Día 271 | Nehemías 8-10

Abre el libro

¿Te suena conocido algún nombre en la lectura de hoy? ¡Esdras! Las vidas y los libros de Esdras y Nehemías se solapan y entrelazan. Esdras, como recordarás, era el escriba, y Nehemías era el gobernador.

Amo esta imagen en el capítulo ocho, de abrir el libro de la ley. Leer las palabras de Dios en voz alta a todo el pueblo les afectó tanto que salieron lágrimas de sus ojos. Algo que no habían tenido durante tanto tiempo, no recordaban cuánta vida y verdad les daba la Palabra de Dios. Pudo ser una mezcla de lágrimas y de alegría, de años de tristeza por la forma en que desobedecieron y se rebelaron. Pero no importa cuáles sentimientos se produjeron al escuchar las Palabras de Dios, les afectaron tanto que los llevó a alabar y adorar al único y verdadero Dios.

El acto simple que Esdras hizo al abrir el libro es el mismo acto simple que podemos hacer nosotras hoy: abrir la Biblia, probar y ver que el Señor es bueno. Puede que abrir la Biblia no te haga llorar todo el tiempo, pero seguramente te está cambiando en maneras que no te percatas. Quizá tu lenguaje cambia, tu forma de pensar, o bien, tienes un depósito de Sus Palabras para usarlas cuando lo necesitas. Así como había personas entre ellos que ayudaban a las personas a comprender las palabras que se leían, hoy también podemos encontrar mentoras y maestras que nos ayuden cuando tengamos preguntas sobre lo que dicen las Escrituras.

El siguiente capítulo es un hermoso salmo de los levitas en el que hablan de la historia de Israel con un enfoque en la misericordia continua de Dios para con ellos. Un salmo sobre la historia y la salvación de Israel que los llevó a una respuesta, se humillaron y volvieron a comprometerse a cumplir el pacto de Dios. Cuando tenían una verdadera comprensión de las palabras, promesas, juicios justos, gracia y misericordias de Dios, se conducían a la confesión, la adoración y la renovación.

Capítulo 10

Tengo muchas amigas que tienen argumentos feministas contra la Biblia. A menudo dicen que las mujeres en la Biblia son representadas como tontas e ignorantes a causa de su fe en Dios. Pero, como no conocen toda la Escritura, se pierden de conocer al verdadero Dios. En el capítulo 10 de Nehemías vemos que en este remanente que había estado sin la ley y la palabra de Dios por tanto tiempo, las mujeres y los niños tenían conocimiento y comprensión. Dios no mostró favor en quién escucharía y entendería Sus palabras, Su pueblo son todos los que tienen puesta su fe en Cristo Jesús. 

Debido al tiempo lejos de la Palabra, nuevamente se está expresando la manera en la que Dios siempre ha ordenado que se haga, sobre todo, el enfoque en lo que es importante. En el versículo 39 nos encontramos con una declaración importante que el pueblo hizo: «No abandonaremos la casa de nuestro Dios». Con el tiempo, sabemos que esta casa se destruye, porque en realidad no se trataba de este templo, se trataba de una relación con Dios a través de la fe y la obediencia por amor. Nos hace pensar en el mismo celo que Cristo tenía por la casa del Señor (ver Jn. 2:17). Por la gracia de Dios, hoy no solo somos parte de la casa del Señor, sino que también Él nos habita por medio del Espíritu Santo. ¡Qué misericordia y bendición! 

Para meditar:

• ¿Cómo te ha avivado la Palabra de Dios con la lectura de hoy?
• ¿Qué necesitas recordar sobre cómo fuiste salva por Él para continuar viviendo en adoración a Él?
• ¿Tienes celo por la casa de Dios? Ama a tu comunidad, trae palabras de exhortación, consuelo y edificación, y sírveles con todo lo que Dios te ha dotado. Así pregonamos que nuestro Dios es increíblemente sabio, justo, bueno y fiel.

«…No se entristezcan, porque la alegría del Señor es la fortaleza de ustedes». -Nehemías 8:10

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