Día 25 | Génesis 38 - 40
Parece mentira que de la tribu de Judá es precisamente de donde viene el Salvador del mundo. De nuevo, la Biblia no encubre el pecado de los hombres, aun el de aquellos que usa para cumplir Sus propósitos. Judá, luego de hacer desaparecer a su hermano José, se había alejado de su familia y contrajo matrimonio con una mujer cananita. En la lectura de hoy vemos desarrollarse una lamentable historia en medio de esa familia, involucrando a Onán, uno de sus hijos.
En aquel tiempo había la costumbre de que cuando un hombre de la familia falleciera sin dejar descendencia, uno de sus hermanos debía casarse con la viuda para continuar la línea de sucesión que había sido truncada. Onán aparentemente acepta la responsabilidad, pero obra engañosamente para evitar la descendencia. Esto motiva a Tamar, la viuda, a tomar el asunto en sus manos.
Más adelante vemos a Judá actuando …
Parece mentira que de la tribu de Judá es precisamente de donde viene el Salvador del mundo. De nuevo, la Biblia no encubre el pecado de los hombres, aun el de aquellos que usa para cumplir Sus propósitos. Judá, luego de hacer desaparecer a su hermano José, se había alejado de su familia y contrajo matrimonio con una mujer cananita. En la lectura de hoy vemos desarrollarse una lamentable historia en medio de esa familia, involucrando a Onán, uno de sus hijos.
En aquel tiempo había la costumbre de que cuando un hombre de la familia falleciera sin dejar descendencia, uno de sus hermanos debía casarse con la viuda para continuar la línea de sucesión que había sido truncada. Onán aparentemente acepta la responsabilidad, pero obra engañosamente para evitar la descendencia. Esto motiva a Tamar, la viuda, a tomar el asunto en sus manos.
Más adelante vemos a Judá actuando con deshonestidad hacia su nuera, con quien termina acostándose pensando que era una ramera. Todas estas cosas aparecen en la genealogía del Salvador.
Mientras esto ocurre, José está en Egipto y, tal como había visto en sueños, Dios tiene propósitos con su vida, pero debía trabajar en su carácter antes de usarlo grandemente.
El Señor estuvo con José en todo tiempo. Estuvo con él en la casa de Potifar, en la cárcel, y luego en el palacio del rey. Dios estaba con él en las buenas y malas; tenía Su mano sobre él y José prosperaba en todo lo que hacía. Dios favoreció a José y le dio favor ante los hombres. Su sabiduría y su fe bendicen cada lugar donde Dios lo coloca y se gana la confianza de todos. Aun el jefe de la cárcel no tenía que supervisar a José, ya que confiaba en él, confiaba que sería fiel en sus responsabilidades (vv. 39:22-23). Este es un llamado para todas nosotras como hijas de Dios. La Palabra nos llama a trabajar para Dios y no para los hombres. Él quiere que sus hijos e hijas sean irreprensibles, honestos, íntegros, puros y confiables.
El apóstol Pablo dice en Efesios 6:5-6:
«Siervos, obedezcan a sus amos en la tierra, con temor y temblor, con la sinceridad de su corazón, como a Cristo; no para ser vistos, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, haciendo de corazón la voluntad de Dios».
Finalmente, otro tema importante que vemos hoy tiene que ver con la pureza sexual. La pureza es importante para Dios. José huyó de la tentación. Hoy en día la tentación ante la inmoralidad nos toca a la puerta continuamente por todos los medios. Muchas prácticas inmorales son comunes y aceptadas en nuestros días, y en medio de todas estas tentaciones, Dios nos llama a huir de la inmoralidad (ver 1 Cor. 6:18; 2 Ti. 2:22).
Para meditar:
- ¿Qué piensas del obrar de Judá y de Tamar?
- ¿Te sorprendes cuando un «cristiano» peca? ¿Alguna vez has pensado que Dios solo usa personas perfectas?
- Cuando la gente te observa, ¿pueden darse cuenta de que eres una hija de Dios y de que Su Espíritu habita en ti?¿Por qué sí o por qué no?
- Todas tenemos un trabajo o servicio que hacer, ya sea dentro o fuera del hogar. ¿Es tu actitud una de fidelidad e integridad? ¿Tienes este espíritu de servicio y de obediencia a Dios? Si tu respuesta es no, ¿necesitas arrepentirte? ¿De qué manera no estás siendo una sierva fiel en Sus manos?
- ¿Qué pasos prácticos has dado o debes dar para protegerte de caer y guardar la pureza?
«...el Señor estaba con él, y todo lo que él emprendía, el Señor lo hacía prosperar». -Génesis 39:23
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