Día 276 | Mateo 2; Lucas 2:39–52
En nuestra lectura de hoy, en Mateo capítulo 2, seguimos leyendo sobre referencias al Antiguo Testamento que Mateo hace para confirmar a su audiencia que ciertamente en Cristo se estaban cumpliendo profecías que ellos habían recibido hace años atrás. Veamos un par de ellas.
El lugar en donde nacería Jesucristo
Si lees Mateo 2:5-6 te encontrarás con esta profecía de Miqueas 5:2 que dice:
«Pero tú, Belén Efrata, aunque eres pequeña entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que ha de ser gobernante en Israel. Y sus orígenes son desde tiempos antiguos, desde los días de la eternidad».
Mateo es intencional para hablar del lugar en donde nacería ese gobernante que apacentará con poder de Dios a Israel.
Cuando los sabios del oriente llegaron a Jerusalén, preguntaban por el «rey de los judíos». Cuando Herodes consultó con los sacerdotes y escribas acerca de las palabras de los …
En nuestra lectura de hoy, en Mateo capítulo 2, seguimos leyendo sobre referencias al Antiguo Testamento que Mateo hace para confirmar a su audiencia que ciertamente en Cristo se estaban cumpliendo profecías que ellos habían recibido hace años atrás. Veamos un par de ellas.
El lugar en donde nacería Jesucristo
Si lees Mateo 2:5-6 te encontrarás con esta profecía de Miqueas 5:2 que dice:
«Pero tú, Belén Efrata, aunque eres pequeña entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que ha de ser gobernante en Israel. Y sus orígenes son desde tiempos antiguos, desde los días de la eternidad».
Mateo es intencional para hablar del lugar en donde nacería ese gobernante que apacentará con poder de Dios a Israel.
Cuando los sabios del oriente llegaron a Jerusalén, preguntaban por el «rey de los judíos». Cuando Herodes consultó con los sacerdotes y escribas acerca de las palabras de los sabios, ellos le declararon que habría de nacer en Belén de Judea. ¡La profecía de Miqueas estaba siendo confirmada, Jesús es Rey!
Es interesante notar a quiénes les fue revelado el nacimiento de Cristo: a unos sabios del oriente, que según el pastor John MacArthur, eran posiblemente magos zoroastristas de Persia. Y aún más, pudiéramos hablar de la forma en la que ellos estaban siendo guiados a Jesús: a través de una estrella. Pudiéramos pasar tiempo tratando de investigar cómo fue que esta estrella los guió, y cómo fue que «se detuvo en el lugar donde estaba el Niño», pero no dejemos que esto nos distraiga del enfoque que Mateo quiere darnos.
Me reta cómo el pastor John Piper nos anima al hablar de este pasaje, él dice: «Dios está guiando a extranjeros a Cristo para que lo adoren. Y lo hace ejerciendo una influencia y poder globales —probablemente universales— para llevarlo a cabo. Mateo muestra el modo en que Dios ejerce influencia sobre las estrellas del cielo a fin de que unos sabios extranjeros lleguen a Belén y puedan adorar al Hijo».1
El hijo llamado de Egipto
Ahora veamos lo que nos dice Oseas 11:1: «Cuando Israel era niño, Yo lo amé, y de Egipto llamé a Mi hijo». Es un paralelo de Mateo 2:15.
Esta fue una de las referencias de Mateo al Antiguo Testamento que más llamó mi atención por las palabras que incluye el autor: «de Egipto llamé a mi hijo», las cuales hacen referencia a las palabras del profeta Oseas.
¿Recuerdas quién fue liberado de la esclavitud de Egipto? Si haces memoria sobre la historia del Éxodo, seguramente «el pueblo de Israel» será lo primero que se viene a tu mente cuando lees el pasaje del profeta Oseas. Sin embargo, Mateo usa este mismo versículo para referirse a Jesús como ese hijo llamado de Egipto.
En cuanto a este pasaje, el pastor John MacArthur dice:
«Mateo sugiere que la permanencia de Israel en Egipto fue más una imagen profética que una profecía literal… Estas imágenes se denominan “tipos” y apuntan siempre a Cristo, identificadas claramente por los escritores del Nuevo Testamento».
¡Jesucristo es el mejor hijo, el mejor Israel!
Cristo es nuestro mejor ejemplo
En nuestro pasaje de Lucas del día de hoy, se nos presenta un relato en el que Jesús, siendo de 12 años, subió con sus padres a Jerusalén, como de costumbre, para la fiesta de la Pascua. Lucas nos relata que cuando era momento de volver a su ciudad, Jesús se quedó en Jerusalén. Sus padres, al percatarse de que no iba con ellos en la caravana, regresaron a buscarlo y después de tres días lo encontraron.
Lo que este pasaje nos enseña acerca de Jesús es mucho, y sin duda podemos tomarlo como una oportunidad para examinar nuestros corazones delante del Señor en diversas áreas. En esta porción encontramos que al estar en Jerusalén:
- Jesús estaba en el templo.
- ¿Actualmente eres parte de una iglesia local? Si es así, ¿qué tan intencional estás siendo en ser un miembro activo para servir al cuerpo de Cristo? Si no lo etapas haciendo, te invito a leer Hebreos 10:19–25 y pedir al Señor que traiga convicción a tu corazón en cuanto a esta situación.
- Él estaba sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas.
- ¿Qué tan pronta eres para escuchar a otros? ¿Qué tan dispuesto está tu corazón a recibir enseñanza de otros? ¿Usualmente eres de las que hablan todo el tiempo o tomas oportunidades para también escuchar lo que otros tienen que decir? ¿Cuándo fue la última vez que fuiste intencional en pedir consejo en cuanto a determinada situación?
- Él sabía que era necesario estar en la casa de su Padre.
- ¿Has considerado la necesidad que tienes de pasar tiempo con Dios y con otros creyentes? Ser parte de una iglesia local es sumamente importante. Ser parte de un cuerpo de creyentes no solo trae beneficio en nuestras relaciones sino que sin duda creceremos en nuestra relación con el Señor mientras vivimos en comunidad con otros que de corazón sincero le buscan.
- Jesús permanecía sujeto a sus padres.
- Siempre tendremos alguna autoridad en nuestra vida. Observa y verás que hay alguien a quien debes someterte: tu esposo, tus padres, tu pastor, tus jefes en el trabajo, tus gobernadores, siempre habrá alguien. ¿Qué tan gozoso está tu corazón ante el hecho de que debes someterte? ¿Cómo te anima el ejemplo del Rey de reyes a ser fiel a someterte a otros?
- Crecía en sabiduría, en estatura y en gracia para con Dios y los hombres.
- Que el ejemplo de Cristo sea de ánimo para que tú puedas ser intencional en invertir tiempo, en crecer en sabiduría y gracia para con Dios y los hombres.
- Recuerda las palabras de Romanos 12:2: «Y no se adapten a este mundo, sino transfórmense mediante la renovación de su mente, para que verifiquen cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno y aceptable y perfecto».
Para meditar:
- Al considerar las profecías del Antiguo Testamento el día de hoy y ver como ellas tuvieron su cumplimiento en Cristo, te animo a dar gracias a Dios por Su fidelidad a Su Palabra para que seamos fortalecidas en nuestra fe.
- Al escribir sobre «Cristo es nuestro mejor ejemplo», medité en que quizá muchas de nosotras, ciertamente no estamos siendo guiadas por el ejemplo de Cristo, sino por nuestro propio corazón o por enseñanzas de hombres. Ante esta realidad, recordé el recurso «Belleza en el quebranto» que Aviva Nuestros Corazones tiene disponible. Si el Señor ha traído convicción a tu corazón ante la necesidad que tienes de crecer en humildad y ser más como Cristo, ¡te recomiendo este recurso!
- John Piper. «Buenas nuevas de gran gozo». Colombia, Poiema publicaciones 2021. Página 50.
«Y Jesús crecía en sabiduría, en estatura y en gracia para con Dios y los hombres». —Lucas 2:52
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