Día 250 | Ezequiel 35 - 37
La lectura de hoy termina con una profecía de Ezequiel que apuntaba a la futura reunificación de Israel y Judá, que se habían dividido en los días de Roboam. Dios los establecería de nuevo en su tierra, establecería Su pacto eterno con ellos, y habitaría en medio de ellos. ¡Dios es fiel!
Veamos algunas enseñanzas en la porción de hoy:
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Dios disciplina y luego restaura a Sus hijos.
El pueblo de Dios se había descarriado; había olvidado al Señor y había adorado ídolos y cometido abominaciones. Él los esparció por las naciones, pero ahora Él mismo promete restaurarlos, sacarlos de los pueblos donde estaban esclavizados y devolverlos a casa.
¡Cómo ama el Señor a los Suyos! ¡Cuánta misericordia! ¿Notaste las imágenes visuales en estos capítulos que hablan de restauración?
- Podrán acampar seguros en lugares silvestres sin temor.
- Lluvias de bendición.
- Cosechas abundantes de grano y fruto; nunca más sentirán …
La lectura de hoy termina con una profecía de Ezequiel que apuntaba a la futura reunificación de Israel y Judá, que se habían dividido en los días de Roboam. Dios los establecería de nuevo en su tierra, establecería Su pacto eterno con ellos, y habitaría en medio de ellos. ¡Dios es fiel!
Veamos algunas enseñanzas en la porción de hoy:
-
Dios disciplina y luego restaura a Sus hijos.
El pueblo de Dios se había descarriado; había olvidado al Señor y había adorado ídolos y cometido abominaciones. Él los esparció por las naciones, pero ahora Él mismo promete restaurarlos, sacarlos de los pueblos donde estaban esclavizados y devolverlos a casa.
¡Cómo ama el Señor a los Suyos! ¡Cuánta misericordia! ¿Notaste las imágenes visuales en estos capítulos que hablan de restauración?
- Podrán acampar seguros en lugares silvestres sin temor.
- Lluvias de bendición.
- Cosechas abundantes de grano y fruto; nunca más sentirán hambre.
- El pueblo se llenaría de gente; abundarían los rebaños.
- Árboles frutales y campos fértiles y cultivados que antes estaban baldíos (¡una tierra parecida al jardín del Edén!).
Estas profecías se cumplieron en parte, cuando los judíos regresaron después del cautiverio en Babilonia, pero tendrán su perfecto cumplimiento en el futuro reinado de Cristo. Pero, resulta interesante notar que en los últimos años, los judíos continúan regresando a su tierra, y aun siendo un lugar sumamente árido, es conocido por su abundante fertilidad.
Dios haría esto por amor a Su nombre, no porque el pueblo lo mereciera. ¡Esto es gracia! A pesar de que ellos habían deshonrado a Dios y profanado Su nombre, Él ofreció recogerlos y llevarlos de regreso a casa, rociarlos con agua pura para lavar su inmundicia y ponerles un nuevo corazón y un nuevo espíritu para que pudieran obedecer Sus mandamientos.
Dios ha provisto un camino de regreso a Él a través del sacrificio de Cristo. No hay futuro para aquellos que insisten en vivir en pecado, pero aquellos que lo confiesan y abandonan, hallarán misericordia (Prov. 28:13).
Solo una obra regeneradora del Espíritu Santo (un nuevo nacimiento) puede santificar los corazones, transformarlos y dirigirlos a obedecer la perfecta voluntad de Dios. Y cuando somos rociados con Su sangre, Él pone en nosotros un nuevo corazón que desea obedecerlo; nos da libertad, plenitud y vida abundante en Cristo. Cristo se convierte en nuestro Buen Pastor que camina con nosotras. Él es nuestra fuente de paz y seguridad.
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La Palabra del Señor da vida.
Dios habla a Ezequiel y le manda profetizar sobre huesos secos, sobre cadáveres ya en forma de esqueletos. Estos huesos eran representativos de la condición espiritual del pueblo de Israel. No había vida alguna en ellos. Pero el obrar de Dios a través de las palabras proféticas proferidas por Ezequiel dieron vida a estos huesos, y luego Él sopla Su espíritu en ellos y les da vida espiritual, formando un gran ejército.
Esto es ilustrativo de lo que el Espíritu Santo hace en medio nuestro cuando regenera a las personas y les da nueva vida espiritual. Dios está hoy mismo levantando muertos, dándoles vida, y reconciliándoles con Él (ver Efesios 2:1-10). Sin esa obra de Su poder somos literalmente como «muertos en vida», huesos secos que necesitan ser vivificados, regenerados, avivados.
Para meditar:
- Lee Juan 3:1-14. ¿Has nacido de nuevo?
- ¿Es Cristo tu Buen Pastor?
- ¿Te sientes en un desierto árido o desesperanzada? Permite que Su palabra sea un refrigerio para tu alma cansada y tu corazón sea avivado por el poder de Su Espíritu. Exponte a Su Palabra y pídele a Dios que Él vivifique tu corazón.
«Postrada está mi alma en el polvo; vivifícame conforme a Tu palabra». -Salmos 119:25
- Ora que Dios envíe un avivamiento a las iglesias en todo el mundo; que «sople Su espíritu» sobre los huesos sin vida que necesitan ser vivificados, que se levante un ejército de hombres y mujeres llenos de Su espíritu para llevar a cabo Su obra en esta tierra.
«Entonces los rociaré con agua limpia y quedarán limpios; de todas sus inmundicias y de todos sus ídolos los limpiaré. Además, les daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de ustedes; quitaré de su carne el corazón de piedra y les daré un corazón de carne. Pondré dentro de ustedes Mi espíritu y haré que anden en Mis estatutos, y que cumplan cuidadosamente Mis ordenanzas». -Ezequiel 36:25-27
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