Día 294 | Mateo 17; Marcos 9; Lucas 9:28-62
A veces nos preguntamos: «¿Por qué Dios escogió a tal o cual persona para esto o aquello, y a mí no?», pero en estos primeros versículos podemos ver cómo los primeros doce discípulos no siempre tuvieron las mismas experiencias en Su caminar con Jesús, pues Él, en Su infinita sabiduría y omnisciencia, y de acuerdo a Sus propósitos con cada uno de ellos, tomando en cuenta sus necesidades y debilidades, orquestaba las experiencias necesarias para la gloria de Su nombre y la santificación de aquellos hombres.
En cada una de las revelaciones que Dios hace de Sí mismo y de Su carácter a nuestras vidas, es con el objetivo de que le conozcamos, de prepararnos para las pruebas y diferentes etapas de la vida para santificarnos y para que seamos Sus testigos e instrumentos con el solo propósito de la expansión de Su reino.
Disfrutemos la revelación, pero vayamos más …
A veces nos preguntamos: «¿Por qué Dios escogió a tal o cual persona para esto o aquello, y a mí no?», pero en estos primeros versículos podemos ver cómo los primeros doce discípulos no siempre tuvieron las mismas experiencias en Su caminar con Jesús, pues Él, en Su infinita sabiduría y omnisciencia, y de acuerdo a Sus propósitos con cada uno de ellos, tomando en cuenta sus necesidades y debilidades, orquestaba las experiencias necesarias para la gloria de Su nombre y la santificación de aquellos hombres.
En cada una de las revelaciones que Dios hace de Sí mismo y de Su carácter a nuestras vidas, es con el objetivo de que le conozcamos, de prepararnos para las pruebas y diferentes etapas de la vida para santificarnos y para que seamos Sus testigos e instrumentos con el solo propósito de la expansión de Su reino.
Disfrutemos la revelación, pero vayamos más allá de las emociones y valoremos estas verdades caminando en ellas por fe y por amor a nuestro Dios.
¿Cómo te están llevando a la acción esas hermosas y poderosas revelaciones que Dios ha dado a tu vida a través de Su palabra?
Ciertamente en esta vida tendremos aflicciones, pero nuestro Dios es tan bueno y está profundamente comprometido con el cuidado de nuestras almas, que en Su gracia y por Su Espíritu, a través de Su palabra, nos va preparando y fortaleciendo para cada una de estas pruebas. Es por esto que siempre debemos estar atentas, apercibidas, meditando, alimentándonos y caminando por fe en cada palabra que Dios habla a nuestros corazones, ya sea en nuestro tiempo devocional, en los sermones dominicales, etc.
La oración y el ayuno son medios de gracia que Dios usa para llenarnos de Su Espíritu, el cual va produciendo Sus frutos en nosotras incluyendo la fe. Así como el soldado se prepara para la batalla, así el cristiano debe prepararse para las diferentes etapas y retos en esta guerra espiritual vistiéndose de toda la armadura que Dios nos ha provisto.
No tomemos a la ligera las diferentes batallas que libramos día a día en esta guerra espiritual. Oremos y fortalezcámonos en el poder de Su fuerza.
Tan arraigada estaba la vida de Cristo al Padre, a Su misión y a Su identidad, que aun sabiendo que se acercaba la hora de Su muerte, y conociendo la forma de la misma, Él continuaba cumpliendo y llevando a cabo las obras encomendadas por el Padre. Es decir, no se aisló ni se paralizó por la tristeza y el dolor, sino que fue sostenido por Su confianza y amor al Padre. Su pasión era agradarle cumpliendo completamente con la misión.
Que nuestra vida en este mundo, desde el principio hasta el final, sea sostenida, motivada y consumida por nuestro amor al Padre; que sea nuestro propósito principal cumplir con los llamados que Él nos ha entregado.
En estos versículos podemos ver cómo Cristo seguía sanando y atendiendo las necesidades de aquellos que se le acercaban. Dios es sensible a nuestra condición y está verdaderamente interesado en relacionarse con nosotras y en enseñarnos. En estos versículos podemos apreciar que:
- Jesús valora las preguntas y se deleita en responder y en enseñar.
- Jesús valora la sinceridad y la transparencia de nuestros corazones, y se deleita en ayudar. Él pudo haber rechazado la solicitud de ayuda al padre del endemoniado, pero no lo hizo. En cambio, le motivó a creer, mostrándole que nada es imposible para Dios y que nada ni nadie puede limitar Su obrar. Solamente Dios puede dar fe al incrédulo.
¿Tratas de aparentar delante de tu Dios o te presentas delante de Él con todas tus dudas y debilidades?
Cristo vivió aprovechando cada oportunidad y cada vivencia para reflexionar en las Escrituras para enseñarnos a ver cómo nuestra manera de pensar y actuar debe estar totalmente permeada, influenciada y guiada por la Palabra. Aunque estaba en este mundo, Él vivía como un verdadero hijo de Dios. Jesús nos dejó ejemplo para que sigamos Sus pisadas.
Parte importante de la misión de Cristo en Su primera venida era mostrar el carácter de Dios y los valores de Su reino, los cuales son totalmente opuestos con los de este mundo caído y corrompido por el pecado. En el reino de Dios:
- El primero es el último y el servidor de todos.
- Los niños son de alta estima para Dios: «El que reciba a un niño como este en mi nombre, a mí me recibe».
- Las obras del Reino no son exclusivas de una determinada denominación, sino de todo aquel que cree, confía y vive bajo el señorío de Cristo y Su Palabra.
- Lo eterno, el guardar tu alma, es lo realmente valioso y lo que verdaderamente importa.
Para meditar:
- ¿Es parte importante de nuestra vida el reflejar el carácter de Dios y los valores de Su reino, o el nos parecemos más al mundo?
- ¿Cómo puede ayudarte la oración «Creo; ayuda mi incredulidad» a animarnos a orar y pedir a Dios por tu propia incredulidad?
«Mientras estaba aún hablando, una nube luminosa los cubrió; y una voz salió de la nube, diciendo: “Este es Mi Hijo amado en quien Yo estoy complacido; óiganlo a Él”». - Mateo 17:5
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