Día 268 | Esdras 7 - 10
Como ya hemos leído, este libro nos habla de la fidelidad de Dios en Su Palabra, Él prometió que Su pueblo regresaría y así fue. Sin embargo, no bastaba que regresaran solo a la tierra de donde fueron exiliados, ellos necesitaban un cambio que solo Dios puede realizar en ellos. Ya no serían suficientes los reyes ni los profetas, sino solo un Rey, que puede redimir su pecado, solo Cristo.
Esdras regresa a Judá para enseñar la ley al pueblo, asegurándose de las provisiones que Artajerjes daría, para terminar agradeciendo a Dios por Su misericordia. Dios usa a Artajerjes para proveer los tesoros de la reconstrucción del templo.
Como Esdras, todas podemos aprender a preparar nuestros corazones para estudiar la Palabra de Dios, practicar su enseñanza y enseñarla a los demás. Por todo esto, Esdras es el hombre que Dios usa para re dirigir a este pueblo. Esdras reconoció la …
Como ya hemos leído, este libro nos habla de la fidelidad de Dios en Su Palabra, Él prometió que Su pueblo regresaría y así fue. Sin embargo, no bastaba que regresaran solo a la tierra de donde fueron exiliados, ellos necesitaban un cambio que solo Dios puede realizar en ellos. Ya no serían suficientes los reyes ni los profetas, sino solo un Rey, que puede redimir su pecado, solo Cristo.
Esdras regresa a Judá para enseñar la ley al pueblo, asegurándose de las provisiones que Artajerjes daría, para terminar agradeciendo a Dios por Su misericordia. Dios usa a Artajerjes para proveer los tesoros de la reconstrucción del templo.
Como Esdras, todas podemos aprender a preparar nuestros corazones para estudiar la Palabra de Dios, practicar su enseñanza y enseñarla a los demás. Por todo esto, Esdras es el hombre que Dios usa para re dirigir a este pueblo. Esdras reconoció la mano misericordiosa de Dios en sus circunstancias. Si somos del Señor, nuestra vida está llena de las muestras de la misericordia de Dios. La pregunta es: ¿estás atenta a reconocerlas o te la pasas quejándote de lo que no tienes?
Esdras hace una lista de aquellos que regresaron con él, rechaza una compañía militar y confía en la fortaleza del Señor para proteger al pueblo en su viaje de cuatro meses. Pero antes de llegar a la ciudad, Esdras y su comitiva se detienen cerca del río, pero no encuentran levitas, el pueblo estaba en la tierra que su Dios les había dado y a la cual los había regresado, pero seguían con su corazón y sus prácticas pecaminosas, pues los que regresaron a Jerusalén se habían casado con mujeres no israelitas. Otra vez, este pueblo se desvió de los mandamientos de Dios. Por lo que Esdras da un decreto de que deberían exiliar a las mujeres e hijos que no son israelitas, pero esto solo se cumple parcialmente.
Nuestra vida está llena de situaciones que ameritan la obediencia a Dios; sin embargo, lo que hacemos es desviarnos de Sus buenos mandamientos. ¡Somos tan prontas a olvidar la bondad de Dios! Cuando estamos en incertidumbre, dificultad o nos sentimos inseguras, lo que más necesitamos es a Dios mismo, no alejarnos de Él; necesitamos de la verdad de Su Palabra para dirección y consuelo. Necesitamos orar sin cesar.
La oración de Esdras es impresionante. Primero, notemos que él ora incluyéndose como parte del pueblo, como Jesús les enseña a Sus discípulos, a orar a Nuestro Padre, a orar como una unidad, pidiendo perdón por sus iniquidades, recordando cómo son y lo que han hecho, pero apela a la misericordia que el Señor les ha mostrado guardando un remanente que se humille ante Él para levantar Su casa y restaurar sus ruinas y sus murallas. Esdras reflexiona en la razón del abandono de los mandamientos del Señor, pero les anima a dejar la impureza y volverse de todo su corazón al Señor para que Él les fortalezca y bendiga a sus generaciones.
Esdras insta al pueblo a reconocer que todo lo malo les ha sobrevenido por sus obras pecaminosas, y que deben arrepentirse, deben reconocer que Dios no los ha tratado conforme a sus iniquidades, sino que ha mostrado misericordia y justicia guardándolos como Su remanente.
Esta oración llama mi atención y me hace meditar en cómo es que nosotros nos acercamos a Dios en oración, ¿de verdad tenemos un corazón de comunidad? ¿Nos acercamos a Dios con la conciencia de que todos los creyentes deben adorar a Dios? ¿Tenemos en cuenta que todos hemos fallado y no somos dignos de ir a Su presencia a menos que presentemos nuestras culpas creyendo que nuestra humillación ante Él es necesaria y que requiere de honestidad? ¿Nos acercamos reconociendo que Él es bueno para perdonarnos y limpiarnos de toda maldad a través de Jesucristo?
No perdamos de vista la historia de Dios y Su pueblo, no perdamos de vista la misericordia que Él ha mostrado una y otra vez para preservarlos. ¿Puedes hoy ver esa misma misericordia y bondad en tu vida? Porque Dios no ha cambiado en su benignidad, amor, y fidelidad, podemos gozarnos y saltar de alegría que somos Suyas. Nada de lo que hagamos podrá quitar Su amor de aquellos que hemos sido elegidos para formar parte de Su remanente… ¡Gloria a nuestro Dios!
¡Qué importante es la oración!, ¡Cuánto beneficio trae a nuestra alma! Nos ayuda a recordar quién es Él, qué ha hecho, quiénes somos nosotras y de dónde nos ha traído, así como nos prepara para enfrentar lo siguiente… Solo podemos luchar contra el pecado con la gracia de Dios. La manera correcta de hacerlo es ir al Señor, no alejarnos de Él y Su Palabra.
Después de esta oración, el pueblo se dolió por su pecado, y Secanías se levantó reconociendo el pecado del que eran responsables, y aunque les dolía, y sabían que no era fácil expulsar a las mujeres que quizá muchos amaban, y a sus hijos, el pueblo decidió hacer pacto con Dios y seguir Su consejo, pues, ahora si veían la gravedad de Su pecado.
El arrepentimiento viene después de que somos conscientes de la profunda gravedad de nuestro pecado, de reconocer cuánto dolor y destrucción causamos a nuestro Padre y a nuestra comunidad. El pecado no solo le afecta a uno, hemos reconocido que somos un solo cuerpo como iglesia y como tal, si un miembro se duele, los demás se duelen también y son afectados.
La oración nos debe llevar a escudriñar lo profundo de nuestro corazón y pedir a Dios que nos ayude a arrepentirnos, a ver las cosas como Él las ve y a quitar toda maldad, a desear lo que Él desea y a anhelar a Él más que a cualquier cosa para que nuestras motivaciones en la vida cambien y eso afecte nuestra manera de vivir.
La confesión en la oración es una parte importante que nos lleva a ponernos de acuerdo con Dios en cómo Él ve el pecado y nos lleva al deseo por caminar en la voluntad de Dios, aunque eso duela a la carne.
Que el Señor nos recuerde que todo el pueblo de Dios necesita de nuestras oraciones, de exhortarnos unos a otros con la Palabra, que ningún líder es invencible, sino que todos requerimos luchar por nuestro caminar en los caminos del Señor, y nos necesitamos unos a otros. Oremos por nuestros líderes y pidamos que Su relación con el Señor sea su prioridad y deleite.
Para meditar:
- ¿Cómo está tu vida de oración?
- ¿Es el arrepentimiento y la confesión parte importante de tu caminar diario con el Señor?
- ¿Oras por tus líderes? Ora para que su relación con El Señor sea prioritaria en sus corazones.
- ¿Te preocupa el pecar no solo por las consecuencias que tenga el pecado en tu vida, sino como pueda afectar a tu iglesia?
- Recuerda que la gracia de Dios está disponible para todo corazón contrito y humillado. No te alejes del Señor, acércate a Él.
«Dios mío, confuso y avergonzado estoy para levantar, oh Dios mío, mi rostro a ti, porque nuestras iniquidades se han multiplicado sobre nuestra cabeza, y nuestros delitos han crecido hasta el cielo». -Esdras 9:6
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