Día 251 | Ezequiel 38 - 39
En estos capítulos se predice una batalla contra Gog, un enemigo que surgiría en el futuro de Israel, procedente de la tierra de Magog. Vendría a batallar contra Israel junto con dos aliados: Mesec y Tubal cuando el pueblo regresara a su tierra. Estos eran pueblos aliados de Tiro.
Hay una batalla similar a esta profetizada en Apocalipsis (20:8), pero esta parece ser una batalla futura. Los comentaristas no conocen bien la identidad de estos enemigos Gog y Magog, pero se predice la victoria del pueblo de Dios y la devastadora derrota de este «enemigo» (¿Satanás y sus fuerzas del mal quizás?), para la gloria del nombre y la santidad y el poder de Dios.
Algunas cosas no están del todo claras en estos libros proféticos, pero de algo sí podemos estar seguras: Dios conoce los planes del enemigo aún miles de años antes de que sucedan, y Él ya …
En estos capítulos se predice una batalla contra Gog, un enemigo que surgiría en el futuro de Israel, procedente de la tierra de Magog. Vendría a batallar contra Israel junto con dos aliados: Mesec y Tubal cuando el pueblo regresara a su tierra. Estos eran pueblos aliados de Tiro.
Hay una batalla similar a esta profetizada en Apocalipsis (20:8), pero esta parece ser una batalla futura. Los comentaristas no conocen bien la identidad de estos enemigos Gog y Magog, pero se predice la victoria del pueblo de Dios y la devastadora derrota de este «enemigo» (¿Satanás y sus fuerzas del mal quizás?), para la gloria del nombre y la santidad y el poder de Dios.
Algunas cosas no están del todo claras en estos libros proféticos, pero de algo sí podemos estar seguras: Dios conoce los planes del enemigo aún miles de años antes de que sucedan, y Él ya tiene la victoria asegurada.
«Ningún arma forjada contra ti prosperará, y condenarás toda lengua que se alce contra ti en juicio. Esta es la herencia de los siervos del Señor, y su justificación procede de Mí», declara el Señor» (Is. 54:17).
Dios es nuestro Guerrero Victorioso. El Señor es nuestro defensor. Él vindica a Su pueblo por amor a Su nombre. Los malvados serán juzgados, tal cual leemos en este pasaje, la descripción de los hechos es gráfica porque el propósito es que, aunque tuvieron tiempo de gracia para venir en arrepentimiento a Dios, no lo hicieron, por lo tanto, sabrán que Jesucristo es el Señor de los cielos y de la tierra.
Porque Jesús ha vencido, nosotras vencemos con Él. Lo llamamos justo porque Él dará a cada cual su obra. Por eso, podemos alabar a Dios por Su gran misericordia que ha dado a Su Hijo Jesucristo para el perdón de nuestros pecados y nuestra relación con Dios. El evangelio triunfa sobre los enemigos de Dios, hoy ha triunfado también «para anular mediante la muerte el poder de aquel que tenía el poder de la muerte, es decir, el diablo» (Hb. 2:14).
La guerra entre la Simiente de la mujer y la simiente del diablo (Gn. 3:15) no nos debe extrañar hoy en día; sin embargo, podemos confiar que Dios ya ha decretado el final de los tiempos desde antes de los tiempos: Cristo vence… y nosotras con Él. Por eso, entrega tu pecado al Señor, no lo contemples mucho porque has sido libertada para vivir en adoración a Dios y te espera un futuro glorioso con Él.
Para meditar:
- ¿Qué enemigos se levantan hoy delante de ti que te atemorizan? Confía en Dios. Encomienda tu causa a Él.
«Encomienda al Señor tu camino, confía en Él, que Él actuará» (Sal. 37:5).
- ¿De qué manera eres animada por la verdad que Dios ha vencido para tu día de hoy?
- ¿Cómo puedes responder al Señor en obediencia y libertad de arrepentimiento, sabiendo que Cristo ha vencido por ti y en tu lugar?
- Lee Romanos 8, y deléitate en ese capítulo que nos recuerda la maravillosa obra de Cristo.
«Y mostraré Mi grandeza y santidad, y me daré a conocer a los ojos de muchas naciones; y sabrán que Yo soy el Señor». -Ezequiel 38:23
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