no.
Otra enseñanza que Jesús nos enseña es que nos advierte y exhorta a estar velando, en que habrá sufrimiento, pero también nos anima sobre Su consuelo y la ayuda que da Su Espíritu en toda necesidad.
Nuestro Señor enseña que este tiempo de sufrimiento es como el inicio de dolores de parto, que se incrementan más y más, hasta que finalmente se da a luz al hijo esperado. Al mismo tiempo, advirtió que en este tiempo habrá traiciones, encarcelamientos y todo tipo de situaciones, pero Dios las permite con un fin: ¡Dar gloria de su Nombre! La fortaleza que Él promete, las palabras con que responder, no son humanas ni serán en nuestras fuerzas si llegamos a estar en esa situación. El Espíritu que ahora es Dios mismo morando en nuestro interior, nos dará lo que hemos de decir.
Dentro de las señales que Jesús les habla, está la profecía dicha por el profeta Daniel en el capítulo 12 versículo 11. Allí, él profetiza sobre la abominación desoladora que sucedería en el templo. Esto ya se cumplió cuando se ofreció un sacrificio abominable con un cerdo dentro del mismo. Éstas señales fueron cumplidas, pero Jesús nos habla de más señales antes de Su regreso. Por tanto, el llamado a velar y orar es reiterado por Jesús porque nadie, solo el Padre sabe el día en que el regreso del Señor será. Ni el Hijo lo sabe, ni los ángeles del cielo.
¿Qué podemos aprender de este capítulo?
- ¡Qué esperanza tenemos que un día Jesús volverá por los Suyos! Por los que compró a precio de Su sangre preciosa.
- La esperanza de que todo dolor y sufrimiento es pasajero, temporal, como nos asegura Romanos 8:18: «Pues considero que los sufrimientos de este tiempo presente no son dignos de ser comparados con la gloria que nos ha de ser revelada».
Para terminar, Pedro nos advierte y anima con estas palabras en 1 Pedro 4:7 y 5:10:
«Pero el fin de todas las cosas se acerca; sean pues ustedes prudentes y de espíritu sobrio para la oración».
«Y después de que hayan sufrido un poco de tiempo, el Dios de toda gracia, que los llamó a Su gloria eterna en Cristo, Él mismo los perfeccionará, afirmará, fortalecerá y establecerá».
Para meditar:
Amada, nuestro Señor y Rey vuelve, Él cuida por los suyos, y nuestra tarea es velar y orar por Su venida, y ser encontradas de esta manera: con nuestras lámparas encendidas. No estemos distraídas con las ofertas de este mundo, mejor vivamos de acuerdo a nuestro diseño como mujeres de Dios. Que seamos animadas a permanecer velando hasta el final. Conoce la Palabra de Dios para que no seas desviada de la verdad por falsos maestros. Su Espíritu nos guía, Su Palabra es nuestra luz y camino, nuestra parte es obedecer y confiar.
«Estén alerta, velen; porque no saben cuándo es el tiempo señalado». -Marcos 13:33
*Ofertas disponibles solo durante la emisión de la temporada de podcast.
Únete a la conversación