Día 287 | Mateo 13, Lucas 8
Jesús habla en parábolas (Mateo 13:10–17, Lucas 8:9–10)
En los dos capítulos del día de hoy nos encontramos con que Jesús habla a las multitudes por medio de parábolas. El diccionario de la Real Academia Española (RAE) dice que: una parábola es la narración de un suceso fingido que se deduce, por comparación o semejanza, una verdad importante o una enseñanza moral.
¿Y por qué Jesús hablaba en parábolas a estas multitudes? Sus discípulos hicieron la misma pregunta, a lo que Él respondió que lo hacía porque era a ellos, los discípulos, a quienes se les había concedido conocer los misterios del reino de los cielos; sin embargo, a esas multitudes no les fue dado conocer esos misterios. Por otra parte, Jesús les decía que las multitudes que escuchaban, viendo, no veían y oyendo, no entendían, lo que hacía que se cumpliera en ellos la profecía de Isaías 6:9-10.
Jesús …
Jesús habla en parábolas (Mateo 13:10–17, Lucas 8:9–10)
En los dos capítulos del día de hoy nos encontramos con que Jesús habla a las multitudes por medio de parábolas. El diccionario de la Real Academia Española (RAE) dice que: una parábola es la narración de un suceso fingido que se deduce, por comparación o semejanza, una verdad importante o una enseñanza moral.
¿Y por qué Jesús hablaba en parábolas a estas multitudes? Sus discípulos hicieron la misma pregunta, a lo que Él respondió que lo hacía porque era a ellos, los discípulos, a quienes se les había concedido conocer los misterios del reino de los cielos; sin embargo, a esas multitudes no les fue dado conocer esos misterios. Por otra parte, Jesús les decía que las multitudes que escuchaban, viendo, no veían y oyendo, no entendían, lo que hacía que se cumpliera en ellos la profecía de Isaías 6:9-10.
Jesús cierra Su explicación de por qué hablaba en parábolas, llamando a Sus discípulos dichosos, pues sus ojos veían y sus oídos escuchaban. Les menciona que muchos profetas desearon ver lo que ellos veían y oír lo que ellos oían, pero no lo vieron ni oyeron. Estas palabras me traen a la mente las palabras de 1 Pedro 1:10–12:
«Acerca de esta salvación, los profetas que profetizaron de la gracia que vendría a ustedes, diligentemente inquirieron y averiguaron, procurando saber qué persona o tiempo indicaba el Espíritu de Cristo dentro de ellos, al predecir los sufrimientos de Cristo y las glorias que seguirían. A ellos les fue revelado que no se servían a sí mismos, sino a ustedes, en estas cosas que ahora les han sido anunciadas mediante los que les predicaron el evangelio por el Espíritu Santo enviado del cielo; cosas a las cuales los ángeles anhelan mirar». –1 Pedro 1:10-12
¡Oh Señor, cuánto necesita nuestro corazón ser recordado de que la historia de nuestras vidas no es acerca de nosotras, antes bien de Ti! Gracias Padre amado, por abrir nuestros ojos y nuestros oídos para conocer el evangelio que nos apunta a la necesidad de salvación. Gracias porque por el poder de tu Espíritu Santo en nosotras, se nos ha concedido conocer los misterios del Reino de los cielos. ¡Que no perdamos el asombro ante la cotidianidad de la vida, antes bien, que estemos expectantes esperando Tú regreso por los tuyos!
Parábola del sembrador – ¿Qué semilla eres? (Mateo 13:3–9, 18–23, Lucas 8:4–18)
Lucas 8:11-15 nos muestra la explicación de la Parábola que Jesús habló a la multitud. La semilla es la Palabra de Dios, y hay cuatro tipos diferentes de terreno:
- Aquellos a lo largo del camino son los que han oído, pero después viene el diablo y arrebata la palabra de sus corazones, para que no crean y se salven.
- Aquellos sobre la roca son los que, cuando oyen, reciben la palabra con gozo; pero no tienen raíz profunda; creen por algún tiempo, y en el momento de la tentación sucumben.
- La semilla que cayó entre los espinos, son los que han oído, y al continuar su camino son ahogados por las preocupaciones, las riquezas y los placeres de la vida, y su fruto no madura.
- Pero la semilla en la tierra buena, son los que han oído la palabra con corazón recto y bueno, y la retienen, y dan fruto con su perseverancia.
Tomemos un momento para orar y pedir al Señor que haga de nuestro corazón un terreno fértil para recibir la Palabra y perseverar en ella cada día. ¿Conoces a alguien que no ha tenido un terreno fértil al recibir la Palabra de Dios? Toma también un momento para orar por aquellos, para que el Señor cumpla Su propósito en ellos y nosotros tengamos paz.
Mujeres que siguen a Jesús (Lucas 8:1-3)
Estos versículos nos relatan que mientras Jesús iba por las aldeas predicando y anunciando el evangelio del reino de Dios, había mujeres que le seguían y otras que le servían con sus bienes. ¿Serías tú una de esas mujeres? La sociedad en la que vivimos gime ante la necesidad de mujeres que siguen las pisadas del Maestro. Las niñas y jóvenes necesitan tener ejemplo de mujeres fieles a la Palabra, pues ya tenemos en la escuela y en las redes sociales a mujeres que son fieles al mundo y a los deseos de la carne, más eso no prevalece para vida eterna y muchas jóvenes que no lo entienden siguen ese ejemplo.
Caminemos con Dios, conozcamos al Señor del cielo y la tierra a través de la meditación de la Palabra, para así poder dar un sano ejemplo fiel de lo que es ser una seguidora de Cristo.
Otros milagros y señales (Lucas 8:22–55)
Lucas nos relata algunos milagros que Jesús realizó. Es asombroso que nosotras podamos ser recordadas a través de ellos que Jesús tiene poder sobre los fenómenos naturales. ¿Cuántas de ustedes viven en lugares que son peligrosos a causa de los fenómenos que puedan presentarse? Pueden estar seguras de que nuestro Padre que está en los cielos, tiene control sobre cada uno de ellos. Lucas también nos resalta el poder de Dios sobre los demonios y sobre la enfermedad. ¡Cuán maravilloso es nuestro Señor!
Para meditar:
- Te animo a considerar la siguiente oración: Padre, mi vida está a tu servicio, he aprendido que mi vida no se trata de mí, sino de Ti. ¿Cómo puedo ser una mujer que vive para Tu gloria? ¿Las cosas en las que actualmente invierto mi tiempo te honran? Ayúdame, Padre bueno, a deleitarme en Ti y, por lo tanto, vivir para Ti.
«Ustedes me invocarán y vendrán a rogarme, y Yo los escucharé. Me buscarán y me encontrarán, cuando me busquen de todo corazón». –Jeremías 29:12–13
Recursos adicionales:
- Para profundizar en la parábola del trigo y la cizaña te invito a leer el blog, «La ciencia de la parábola del trigo y la cizaña»
«Pero dichosos los ojos de ustedes, porque ven, y sus oídos, porque oyen. Porque en verdad les digo que muchos profetas y justos desearon ver lo que ustedes ven, y no lo vieron; y oír lo que ustedes oyen, y no lo oyeron». –Mateo 13:16–17
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