Día 290 | Mateo 14, Marcos 6, Lucas 9:1-17
La forma en la que interpretamos la vida y sus acontecimientos es clave, porque de nuestra cosmovisión depende cómo realmente vivimos, cómo reaccionamos, las decisiones que tomamos, si caminamos en ansiedad y temor, o en paz y gozo.
Leyendo los capítulos de hoy, podríamos pensar que la vida de Juan el Bautista estaba en manos de Herodes, pues hizo con él según el deseo de la hija de Herodías. Sin embargo, aunque parecía que su vida estaba a merced de sus enemigos, la realidad es que su vida y las nuestras están en la mano del único Rey soberano e inmortal, quien hace según los designios de Su voluntad de acuerdo a Sus propósitos eternos.
Todo lo que pasa en nuestras vidas, aun las situaciones difíciles y dolorosas, son controladas por nuestro buen Padre, Dios de amor, gracia, misericordia y sabiduría. En cada una de ellas el Señor está obrando …
La forma en la que interpretamos la vida y sus acontecimientos es clave, porque de nuestra cosmovisión depende cómo realmente vivimos, cómo reaccionamos, las decisiones que tomamos, si caminamos en ansiedad y temor, o en paz y gozo.
Leyendo los capítulos de hoy, podríamos pensar que la vida de Juan el Bautista estaba en manos de Herodes, pues hizo con él según el deseo de la hija de Herodías. Sin embargo, aunque parecía que su vida estaba a merced de sus enemigos, la realidad es que su vida y las nuestras están en la mano del único Rey soberano e inmortal, quien hace según los designios de Su voluntad de acuerdo a Sus propósitos eternos.
Todo lo que pasa en nuestras vidas, aun las situaciones difíciles y dolorosas, son controladas por nuestro buen Padre, Dios de amor, gracia, misericordia y sabiduría. En cada una de ellas el Señor está obrando para Su gloria y para nuestro bien. ¡Confiemos!
Nuestra visión espiritual ha sido afectada e infectada por el polvo contaminante del mundo (su cosmovisión, sus valores, sus prioridades, sus mentiras). Cuando no vemos bien, ¿qué pasa con nosotras? Tropezamos, nos desviamos del camino, empezamos a construir nuestras vidas sobre los valores y riquezas de este mundo; empezamos a hacer tesoros aquí, no distinguimos lo temporal de lo eterno ni la verdad de la mentira.
Diariamente debemos aplicar a nuestros ojos espirituales el colirio de Su Palabra, la verdad que tiene el poder de renovar, limpiar y desinfectar nuestra visión para que así podamos ver lo siguiente:
- La muerte como el paso de esta vida temporal a la eternidad después de haber cumplido nuestro propósito en este mundo.
- La escasez como una oportunidad para experimentar la provisión sobrenatural de nuestro Dios, Su suficiencia y Su fidelidad.
Como dice Su Palabra: «Todos comieron y se saciaron; y recogieron lo que sobró de los pedazos: doce cestas llenas. Y los que comieron fueron unos 5,000 hombres, sin contar las mujeres y los niños» (Mateo 14:20-21).
- La tormenta de la vida como una oportunidad para experimentar y conocer la soberanía, el poder y el cuidado de nuestro Dios, tener un nuevo encuentro con nuestro Salvador y Señor, y para conocer que Él reina sobre la tempestad.
Como dice Su Palabra: «Y los discípulos, al ver a Jesús andar sobre el mar, se turbaron, y decían: «“¡Es un fantasma!”. Y de miedo, se pusieron a gritar. Pero enseguida Jesús les dijo: “Tengan ánimo, soy Yo; no teman”». -Mateo 14:26-27.
«Cuando ellos subieron a la barca, el viento se calmó. Entonces los que estaban en la barca lo adoraron, diciendo: “En verdad eres Hijo de Dios”» -Mateo 14:32-33.
- A nosotras y a todos los de la familia de fe como vasos de barro donde reposa el poder y la gracia de Dios. A veces perdemos de vista bendiciones por cerrar nuestros corazones a causa de la apariencia del medio de gracia que Dios escoge para bendecirnos.
Como dice la Palabra: «Comenzó a enseñar en la sinagoga; y muchos, oyéndole, se admiraban, y decían: “¿De dónde aprendió éste estas cosas? ¿Y qué sabiduría es esta que le es dada, y estos milagros que por sus manos son hechos? ¿No es este el carpintero, hijo de María, hermano de Jacobo, de José, de Judas y de Simón? ¿No están también aquí con nosotros sus hermanas?” Y se escandalizaban de él… Y no pudo hacer allí ningún milagro, salvo que sanó a unos pocos enfermos, poniendo sobre ellos las manos. Y estaba asombrado de la incredulidad de ellos» -Marcos 6:2-6.
- Dios tiene un tiempo para cada cosa en nuestras vidas y cada etapa tiene Sus propósitos. Hay un tiempo de aprender, tiempo de enseñar, tiempo de orar, tiempo de descansar. Los discípulos no fueron enviados desde que Cristo los llamó y los invitó a seguirle, sino que pasaron un tiempo caminando y cultivando una relación personal con Él, y en este caminar fueron alimentados, fortalecidos y preparados para la misión. Entonces, y solo entonces: «Cristo los envió de dos en dos y les dio autoridad». ¿Te estás saltando las etapas de preparación en tu vida? Recordemos que el tiempo en las obras del Señor no sustituye ni es lo mismo que el tiempo a solas con Él.
- A través de Su palabra también aprendemos a ver a la gente del mundo no con rechazo, no como obstáculos o molestias para nuestras vidas, sino a verlos como «ovejas que no tienen pastor», confundidas, desorientadas, perdidas, necesitadas de ser alimentadas con el agua y el pan de vida. Estamos llamados no solamente a mirar, sino a ser un instrumento de provisión para ellas, y aunque tengamos «poco», levantemos nuestros ojos al cielo, al Padre de las luces, y Él proveerá la Palabra de vida y suplirá conforme a Sus riquezas en gloria.
Finalmente, me impacta como «todos los que lo tocaban quedaban curados», pues aunque no todos le buscaban para seguirle, sino para ser sanados solamente, el amor de Cristo no hacía acepción de personas, porque «Él hace salir Su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos».
Para meditar:
- ¿Das y muestras amor solamente a los cristianos?
Nuestro Señor quiere que tengamos una vista real, como dice las letras de la canción de Jonathan y Sarah Jerez: «Por encima del sol, hay una vista real, de allí la vida se puede ver como es en verdad; una visión celestial de todo lo terrenal, toda la historia se ve a la luz de la eternidad». Él quiere que «fijemos nuestros ojos mucho más allá de lo que puedo ver».
- Aunque los discípulos seguían a Cristo, sus corazones endurecidos aún estaban creciendo en conocer al Señor. ¿Cómo está tu corazón? ¿Qué debes hacer para quitar el endurecimiento en tu corazón para creer en la Palabra de Dios?
- ¿Qué te está pidiendo Dios que parece imposible para ti? Pide al Señor que te ayude a hacer Su voluntad por medio de la fe y la oración.
«Entonces Jesús tomó los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, los bendijo, los partió y se los dio a los discípulos para que los sirvieran a la gente». - Lucas 9:16
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