Día 301 | Lucas 16, 17:1-10
A veces perdemos de vista y olvidamos que todo lo que tenemos, la vida misma, los recursos económicos, el tiempo, los dones, los talentos y las habilidades, son préstamos de Dios con el objetivo de que nosotras los administremos conforme a Su voluntad y Sus principios, los cuales están revelados en las Sagradas Escrituras.
No nos durmamos en laureles llevándonos de las filosofías de esta vida mundana, del materialismo, consumismo y derroche, sino que imitemos a nuestro Padre con la visión de usar lo que tenemos para bendecir, edificar, cuidar, restaurar y suplir.
Por ejemplo, en lugar de pasar horas muertas viendo series de televisión, utilicemos este tiempo para orar o visitar a personas enfermas o necesitadas. En lugar de comprarnos el último reloj de marca, utilicemos ese dinero para suplir a los necesitados que andan por las calles no teniendo nada para comer.
Tal como al mayordomo infiel, Dios …
A veces perdemos de vista y olvidamos que todo lo que tenemos, la vida misma, los recursos económicos, el tiempo, los dones, los talentos y las habilidades, son préstamos de Dios con el objetivo de que nosotras los administremos conforme a Su voluntad y Sus principios, los cuales están revelados en las Sagradas Escrituras.
No nos durmamos en laureles llevándonos de las filosofías de esta vida mundana, del materialismo, consumismo y derroche, sino que imitemos a nuestro Padre con la visión de usar lo que tenemos para bendecir, edificar, cuidar, restaurar y suplir.
Por ejemplo, en lugar de pasar horas muertas viendo series de televisión, utilicemos este tiempo para orar o visitar a personas enfermas o necesitadas. En lugar de comprarnos el último reloj de marca, utilicemos ese dinero para suplir a los necesitados que andan por las calles no teniendo nada para comer.
Tal como al mayordomo infiel, Dios nos pedirá a cada una de nosotras rendir cuentas sobre todo lo que Él nos ha entregado.
Siempre me ha cautivado e impactado la verdad de que nuestro Dios es un Dios que tiene un propósito en todo, y por más pequeña que sea la tarea, la obra, la acción, todo tiene un impacto eterno que siempre apunta a Su gloria, y por ende, al bienestar de Su creación. Y esto me lleva a presentar todo lo que tengo y todo lo que soy a Dios en oración para conocer Su voluntad y Su dirección sobre cada cosa que Él entrega o ha entregado en mis manos. Es por Él y para Él que vivimos y existimos.
El carácter se va formando de las decisiones que tomamos día a día sobre la base de nuestras convicciones, es decir, lo que en verdad creemos. Por eso es tan importante cimentar nuestra vida sobre la verdad, que en este caso es la verdad fundamental de que Dios es el Señor, el dueño, el dador, el proveedor, el sustentador, no las riquezas; por lo tanto, servimos a Dios.
Y cuando nuestro carácter está fundado, cimentado en esa verdad, seremos fieles, independientemente de las situaciones. Permitamos que esta verdad gobierne nuestro corazón, nuestros deseos y nuestros pensamientos.
Fuimos diseñadas para ser adoradores de un solo Dios y para servir a un solo Señor.
No olvidemos que somos parte del cuerpo de Cristo y que uno de los propósitos principales por el que estamos en este mundo es para reflejar Su carácter, Su amor y Su corazón con lo que somos, con lo que tenemos y con lo que hacemos. Si al igual que el hombre rico somos bendecidas por Dios con riquezas terrenales, estas no solamente nos son dadas para cubrir nuestras necesidades, sino para que seamos instrumentos de provisión para los demás que están necesitados.
No convirtamos la bendición de Dios en una maldición para nuestras vidas al elevarlo a la posición que solamente le pertenece al único Dador y no a las dádivas.
En todo momento, Cristo, como buen Pastor, vivía cuidando Sus ovejas, es decir, a Sus discípulos; pues cada palabra que salía de Su boca era un rayo de luz, de sabiduría, de verdad, enseñanzas y advertencias para moldear y transformar las vidas de Sus discípulos de tal manera que vivieran de manera sabia, santa. Y en esta ocasión, les advirtió para que ellos no fueran piedra de tropiezo, motivo de tentación para otros, pues cada uno de Sus hijos también es llamado a cuidar y guardar en santidad la vida de nuestro prójimo.
Aquí te comparto algunos versículos que nos enseñan de manera práctica no solamente a vivir el llamado a no ser piedra de tropiezo, sino también a ser un instrumento de edificación, fortaleza y motivación para otros:
«No salga de la boca de ustedes ninguna palabra mala, sino solo la que sea buena para edificación, según la necesidad del momento, para que imparta gracia a los que escuchan». –Efesios 4:29
«Hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones». –Efesios 5:19
«Asimismo, que las mujeres se vistan con ropa decorosa, con pudor y modestia».
–1 Timoteo 2:9
«Padres, no hagan enojar a sus hijos con la forma en que los tratan. Más bien, críenlos con la disciplina e instrucción que proviene del Señor». –Efesios 6:4
«No se priven el uno del otro, excepto de común acuerdo y por cierto tiempo, para dedicarse a la oración. Vuelvan después a juntarse, a fin de que Satanás no los tiente por causa de falta de dominio propio». –1 Corintios 7:5
«El que anda en chismes revela secretos, pero el de espíritu leal oculta las cosas».
–Proverbios 11:13
Dios no ayude a hacer todo aquello que se nos instruye, todo aquello a lo que nuestro buen Pastor nos guía, nos llama a hacer, pues solo así seremos buenos hijos, buenos mayordomos y siervos que honran a su Señor.
Para meditar:
- Reflexionando sobre la manera en la que estamos viviendo, ¿estamos siendo mayordomos fieles o infieles? ¿Estamos malgastando o estamos administrando sabiamente?
- La parábola del hombre rico y Lázaro nos enseña que la prosperidad en esta vida no significa prosperidad en la siguiente, y que las adversidades en esta vida tampoco presagian desgracias en la siguiente. Sería mejor sufrir por un tiempo en esta vida que sufrir por la eternidad, ¿cuál es tu visión eterna para vivir tu día a día?
- Vive por la fe en Cristo, nunca tomes nada por sentado y aférrate a Sus promesas.
«El que es fiel en lo muy poco, es fiel también en lo mucho; y el que es injusto en lo muy poco, también es injusto en lo mucho». -Lucas 16:10
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