Día 23 | Génesis 32 - 34
Para llegar a su destino, Jacob deberá cruzar por el territorio ocupado por su hermano Esaú y, por lo tanto, anticipa este encuentro con mucho temor. ¿Cómo lo recibiría Esaú? ¿Intentaría hacerle daño? En medio de su temor, Jacob le recuerda a Dios Su promesa de guiarlo y hacerlo prosperar, y antes de llegar a tener este encuentro, Jacob es confortado con mensajeros de Dios que le confirman que Dios estaría con él (32:1-2).
Más adelante tiene un encuentro con Dios y misteriosamente se ve luchando con Él.Como resultado de este encuentro, Jacob sale cojeando. Su cojera sería un constante recordatorio de Quién estaba realmente en control de su vida. Cuando Dios quiere santificarnos y hacernos madurar, usualmente tiene que quebrantarnos. Dios lo debilitó para usarlo. Los hombres o mujeres que Dios usa más poderosamente son aquellas que han sido humilladas por Él y hechas fuertes en Dios en el …
Para llegar a su destino, Jacob deberá cruzar por el territorio ocupado por su hermano Esaú y, por lo tanto, anticipa este encuentro con mucho temor. ¿Cómo lo recibiría Esaú? ¿Intentaría hacerle daño? En medio de su temor, Jacob le recuerda a Dios Su promesa de guiarlo y hacerlo prosperar, y antes de llegar a tener este encuentro, Jacob es confortado con mensajeros de Dios que le confirman que Dios estaría con él (32:1-2).
Más adelante tiene un encuentro con Dios y misteriosamente se ve luchando con Él.Como resultado de este encuentro, Jacob sale cojeando. Su cojera sería un constante recordatorio de Quién estaba realmente en control de su vida. Cuando Dios quiere santificarnos y hacernos madurar, usualmente tiene que quebrantarnos. Dios lo debilitó para usarlo. Los hombres o mujeres que Dios usa más poderosamente son aquellas que han sido humilladas por Él y hechas fuertes en Dios en el proceso.
Mientras sigue su camino, Jacob envía presentes de antemano para tratar de apaciguar la anticipada ira de Esaú y, por la gracia de Dios y Sus soberanos planes, este encuentro resultó ser amigable y diplomático. Sin embargo, cada uno siguió su camino separadamente.
Esaú eligió un camino diferente al de su hermano y se convirtió en el padre de los edomitas, una nación que estaría en continuo conflicto con el pueblo escogido de Dios. Estas dos naciones, Edom e Israel, cumplen la profecía que vimos en Génesis 25:22. A pesar de su impresionante genealogía (Gn. 36), más extensa que la de su hermano Jacob, Dios cumpliría Sus propósitos con el pueblo, Su pueblo elegido: Israel.
Cuando Jacob se establece en la ciudad de Siquem, ocurre un episodio lamentable con Dina, su hija. Al igual que Lot cuando acampó en Sodoma, Jacob lo hizo muy cerca de un lugar pagano. Dina abandonó su lugar de seguridad y caminó cierta distancia sola para «visitar a unas jóvenes que vivían en la región» (34:1, NTV). Lamentablemente, fue una decisión poco sabia y cayó en manos de los impíos de aquel lugar, provocando trágicas consecuencias.
Para meditar:
- ¿Has sido quebrantada por Dios? ¿De qué forma?
- ¿Cómo puede una joven ponerse en el camino del peligro hoy?
- ¿Alguna vez has empujado los límites de seguridad y luego te ves en aprietos?
«Porque Tú me dijiste: “De cierto te haré prosperar, y haré tu descendencia como la arena del mar que no se puede contar por su gran cantidad”». -Génesis 32:12
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