Día 275 | Mateo 1; Lucas 2:1–38
Hoy damos inicio al Evangelio de Mateo, quien presenta a Cristo como el Rey prometido del Antiguo Testamento; así mismo, continuamos leyendo el evangelio de Lucas.
El libro de Mateo abre de la siguiente manera: «Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham».
Creo que Mateo es muy intencional en comenzar su evangelio de esta manera. El pastor Sugel Michelén, en la introducción al evangelio de Mateo, en la Biblia Devocional Mujer Verdadera nos dice: «De esta forma presenta a Jesús como el Mesías que anunciaron los profetas, en quien se cumplen las promesas de los pactos de Dios con Abraham y David».
¿Tú lo recuerdas? Echemos un vistazo rápido para refrescar la memoria. Abre tu Biblia o toma nota para que revises las siguientes citas...
- Pacto de Dios con Abraham: Génesis 17:4–5
- Pacto de Dios con David: 2 Samuel 7:12–16
Abraham recibe la promesa de …
Hoy damos inicio al Evangelio de Mateo, quien presenta a Cristo como el Rey prometido del Antiguo Testamento; así mismo, continuamos leyendo el evangelio de Lucas.
El libro de Mateo abre de la siguiente manera: «Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham».
Creo que Mateo es muy intencional en comenzar su evangelio de esta manera. El pastor Sugel Michelén, en la introducción al evangelio de Mateo, en la Biblia Devocional Mujer Verdadera nos dice: «De esta forma presenta a Jesús como el Mesías que anunciaron los profetas, en quien se cumplen las promesas de los pactos de Dios con Abraham y David».
¿Tú lo recuerdas? Echemos un vistazo rápido para refrescar la memoria. Abre tu Biblia o toma nota para que revises las siguientes citas...
- Pacto de Dios con Abraham: Génesis 17:4–5
- Pacto de Dios con David: 2 Samuel 7:12–16
Abraham recibe la promesa de Dios sobre una descendencia y David recibe la promesa de un hijo cuyo trono de su reino durará para siempre. Mateo conoce estas profecías y confirma que se cumplen en Cristo al escribir: «Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham». ¿No es esto asombroso? Sin lugar a dudas iniciamos el libro de Mateo confirmando que Jesucristo ha venido a ser el cumplimiento de la promesa que Dios le dio a Abraham y a David en su tiempo.
Después, mientras continuamos leyendo el capítulo 1 de Mateo, encontramos la genealogía de Jesús. Me resulta de mucho ánimo leer los nombres de 4 mujeres que se mencionan en esta genealogía y recordar el contexto en el que vivían.
- Tamarera nuera de Judá, ella le dio dos hijos a su suegro: Fares y Zara. Recuerda por qué sucedió esto leyendo Génesis 38.
- Rahab era una prostituta, ella fue quien escondió a los dos espías israelitas que fueron a reconocer la tierra prometida, y quien, a pesar de nunca haber sido instruida en los caminos de Dios, le exaltó como Señor «arriba en los cielos y abajo en la tierra». Lee más de su historia en Josué 2.
- Rut era una mujer moabita, una extranjera que al quedar viuda de un varón israelí, tenía la libertad de volver con su parentela; sin embargo, ella decidió quedarse con su suegra Noemí, obedecerla y servirla. Esto implicó que ella se casara y se convirtiera en la bisabuela del rey David. Recuerda esta historia leyendo el libro de Rut.
- Betsabé era esposa de Urías, mientras su esposo estaba en la guerra, ella cometió adulterio con el rey David y quedó embarazada. Esta falta terminó en que David mandó matar a Urías y se quedó con Betsabé. Puedes leer esta historia en 2 Samuel 11.
Ante los ojos humanos, ninguna de estas mujeres «merecía» estar en la genealogía del Mesías; sin embargo, por gracia, sus historias nos recuerdan a un Dios que hace lo que le place a pesar de nosotras. Como bien dice John Piper:
«El punto no es que existe una cierta clase de personas que son elegidas por Dios. El punto es que Dios es libre de elegir para que participen de Su gracia a los menos indicados. Del mismo modo que sucedió con la elección de Abraham (el idólatra menos probable de Ur), Isaac (el hijo de la vejez nacido por obra de un milagro) y Jacob (el menor de hermanos gemelos), Dios contradice lo que el mérito humano dicta. Se esconde de los sabios y se revela a los más indefensos y mediocres».
El nacimiento de Jesucristo (Mateo 1:18 – 25 y Lucas 2:1–7)
Tanto en nuestro pasaje de Mateo como en el de Lucas del día de hoy, encontramos el relato del nacimiento de Jesús. Lo más remarcable de notar es que Mateo menciona que el nacimiento de Jesús viene a ser el cumplimiento de la profecía que encontramos en Isaías 7:14 que dice: «Por tanto, el Señor mismo les dará esta señal: Una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel».
¡Me encanta la intencionalidad de Mateo en citar la Palabra misma y lo dicho por los profetas! No deja espacio a la duda afirmando que Jesús es ese niño concebido por una virgen cuyo nombre es Emmanuel.
¿Qué tan asombrada vives ante la realidad de que el Verbo se hizo carne?
En la última porción de nuestro pasaje de Lucas del día de hoy, encontramos que Jesús es dado a conocer a diferentes personas.
- Unos pastores que estaban en el campo cuidando a su rebaño en la noche.
- Un hombre llamado Simeón, a quien se le había revelado que no vería la muerte sin antes ver al Cristo del Señor.
- Una viuda profetisa llamada Ana.
Mientras leemos el relato de cómo estas personas conocieron a Cristo, podemos percibir entre líneas el asombro, el gozo y la emoción que ellos sentían de haber conocido y visto con sus ojos al Verbo hecho carne. Los pastores recibieron las «buenas nuevas de gran gozo» de que había nacido un Salvador y Simeón sabía que Cristo sería «Luz y revelación a los gentiles, y gloria de Israel».
Ciertamente estas personas esperaban con ansias al Mesías prometido, y el asombro que ellos manifiestan me hace preguntarme: ¿estoy igualmente agradecida ante la realidad de que el Hijo de Dios, el Mesías prometido, se hizo carne? Y no solo eso, sino que en Su bondad y gracia me extendió misericordia, para ver mi pecado y mi necesidad de un Salvador y ante ello reconocer el sacrificio de Cristo a mi favor.
Para meditar:
- ¿Cuál era tu condición cuando Cristo te salvó? ¿En qué circunstancias te encontrabas? Te invito a glorificar a Dios por haberte elegido para salvación independientemente de dónde te encontrabas. Si es posible, comparte tu testimonio de salvación con alguien hoy.
- El hecho de que podamos ver la realidad de nuestra condición caída es gracia de Dios. ¿Vives agradecida por ello? ¿Cómo puedes ser hoy intencional en dar gracias a Dios por el hecho de que el nacimiento de su Hijo unigénito vino a ser «Luz y revelación a los gentiles»?
- El nacimiento de Jesús también son «buenas nuevas de gran gozo» para nosotras cada día de nuestras vidas. Por ello, seamos intencionales en glorificar a Dios cada día de nuestras vidas y no solo en temporada de Navidad.
«Pero el ángel les dijo: “No teman, porque les traigo buenas nuevas de gran gozo que serán para todo el pueblo; porque les ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor”». –Lucas 2:10–11
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