Día 208 | Isaías 44 - 48
El día de ayer fuimos grandemente edificadas al recordar la misericordia de Dios y Su promesa de salvación cumplida hoy para nosotras en la Persona y obra de Jesucristo. Esas promesas y bendiciones de Dios para Su pueblo son nuestras hoy por la fe en Jesús. Nuestros capítulos de hoy, 44 al 48 de Isaías se sitúan en un período crucial de la historia de Israel, marcado por la cautividad babilónica y la posterior liberación bajo el rey Ciro de Persia.
En este contexto, el profeta Isaías está profetizando sobre el regreso del pueblo judío del exilio en Babilonia y la restauración de Jerusalén. Durante este tiempo, el pueblo de Israel fue llevado cautivo a Babilonia como castigo por su pecado y rebelión contra Dios. Sin embargo, Isaías anuncia la liberación futura y el regreso a la tierra prometida que tiene mucho que ver con nuestra salvación y futuro eterno. …
El día de ayer fuimos grandemente edificadas al recordar la misericordia de Dios y Su promesa de salvación cumplida hoy para nosotras en la Persona y obra de Jesucristo. Esas promesas y bendiciones de Dios para Su pueblo son nuestras hoy por la fe en Jesús. Nuestros capítulos de hoy, 44 al 48 de Isaías se sitúan en un período crucial de la historia de Israel, marcado por la cautividad babilónica y la posterior liberación bajo el rey Ciro de Persia.
En este contexto, el profeta Isaías está profetizando sobre el regreso del pueblo judío del exilio en Babilonia y la restauración de Jerusalén. Durante este tiempo, el pueblo de Israel fue llevado cautivo a Babilonia como castigo por su pecado y rebelión contra Dios. Sin embargo, Isaías anuncia la liberación futura y el regreso a la tierra prometida que tiene mucho que ver con nuestra salvación y futuro eterno.
Capítulo 44
En el contexto del capítulo 44 de Isaías, encontramos tres aspectos sorprendentes que nos llevan al asombro y revelan el carácter incomparable de Dios:
- Dios es el único Dios: A lo largo del capítulo, Isaías enfatiza la singularidad de Dios como el Creador y el único que tiene poder sobre todas las cosas. No hay otro Dios aparte de Él, y Su grandeza supera a cualquier ídolo o falso dios que el hombre pueda crear.
- Dios es un Dios que ama: A pesar de la infidelidad y rebeldía del pueblo de Israel, Dios sigue demostrando Su amor inquebrantable hacia ellos. Él los ha escogido como Su pueblo y los sostiene con su amor eterno, ofreciendo perdón y redención incluso cuando no lo merecen.
- Dios es un Dios perdonador y redentor: A lo largo del capítulo, vemos cómo Dios ofrece perdón y redención a su pueblo, a pesar de sus transgresiones. Él promete restaurarlos, levantarlos y bendecirlos abundantemente, demostrando así Su gracia y misericordia inagotables.
El mundo siempre va a intentar seducirnos, nuestros propios corazones son una fábrica de ídolos, como decía Juan Calvino. En medio de las tentaciones del mundo y las tendencias de nuestros propios corazones hacia la idolatría, es crucial recordar quién es Dios y fijar nuestros ojos en su carácter eterno e inmutable. Solamente al reconocer su grandeza y su amor podemos encontrar verdadera estabilidad y esperanza para nuestras vidas.
Capítulo 45
Nos encontramos con un mensaje que lleva nombre y apellido, es un mensaje dirigido específicamente a Ciro, identificándolo como «Su ungido», lo que resalta el papel que desempeñaría como rey de Persia. Aunque Ciro era un líder humano, es importante recordar que es Dios quien unge y establece a los reyes según su voluntad. Así, Ciro actúa como un instrumento en las manos de Dios, al igual que cada uno de nosotros. Este capítulo nos muestra la soberanía de Dios sobre todas las cosas, tanto en lo bueno como en lo malo.
Es reconfortante reconocer que cada una de nosotras está en el lugar que Dios ha dispuesto para nosotras, y que todo poder proviene de Él. Dios tiene propósitos específicos y soberanos que se cumplen a través de la historia y las acciones de los seres humanos, incluso de aquellos que no lo reconocen como su Señor.
En el versículo 13, se menciona a un «libertador», señalando al Mesías que vendría para liberar al pueblo del pecado y de la idolatría. Este pasaje nos recuerda la promesa de redención y salvación que Dios ofrece a través de su ungido, Jesucristo, quien nos libra del poder del pecado y nos lleva a la verdadera adoración y comunión con Dios.
«¿No soy Yo, el Señor? No hay más Dios que Yo, un Dios justo y salvador; no hay ninguno fuera de Mí.Vuélvanse a Mí y sean salvos, todos los términos de la tierra; porque Yo soy Dios, y no hay ningún otro» (vv. 21-22).
¡Qué bueno es saber que tenemos a dónde ir para encontrar oportuno socorro!
Capítulo 46
Este capítulo pareciera ser una continuidad sobre el tema de los ídolos, un tema que Dios viene tratando en los capítulos anteriores, pero aquí, el profeta presenta un contraste entre los ídolos de Babilonia y la salvación del Dios eterno. Me llama la atención la forma tan gráfica y hasta graciosa en que el profeta describe cómo la gente prácticamente debe cargar a cuestas con sus ídolos mientras el Dios todopoderoso hace al contrario, liberar y cargar a los suyos. Aunque suene gracioso, precisamente así de ridículos nos vemos cuando nos aferramos a nuestros ídolos, cuando ponemos nuestras esperanzas en cosas o en personas que no pueden liberarnos (sino que al contrario, tenemos que cargar a cuestas), apartando la mirada de nuestro Redentor.
Casi al final del capítulo, vemos a Isaías enfatizando al pueblo que Dios no tiene comparación ni pares: «¿A quién me asemejarán, me igualarán o me compararán para que seamos semejantes?» (v. 9).
Esto me hace pensar en lo que dije al inicio, las Escrituras deben llevarnos a enfocarnos en el carácter maravilloso de nuestro Dios, al ver las tantas veces que se utiliza aquí la frase «Yo soy» que en el hebreo se refiere a «Yo soy el que Soy»; si lo pudiéramos traducir, sería algo como: «Yo soy Dios, y no hay otro; la Divinidad, y nadie puede compararse conmigo». No hay nadie que pueda compararse con nuestro Señor, ni ahora ni nunca. Isaías termina este capítulo con un llamado de atención fuerte al pueblo en el que les dice:
«Escúchenme ustedes, duros de corazón, que están lejos de la justicia.Yo acerco Mi justicia, no está lejos; y Mi salvación no tardará. Pondré salvación en Sión, y para Israel será Mi gloria» (vv. 12-13).
Nota que Dios, a pesar de decirles duros de corazón, que están lejos de la justicia, les muestra Su carácter amoroso, el de un Padre, pues no solamente se acercó, sino que los liberaría y volvería a poner como Su gloria delante de las naciones. Dios es un Dios que cumple sus promesas, que actúa a Su tiempo y que cumplirá Su propósito en ti y en mí, así como lo hizo con ellos.
Capítulo 47
Hemos mencionado varias veces la profecía de la caída de Babilonia, y hoy volvemos a verla en más detalle en el capítulo 47. Esto iba a suceder en el año 539 a. C., es decir, unos 160 años más tarde. Podemos ver que todo ocurrió tal y como Isaías lo dijo, a pesar de que él no lo vio.
Esto nos debe llevar a un entendimiento más claro de que Dios va a cumplir todo lo que está escrito en Su palabra, a Su tiempo, y eso incluye la segunda venida de Cristo, así como se cumplió al pie de la letra todo lo dicho por los profetas sobre su primera venida, así también lo será su segunda venida, y no sé ustedes, pero particularmente yo anhelo que mis ojos puedan ver al Rey inmortal, así como Isaías lo vio en el capítulo 6, así quiero verlo venir triunfante y poder ver finalmente la verdadera justicia que solo tendremos en Él.
En medio de todo lo que Dios describe sobre el juicio a Babilonia, hay cosas que podemos concluir y es que esta caída es resultado del juicio divino; si bien es cierto que Dios utilizó a estas naciones como instrumentos para tratar con Su pueblo Israel, no es menos cierto que Dios también le pasó juicio a dichas naciones y en este caso no sería la excepción. Dios iba a pasar juicio a esta nación por su crueldad para con el pueblo de Dios, (los de Judá específicamente, v. 6) y por la arrogancia que exhiben creyéndose que eran invencibles (vv. 7-10).
Así como podemos ver a través de la historia diversos imperios que actuaron de manera similar, creyendo que serían eternos o invencibles, tuvieron un final parecido, lo que le iba a suceder a Babilonia no podía ser evitada ni por su estrategia política o militar, ni por los febriles esfuerzos de sus sabios, magos y astrólogos (vv. 11–13), ni mediante el pago de rescate (v. 11).
Cuando Dios decreta algo, nada puede detener Su mano. Al leer esto pienso en otro profeta, Habacuc, cuando veía las cosas que parecían no tener salida, oraba, pedía ayuda, pudo orar diciendo:
«Aunque la higuera no eche brotes,
Ni haya fruto en las viñas;
Aunque falte el producto del olivo,
Y los campos no produzcan alimento;
Aunque falten las ovejas del redil,
Y no haya vacas en los establos,
Con todo yo me alegraré en el Señor,
Me regocijaré en el Dios de mi salvación.
El Señor Dios es mi fortaleza;
Él ha hecho mis pies como los de las ciervas,
Y por las alturas me hace caminar». – Habacuc 3:17-19
Mi amada hermana, aunque pareciera que no hay salida, Dios cumplirá Su promesa y Él es quien nos libera y quien hace justicia.
Capítulo 48
Dios habla nuevamente a Su pueblo, y es como una invitación a evaluar su pasado, y es que no sé por qué es que justo cuando estamos en medio del sufrimiento somos más propensos a reflexionar en ello, ya sea que te estreses y te lamentes por malas decisiones, pero sin lugar a dudas es un excelente momento para pensar en esos errores y es algo que Dios le puntualiza a su pueblo en este momento, pero más que enfocarse en los errores es en recordar y apreciar la fidelidad de Dios en medio de éstos.
Entre las cosas que Dios llama al pueblo a recordar están:
- Dios ha contenido Su ira (v. 9).
- Dios ha purificado al pueblo (v. 10).
- El pueblo es llamado a recordar las obras de Dios (vv. 12–15).
- Dios es primero y último (v. 12).
- Dios ha sido todopoderoso en la creación (v. 13).
- Dios les ama y protege de los enemigos (v. 14).
Algo que he aprendido en mi vida es que por más ansiedad, tristeza y hasta molestia que me causan los errores del pasado, malas decisiones, cosas que me hubiera gustado hacer de manera diferente o mejor aún ¡no haberlas hecho!, el mirar al pasado entendiendo la fidelidad de Dios, debe ayudarnos a obrar mejor en el presente y el futuro. Debe ayudarnos a ver Su mano en medio de todo y más que nada... ver Su amor para con sus hijos.
Para meditar:
- ¿Qué aprendiste sobre el carácter de Dios en estos capítulos?
- ¿Cómo puedes ver la fidelidad de Dios en tu vida en este último mes? Agradece a Dios por Su fidelidad para con tu vida.
- ¿Existen dioses en tu vida, los cuales pareciera que llevaras a cuestas en tus espaldas?
«Vuélvanse a Mí y sean salvos, todos los términos de la tierra; porque Yo soy Dios, y no hay ningún otro.Por Mí mismo he jurado, ha salido de Mi boca en justicia una palabra que no será revocada, que ante Mí se doblará toda rodilla, y toda lengua jurará lealtad». -Isaías 45:22-23
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