Día 277 | Mateo 3; Marcos 1; Lucas 3
La predicación de Juan el Bautista y el bautismo de Jesús
¡Continuamos con más promesas cumplidas del Antiguo Testamento! Pero antes, hoy iniciamos a leer el evangelio de Marcos, quien nos presenta a Jesús como siervo maestro, y que a diferencia de los otros evangelios, su audiencia directa son los romanos o gentiles, y su propósito es llamar a los perdidos por medio de la compasión hacia su condición imposible para los hombres y anunciar que la salvación es del Señor. Es por ello que desde el capítulo uno, después de que Jesús llama a sus discípulos, Marcos empieza a relatar algunos milagros y la predicación de Jesús en Galilea.
Los tres evangelios nos relatan que esa voz que clama en el desierto es Juan (anunciada en Isaías 40:3-5). Él es quien, según Lucas 1:17, «vendría a preparar al Señor un pueblo bien dispuesto».
Juan tenía un mensaje claro que …
La predicación de Juan el Bautista y el bautismo de Jesús
¡Continuamos con más promesas cumplidas del Antiguo Testamento! Pero antes, hoy iniciamos a leer el evangelio de Marcos, quien nos presenta a Jesús como siervo maestro, y que a diferencia de los otros evangelios, su audiencia directa son los romanos o gentiles, y su propósito es llamar a los perdidos por medio de la compasión hacia su condición imposible para los hombres y anunciar que la salvación es del Señor. Es por ello que desde el capítulo uno, después de que Jesús llama a sus discípulos, Marcos empieza a relatar algunos milagros y la predicación de Jesús en Galilea.
Los tres evangelios nos relatan que esa voz que clama en el desierto es Juan (anunciada en Isaías 40:3-5). Él es quien, según Lucas 1:17, «vendría a preparar al Señor un pueblo bien dispuesto».
Juan tenía un mensaje claro que le había sido dado por Dios para predicar: «Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos se ha acercado». Predicaba con tal autoridad que el pueblo que escuchaba su mensaje estaba a la expectativa, preguntándose si acaso él era el Cristo que esperaban.
Recordemos que antes de que naciera Jesús, habían pasado 400 años en los cuales no hubo palabra profética. Así que sus líderes incrementaron leyes para evitar que el pueblo cayera en pecado, pero solo lograron que se desviaran de la verdadera fe en el Señor. Sin embargo, estaban a la expectativa de la venida del Mesías que había sido prometido. Ante este pensamiento, Juan les aclara que él no era el Mesías, recalcó que venía uno que era más poderoso que él.
Características de la predicación de Juan:
- Predicaba el bautismo del arrepentimiento para perdón de pecados.
- Llamaba a sus seguidores a hacer frutos dignos de arrepentimiento.
- Es interesante notar que entre sus seguidores estaban publicanos y soldados; personas que eran menospreciadas por los judíos.
Muchos acudían a Juan confesando sus pecados y eran bautizados por él en el río Jordán. Sin embargo, cuando vinieron los fariseos y los saduceos, Juan reconocía su hipocresía y los llamaba a tener «frutos dignos de arrepentimiento». ¿Por qué los llamaba a esto? El pastor John MacArthur dice:
«Los fariseos eran una pequeña secta judía legalista conocida por su adherencia rígida a los más mínimos detalles del ceremonial contenidos en la ley… Los encuentros de Jesús con los fariseos fueron generalmente conflictivos. Él los desaprobó por usar la tradición humana para anular la Escritura».
Este dato nos enseña que los fariseos confiaban en sus tradiciones y leyes, vivían como si sus actos religiosos los hicieran justos delante de Dios. Creían que si eran del linaje físico de Abraham, tenían garantizada su salvación. No comprendieron que cuando Juan les exhortaba a tener «frutos dignos de arrepentimiento», los estaba llamando a tener una vida coherente con la ley mosaica que decían creer.
Recordemos que el arrepentimiento implica una rendición de nuestra vida, entendimiento de que hemos fallado y que no podemos confiar en nosotras mismas ni en nuestros actos, sino solo en la misericordia de Dios para nuestra salvación y gozo.
El bautismo de Jesús
¿Te has preguntado por qué Jesús fue bautizado? Este acontecimiento fue inicialmente tan extraño aun para Juan el Bautista, que trató de impedirlo, pues cuando Jesús vino a él para ser bautizado, la reacción de Juan fue: «Yo necesito ser bautizado por ti, ¿pero tú vienes para que yo te bautice?». La respuesta de Jesús a esta pregunta deja satisfecho a Juan, y entonces él cede a bautizarlo, pues Él dijo: «Permítelo ahora; porque es conveniente que así cumplamos toda justicia».
¿A qué se refería Jesús con estas palabras? El pastor John Piper dice:
Es evidente que Jesús vio Su vida como el cumplimiento de toda justicia. El hecho de participar en un bautismo de arrepentimiento, a pesar de que no tenía pecados de los cuales arrepentirse, demuestra que la justicia que quería cumplir era la que se requería de todo hombre pecador, no de sí mismo.
El bautismo que Juan hizo a Jesús cobra una dimensión particular si tenemos en cuenta que Juan pertenecía a la tribu de Leví y era descendiente directo de Aarón. Lucas especifica que ambos padres de Juan pertenecían a la línea sacerdotal aarónica (Lc. 1:5). Uno de los deberes de los sacerdotes en el Antiguo Testamento era presentar los sacrificios ante el Señor. El bautismo de Jesús por Juan el Bautista podría considerarse una presentación sacerdotal del Sacrificio Supremo. Las palabras de Juan al día siguiente del bautismo tienen un marcado carácter sacerdotal: «He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo» (Jn. 1:29).
Genealogía de Jesús
Lucas es intencional en escribir la genealogía de Jesús. Al leerla, es evidente que el Señor fue fiel en preservar las generaciones desde Adán hasta el Mesías. Cuando Adán y Eva pecaron, hubo consecuencias para el hombre; ante eso, el Señor nos dio esperanza. Dios prometió que de la simiente de la mujer vendría el que heriría en la cabeza a la serpiente en Génesis 3:15. Aprenderemos en lo que queda del Nuevo Testamento, que Jesús es ese Hijo prometido que hiere a Satanás (la serpiente antigua según Apocalipsis 12:9) venciendo para siempre en la cruz.
Para meditar:
- Oración: Dios todopoderoso, ¡te damos las gracias! Tu Palabra nos muestra Tu fidelidad, pues has cumplido Tus promesas enviando a Tu Hijo Unigénito para que todo el que crea en Él no se pierda, sino tenga vida eterna contigo. Y aunque a causa de nuestro pecado tampoco seríamos dignas de estar delante de Ti, por el sacrificio de Cristo en la cruz, ahora tenemos entrada ante el trono de la gracia. A ti la gloria y el honor por los siglos, amén.
- Cuando reconoces que has fallado delante de Dios, ¿son tus frutos «dignos de arrepentimiento»?
- ¿Reconoces que no puedes vivir la vida cristiana en tus fuerzas, sino solo en el poder del Espíritu Santo en ti? Sé animada a descansar en la obra de Cristo a tu favor hoy.
Recursos adicionales:
- «¿Por qué fue bautizado Jesús?», por John Piper.
- «El bautismo de Jesús», un ensayo escrito por Vern S. Poythress.
- «¿Por qué se bautizó Jesús?», por Got Questions.
«Y de repente se oyó una voz de los cielos que decía: “Este es Mi Hijo amado, en quien tengo complacencia”».- Mateo 3:17
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