Día 264 | Zacarías 1 - 7
El libro de Zacarías es conocido como el «Apocalipsis del Antiguo Testamento», esto es debido a sus revelaciones y visiones, y al simbolismo con que las describe, por lo que también contiene temas escatológicos. Quizás estés familiarizada con la palabra «escatología», pero como la repetición es la madre de la enseñanza, he aquí el concepto: escatología es todo lo referente a las últimas cosas que sucederán al final de los tiempos, es decir, entre la primera venida de Jesucristo, abarcando todas las cosas que acontecieron a lo largo de Su vida, hasta Su regreso en gloria. Después de Isaías, es el libro que contiene más profecías mesiánicas.
Zacarias significa «Dios recuerda» o «Dios ha recordado». Zacarías, además de profeta, era sacerdote, fue contemporáneo de Hageo y Malaquías. Su mensaje iba dirigido al grupo de exiliados de Judá luego del cautiverio babilónico, los cuales debían continuar con la construcción del Templo, …
El libro de Zacarías es conocido como el «Apocalipsis del Antiguo Testamento», esto es debido a sus revelaciones y visiones, y al simbolismo con que las describe, por lo que también contiene temas escatológicos. Quizás estés familiarizada con la palabra «escatología», pero como la repetición es la madre de la enseñanza, he aquí el concepto: escatología es todo lo referente a las últimas cosas que sucederán al final de los tiempos, es decir, entre la primera venida de Jesucristo, abarcando todas las cosas que acontecieron a lo largo de Su vida, hasta Su regreso en gloria. Después de Isaías, es el libro que contiene más profecías mesiánicas.
Zacarias significa «Dios recuerda» o «Dios ha recordado». Zacarías, además de profeta, era sacerdote, fue contemporáneo de Hageo y Malaquías. Su mensaje iba dirigido al grupo de exiliados de Judá luego del cautiverio babilónico, los cuales debían continuar con la construcción del Templo, la cual había sido detenida debido a la oposición de sus enemigos, como leemos en Esdras 4:5.
Su mensaje era un llamado al pueblo para que se volviera al Señor de los ejércitos, y servir con diligencia por las bendiciones recibidas. Es interesante notar que «Señor de los ejércitos» se menciona 51 veces en todo el libro, y se refiere a que todos los ejércitos celestiales están bajo el mando y la autoridad de Dios.
El Señor, por medio de Su mensajero, instaba al pueblo a que no cometiera los mismos errores de sus antepasados, errores que pagaron muy caro en el destierro a Babilonia. Aunque aún quedaba pueblo en el exilio, Dios les dio palabras buenas, palabras consoladoras. Estas palabras aludían a que Jerusalén sería reedificada y que todos sus enemigos serían derrotados, y la razón que el profeta da es porque el que los toca, toca la niña de Su ojo. Esta expresión se refiere al cariño especial y la predilección que se tiene hacia alguien o algo.
¿Has dado gracias al Señor de los ejércitos por ser amada de una manera tan hermosa y delicada? ¿Te basta Su amor cuando sabes que hay personas a tu alrededor que no te aman? Conocer en profundidad Su amor no solo nos hará vivir satisfechas aquí y ahora, sino que nos hará cantar de júbilo y alegría por toda la eternidad, porque Él mismo estará en medio nuestro.
Otro punto que se destaca en nuestra lectura de hoy es que todo cuanto el Señor nos ordena hacer no lo podremos hacer en nuestras fuerzas sino en las Suyas. En Zacarías 4:10 dice algo que deberíamos recordar en todo momento: «No por el poder ni por la fuerza, sino por MiEspíritu».
Al igual que Zorobabel y Josué, el Sumo Sacerdote, enfrentaron obstáculos para la reconstrucción del templo, nosotras también encontraremos obstáculos para edificar nuestros matrimonios, nuestros hijos, nuestros hogares o cualquier otra tarea que en Su Soberanía Él ha destinado para nosotras. Así que, querida hermana que hoy nos lees y escuchas, recuerda esto: ¡El Espíritu es nuestra mayor ayuda en cualquier debilidad que tengamos u obstáculo que enfrentemos!
Nunca osemos apoyarnos en nuestra propia prudencia, creernos autosuficientes y por sobre todo desoír la voz del Señor, porque esto es pecado, y Él mide nuestros pecados. Pecar es ofender al Dios tres veces santo, y esto, sin lugar a duda, acarrea terribles consecuencias. Israel es un vivo ejemplo de cuán lejos podemos llegar si no velamos, oramos y obedecemos al Señor.
Zacarías 6:1-8 también hace referencia a «cuatro carros» que salen de delante del Señor, la cual es una imagen muy parecida a la que aparece en Apocalipsis 6:1-8, y puede interpretarse tanto como el juicio que vendría sobre las naciones enemigas de Israel, así como al juicio final. Lo cierto es que, cualquiera que sea el significado de estas dos interpretaciones, Dios juzgó todas esas naciones enemigas, y sin duda juzgará todos los pecados que la humanidad ha hecho contra Su Nombre y contra Su Iglesia.
En Zacarías 6:9-15 observamos una coronación simbólica del sumo sacerdote Josué, quien es una representación de Aquel cuyo sacerdocio sería inmutable y perfecto, nuestro Señor Jesucristo. Luego de dicha coronación se menciona al Renuevo de Isaí y aquellas cosas que Él haría:
- Vendría a Su pueblo.
- Edificaría el templo.
- Estaría lleno de gloria.
- Gobernaría como rey y sería Sacerdote desde Su trono, haciendo consejo de paz entre ambos oficios.
- Traería a los que están lejos, es decir, los gentiles.
- Mostraría que Él es el Mesías enviado por Dios.
- Requeriría la obediencia de los que le oirán y oyen.
¡Cuántas promesas hechas realidad! ¿Te anima ver cómo las profecías han tenido su cumplimiento? ¿Puedes ver cómo todo, absolutamente todo, ha estado y está bajo la autoridad del Señor de los ejércitos?
Por último, en el capítulo 7, vemos cómo aquellos que ya tenían bastante tiempo asentados en Jerusalén se preguntaban si debían ayunar o no. Corría el quinto mes en el cual se recordaba la destrucción de Jerusalén y del templo, y faltaban tan solo dos años para que terminase el cautiverio, ¿Realmente era el ayuno necesario?
Y la respuesta de Dios llegó no solo con un «sí» o un «no», sino con una pregunta: «¿Ayunaban en verdad por Mí?». Se suponía que sus antepasados conocían cuál era el ayuno agradable a Su vista, pero habían ayunado incorrectamente cayendo en mero ritualismo. Esa nueva generación es advertida para que no hiciese lo mismo. Dios requería y aún requiere un ayuno o cualquier tipo de adoración hecha de corazón sincero. ¿Adoras, oras y ayunas en modo automático o con un corazón conforme a Sus instrucciones?
Para meditar:
- Obedecer es mejor que sacrificar (1 Sm. 15:22). Más que la multiplicación de ofrendas, Dios ha revelado lo que es bueno para que Su pueblo camine en ello (Mi. 6:6-8). ¡Si tan solo este pueblo se hubiera vuelto al Señor cuando Él se los recordaba a través de los profetas!
- Por eso, Cristo nos dejó Su vida de obediencia en nuestro lugar, para que por la fe en Él y en Su poder podemos crecer en obediencia a los mandamientos de Dios cada día y en cada área de nuestra vida. Sin embargo, la obediencia hecha para evitar las consecuencias, tampoco es la motivación correcta. Obedecemos porque amamos a Dios(Jn. 14:15; 1 Jn. 5:3), es en respuesta a Su obra por nosotras que anhelamos obedecerlo y podemos obedecerlo. ¡Bendito sea Dios por Su misericordia!
«Entonces respondió y me habló diciendo: “Esta es palabra de Jehová a Zorobabel, que dice: ‘No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos’”». - Zacarías 4:6
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