Día 205 | Isaías 35-36
En el día de ayer vimos como el juicio que viene es inminente, pero el contraste es evidente al llegar al día de hoy en el capítulo 35. El autor nos presenta una visión de restauración, renovación y esperanza. Este capítulo es parte de un mensaje profético sobre el futuro de Israel y el reino de Dios.
«El desierto y el yermo se alegrarán, y se regocijará el Arabá y florecerá como el azafrán; florecerá copiosamente y se regocijará en gran manera y gritará de júbilo. La gloria del Líbano le será dada, la majestad del Carmelo y de Sarón. Ellos verán la gloria del Señor, la majestad de nuestro Dios». –Isaías 35:1-2
Habla de un desierto y una tierra árida que se convertirán en un paraíso fértil y floreciente. Se menciona que las flores y las plantas crecerán en lugares que antes estaban secos y sin vida. Los versos …
En el día de ayer vimos como el juicio que viene es inminente, pero el contraste es evidente al llegar al día de hoy en el capítulo 35. El autor nos presenta una visión de restauración, renovación y esperanza. Este capítulo es parte de un mensaje profético sobre el futuro de Israel y el reino de Dios.
«El desierto y el yermo se alegrarán, y se regocijará el Arabá y florecerá como el azafrán; florecerá copiosamente y se regocijará en gran manera y gritará de júbilo. La gloria del Líbano le será dada, la majestad del Carmelo y de Sarón. Ellos verán la gloria del Señor, la majestad de nuestro Dios». –Isaías 35:1-2
Habla de un desierto y una tierra árida que se convertirán en un paraíso fértil y floreciente. Se menciona que las flores y las plantas crecerán en lugares que antes estaban secos y sin vida. Los versos describen que habrá alegría, canto y gozo en este nuevo ambiente, «ellos verán la gloria del Señor», el único capaz de cambiar el lamento en danza.
Luego, se describe un camino especial llamado «Camino de Santidad» que solo será transitado por los justos y aquellos que siguen a Dios. Se habla de la ausencia de amenazas y peligros en este camino, asegurando la seguridad para aquellos que elijan seguirlo.
El capítulo concluye con la imagen del retorno de los redimidos a Sión, su ciudad santa. Ellos regresarán con alegría y con cantos de júbilo, y se destaca que el dolor y el sufrimiento desaparecerán, reemplazados por la felicidad y la dicha eterna. Considero que también nos apunta a una transformación. Cuando Cristo venga a reinar, y es algo que aguardamos todos los creyentes, esta tierra y este cuerpo que sufren y están bajo juicio, serán redimidos. Ahí reposa la esperanza del creyente, que Cristo aplastará al enemigo y reinará por siempre.
Teológicamente, este capítulo puede verse como una profecía mesiánica que apunta a la venida del Mesías y al Reino de Dios, donde se manifiesta el poder transformador y redentor de Dios. Para los creyentes, el pasaje refuerza la fe en la capacidad de Dios para renovar y restaurar no solo la tierra, sino también los corazones y las vidas humanas. Además, sugiere que la verdadera felicidad y seguridad se encuentran en caminar por el camino de la justicia y la santidad.
Es importante notar que este texto tiene referencias en el Nuevo Testamento, especialmente en relación con la obra y el ministerio de Jesús. Una de las conexiones más claras se encuentra en los evangelios, donde se mencionan los milagros y señales que Jesús realizó durante su ministerio.
- Mateo 11:4-6 y Lucas 7:22: En estos pasajes, Juan el Bautista, desde la cárcel, envía a sus discípulos para preguntar a Jesús si Él es el que ha de venir o si deben esperar a otro. Jesús les responde citando señales y milagros que se alinean con las profecías del Antiguo Testamento, en particular con Isaías 35.
- Marcos 7:32-37 y Marcos 8:22-25: Estos pasajes describen dos de los milagros de Jesús que reflejan la curación de sordos y ciegos, conectando con las profecías de Isaías 35.
Capítulo 36
En este capítulo comenzamos a leer un relato que se extiende hasta el capítulo 39. Aquí vemos a Ezequías en un relato que ya leímos en parte en 2 Reyes 18-20 y 2 Crónicas 32. En resumen; una representación de los asirios (un gran ejército), estaban a la puerta de Jerusalén. Senaquerib, el rey de Asiria, había enviado a Rabsaces quien era su portavoz, y este se colocó junto al acueducto del estanque superior.
Entonces, Eliazim, Sebna y Joa, quienes eran ministros de Judá, salen a su encuentro y Rabsaces les hace unas preguntas: «¿Qué confianza es esta en que te apoyas? ¿En quién confías para que te rebeles contra mí?». Sus preguntas y comentarios subsecuentes, resaltan la ignorancia y la arrogancia de Rabsaces y de los asirios a nivel general.
Más adelante, Rabsaces se pregunta, cómo puede Dios salvarlos si Ezequías había derribado los lugares altos. Si recuerdas, como parte de sus reformas espirituales, en su reinado, Ezequías removió los lugares altos y estableció la adoración en el templo de Salomón. Rabsaces pensaba que Dios no podría salvarlos, sin saber que el Dios de Judá, no era como sus dioses. Él desconocía en quién Ezequías creía, el Dios omnipotente, omnipresente, que no habita en los lugares altos como los dioses falsos.
El mundo desconoce los propósitos de Dios, «Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente» (2 Corintios 2:14). Era imposible para este hombre entender los propósitos de Dios con Su pueblo y Su revelación respecto a Asiria y Judá.
Así mismo, aquellos que no tienen el Espíritu Santo, no tienen discernimiento espiritual. Y así estábamos tú y yo, ¿no? Solo por la gracia del Señor podemos ser guardadas del engaño y perseverar en la Verdad.
Hoy quiero concluir respondiendo la pregunta de Rabsaces:
«¿Qué dios hay entre los dioses de estas tierras que haya librado su tierra de mi mano, para que Jehová libre de mi mano a Jerusalén?». –Isaías 36:20
Yo le respondería con Isaías 46: 9 y 10.
«Acordaos de las cosas anteriores ya pasadas, porque yo soy Dios, y no hay otro; yo soy Dios, y no hay ninguno como yo, que declaro el fin desde el principio y desde la antigüedad lo que no ha sido hecho. Yo digo: «Mi propósito será establecido, y todo lo que quiero realizaré».
Para meditar:
- Te invito a adorar a Dios, porque no solamente libró a Israel de sus enemigos, sino que te libró a ti (si has creído), de la destrucción eterna. Medita en las letras de esta canción.
«Volverán los rescatados del Señor, entrarán en Sión con gritos de júbilo, con alegría eterna sobre sus cabezas. Gozo y alegría alcanzarán, y huirán la tristeza y el gemido». -Isaías 35:10b
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