Día 269 | Nehemías 1-5
Entre Esdras y Nehemías existe una relación estrecha; en algún momento de la historia, estos dos libros fueron considerados como uno solo. Así que el contexto de este libro, es igual al contexto del libro de Esdras.
Entonces, demos comienzo a estudiar el libro de Nehemías. En este libro, nos encontramos con el segundo grupo de judíos regresando del cautiverio babilónico a Jerusalén, los muros de Jerusalén fueron reconstruidos bajo su liderazgo y Nehemías se convierte, por gracia de Dios, en copero del rey de Persia.
En este libro, aprenderemos acerca del liderazgo piadoso y temeroso de Dios, de cómo se llevan a cabo las reformas espirituales a un pueblo que se está reordenando.
En el primer capítulo, Nehemías se entera del estado de su nación, Jerusalén, mientras está en Persia. Su corazón se rompió. No era solo el dolor por una situación personal que sucedía en su propia vida, …
Entre Esdras y Nehemías existe una relación estrecha; en algún momento de la historia, estos dos libros fueron considerados como uno solo. Así que el contexto de este libro, es igual al contexto del libro de Esdras.
Entonces, demos comienzo a estudiar el libro de Nehemías. En este libro, nos encontramos con el segundo grupo de judíos regresando del cautiverio babilónico a Jerusalén, los muros de Jerusalén fueron reconstruidos bajo su liderazgo y Nehemías se convierte, por gracia de Dios, en copero del rey de Persia.
En este libro, aprenderemos acerca del liderazgo piadoso y temeroso de Dios, de cómo se llevan a cabo las reformas espirituales a un pueblo que se está reordenando.
En el primer capítulo, Nehemías se entera del estado de su nación, Jerusalén, mientras está en Persia. Su corazón se rompió. No era solo el dolor por una situación personal que sucedía en su propia vida, sino por los muros de Jerusalén derrumbados. Llora, ayuna y ora. Admite los pecados del pueblo de Israel, no apuntando a ciertas personas, sino identificándose con toda la nación en el arrepentimiento.
- ¿Podemos decir como Nehemías que estamos tristes, y tristes por el quebrantamiento que nos rodea?
Con el favor de Dios, el rey permitió a Nehemías salir de su trabajo e ir a Jerusalén para ayudar a su nación. Y no solo le permitió ir, también le ayudó con documentos para no tener problemas en la jornada y proveyó madera para las construcciones.
Después de estar en oración con Dios, Nehemías tuvo la visión de cuál sería su plan y cómo estaría preparado para llevarlo a cabo. A veces necesitamos asegurarnos de tener la visión de Dios de las cosas específicas en nuestra vida antes de saltar sin preparación e involucrar a otros.
El capítulo tres parece fácil de omitir debido a tantos nombres (especialmente los difíciles de pronunciar). ¡Pero no lo vamos a hacer!
¡Miremos a todos los diferentes tipos de personas que estaban construyendo este muro! No eran solo los muchachos de la construcción o las personas de la «iglesia», sino personas de tantos oficios diferentes, muchos que no tienen nada que ver con la construcción de muros. Hananías, por ejemplo, ¡es un perfumista! Lo triste es que el único grupo de personas que se ven bajo una luz negativa en este capítulo son los nobles.
Es fácil decir: «no somos parte del equipo» o «no podemos» o «Dios realmente no puede usarme», pero ¡cómo lo ha hecho y lo hace! ¡No usemos la excusa de falta de habilidad para detenernos de servir para la obra de Dios!
Mientras el pueblo construye, enfrentan oposición. Debido a las advertencias de ataque, tuvieron que estar preparados en todo momento para defenderse. Toma en cuenta que este miedo no les impide construir, ni llevar a cabo su vida diaria, ni pararse de hacer el trabajo del Señor.
¿Con qué frecuencia, cuando hay algo de amenaza en nuestras vidas nos ocultamos, corremos o cambiamos nuestros planes? A veces es necesario, pero debemos temer solo a Dios y pedir discernimiento para cómo responder.
Me encanta la imagen que pinta en el capítulo cuatro de cómo todo funcionaba. Algunos eran guardias, algunos trabajaban en la construcción. Algunos tenían una mano trabajando, y en la otra mano tenían una espada siempre armada para defenderse y luchar. En Efesios 6 leemos de la armadura de Dios, que la espada es la Palabra de Dios y debemos usarla para defensa, tenerla siempre a la mano (ya sea físicamente o en nuestras mentes) para defendernos de los ataques del enemigo. Al igual que los judíos, sabían que había enemigos por todas partes y que atacarían, también nosotros conocemos los planes de Satanás (ver 2 Cor. 2:11) y que constantemente nos rodea buscando nuestras áreas débiles.
Acciones sobre los débiles (capítulo 5)
Cuando toda la gente que quedó del cautiverio regresó a la tierra, todavía eran como esclavos por la forma en que los trataban sus propios hermanos: los nobles y los gobernantes. Nehemías estaba enojado cuando se enteró de esto y los reprendió. Qué fácil puede ser tratar mal al «débil». Vemos esto tan a menudo hoy en día entre hermanos y hermanas en Cristo. En palabras de Nehemías: «No está bien lo que hacen». Nuestra acción o las acciones de otras personas pueden poner a alguien en una esclavitud, y quizás no nos damos cuenta. Nehemías no solo se detuvo allí, se preocupaba por esas personas pobres dándoles comida y vino para compartir en su mesa.
Para meditar:
- ¿Eres diligente con tu vida de oración y tu trabajo? ¿Por qué oras y por quiénes oras?
- ¿Cómo estás usando tus dones para servir en tu iglesia local, esa comunidad de fe en la que Dios te ha colocado?
- Si tu nombre estuviera escrito en el capítulo 3 de Nehemías, ¿qué te gustaría que se dijera de ti que fuera de ánimo a otros cuando lo leyeran?
- Hemos visto del carácter de Nehemías que era un hombre de oración, dependía de Dios, no era impulsivo, tenía una preocupación genuina por su pueblo, y con confianza en el Señor y Su pacto. ¿En qué te identificas con Nehemías y en qué no? ¿Cómo puedes cultivar un carácter firme en el Señor en todo lo que haces diariamente?
«…Y el rey me lo concedió, porque la mano bondadosa de mi Dios estaba sobre mí». -Nehemías 2:8
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