Día 216 | Nahúm
Ayer aprendimos sobre el carácter fiel de Dios en salvar a Su pueblo a pesar de Ezequías y de cómo el imperio Asirio, personificado en el rey Senaquerib, atacó la Palabra de Dios para intentar desanimarlos. Sin embargo, Dios muestra Su soberanía sobre todas las cosas y personas, porque Su plan siempre se cumple y Él siempre protege a Su pueblo.
Como hemos aprendido, Dios habló por medio de Sus profetas a través de sueños o visiones, tanto con palabras de advertencias, así como, con palabras de aliento y estímulo para Su pueblo.
El nombre del profeta Nahúm significa «consuelo o consolación», de hecho, sus profecías acerca de la destrucción de Nínive contienen palabras de consolación. Nahúm había sido parte de la deportación asiria en la caída de Samaria, por lo que sus raíces serían del reino del norte. Su propósito es advertir a los pecadores de la estricta justicia …
Ayer aprendimos sobre el carácter fiel de Dios en salvar a Su pueblo a pesar de Ezequías y de cómo el imperio Asirio, personificado en el rey Senaquerib, atacó la Palabra de Dios para intentar desanimarlos. Sin embargo, Dios muestra Su soberanía sobre todas las cosas y personas, porque Su plan siempre se cumple y Él siempre protege a Su pueblo.
Como hemos aprendido, Dios habló por medio de Sus profetas a través de sueños o visiones, tanto con palabras de advertencias, así como, con palabras de aliento y estímulo para Su pueblo.
El nombre del profeta Nahúm significa «consuelo o consolación», de hecho, sus profecías acerca de la destrucción de Nínive contienen palabras de consolación. Nahúm había sido parte de la deportación asiria en la caída de Samaria, por lo que sus raíces serían del reino del norte. Su propósito es advertir a los pecadores de la estricta justicia de Dios y alentar al pueblo de Dios con Su poder de salvar, mostrando que ninguna oposición puede frustrar el avance del Reino de Dios.
Por eso el versículo clave es Nahúm 1:7-8: «Bueno es el Señor, una fortaleza en el día de la angustia, y conoce a los que en Él se refugian. Pero con inundación desbordante pondrá fin a su lugar, y perseguirá a Sus enemigos aún en las tinieblas».
Nuestro Dios, que es experto en dar alivio en medio de la angustia, consuelo en medio del caos y esperanza en medio de la desesperanza, usa a Nahúm para hablar Sus palabras a ellos y a nosotras de igual manera, porque nuestro Dios no cambia.
Nínive, la poderosa capital de uno de los imperios más crueles que el mundo haya visto, sería destruida. Unos cientos de años atrás, Asiria había recibido el tiempo de su visitación cuando el renuente profeta Jonás les comunicó que sería destruida, ante tan grave noticia este pueblo reaccionó y se volvió a Dios en arrepentimiento.
Sin embargo, ¿qué sucedió entre los años del arrepentimiento nacional y la presente noticia de su destrucción? Muchas cosas. Olvidaron al Dios que los perdonó y se volvieron orgullosos, sanguinarios, mentirosos, tiranos sobre los débiles y tramaron cosas contra el Señor. Dios, quien les mostró una gran misericordia, ahora derramará toda Su ira sobre ellos hasta el punto de que borrará el nombre de esa ciudad para siempre.
Cuando veo en documentales, leo libros de historia o visito las grandes ciudades actuales en las cuales, muchos de los pecados de los asirios y de otros grandes imperios aún se siguen cometiendo velada o abiertamente, siempre viene a mi mente que algún día todos ellos, al igual que Nínive, serán destruidos. Toda la soberbia de naciones e imperios poderosos impenitentes desaparecerán. Dios es increíblemente paciente y misericordioso que sigue llamando al arrepentimiento, pues ante Su santidad, el mal y la injusticia no pueden quedar impunes. O reciben la justicia de Cristo o recibirán la justicia perfecta en el juicio final.
Si Asiria hubiera persistido en su crueldad y oposición a Israel con éxito, la venida del Mesías habría sido puesta en peligro. Tenía que haber un Israel si iba a haber un Cristo, y Dios se aseguró de que el Cristo que Él prometió, viniera. Nahúm infunde aliento al pueblo al asegurar que todo el programa de la redención está en marcha. Sus profecías siguen haciendo eco hoy: Dios derrotó a este enemigo; Cristo lo derrotó en la cruz y lo derrotará en el juicio final. ¡Tenemos esperanza!
Nuestro Dios justo, celoso, vengador y lleno de indignación prometió a Judá buenas nuevas que anunciaban paz. Asiria nunca volvería a molestarla. Él sería para ella «una fortaleza en el día de la angustia» porque el Dios bueno «conoce a los que en Él se refugian».
En el tiempo señalado, Jesucristo, el Príncipe de paz, trajo las buenas nuevas de salvación con la promesa de que, quien le conoce, tiene vida eterna. Cristo ha vencido y nosotras podemos vencer con Él sobre nuestro enemigo: el pecado. Nahúm exaltó el carácter justo y bondadoso de Dios; sin embargo, también nos lleva a reflexionar que aún estamos a tiempo de llevar las buenas nuevas a otros, de pregonar que Cristo es el único refugio o fortaleza contra el día del juicio que vendrá.
Mientras tanto, los hijos de Dios vivimos por fe ante los juicios de Dios que acontecen hoy. La caída de Nínive apuntaba al pueblo de Dios a confiar que Dios es justo y cumple Su Palabra. A veces envidiamos lo que otros en el mundo tienen sin recordar, que ni aun todas las riquezas que tengan les podrá liberar de la justicia de Dios.
Aunque nuestro mundo está «al revés» y existan muchos «asirios» malvados que parecen triunfar, recordemos que nuestro Dios es infinitamente bueno, sigue siendo nuestra fortaleza frente a estas leves tribulaciones que padecemos de este lado del cielo y nos ha dejado al Espíritu Santo quien es nuestro gran Consolador y Ayudador.
Para meditar:
- ¿Te consuela saber que un Dios soberano, a quien nada se le escapa, está cuidando de ti, de tu vida, tus circunstancias y que Su bondad nunca se apartará de ti?
- Afírmate en la verdad de que Dios está con nosotras, y si es así, ¿quién contra nosotras? No temas lo que el hombre puede hacer, no temas ante lo que ves en el mundo; Dios sigue en control y cumplirá Su Palabra. Vive por fe y afirma tus pies en Sus caminos.
- Considera orar por los perdidos para que vengan en fe y arrepentimiento a Cristo, quizá es un miembro de tu familia o tu vecino. ¡La salvación y el juicio es del Señor!
«Bueno es el Señor, una fortaleza en el día de la angustia, y conoce a los que en Él se refugian». -Nahúm 1:7
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