Día 197 | Isaías 13-17
Ayer veíamos cómo el pueblo estaba anestesiado al punto que no reconocía sus pecados. Fue un período tumultuoso de los reyes de Judá e Israel, incluyendo los reinados de Acaz y Ezequías en Judá, y de Peka y Oseas en Israel. Estos líderes a menudo cayeron en la idolatría y la apostasía, lo que provocó el juicio divino sobre las naciones. La guerra, la opresión extranjera y la dispersión del pueblo son algunos de los eventos claves que hemos visto hasta ahora.
Hoy regresamos a Isaías, y en los próximos días conoceremos las profecías a otras naciones que el Señor instruye a Isaías. Desde el capítulo 13 hasta el 23 veremos, cómo Dios juzga a las naciones gentiles.
Dios sigue airado con su pueblo (13:3). Desde el principio del libro, Isaías ha comunicado acerca del juicio que viene sobre Israel y Judá, este juicio sería ejecutado por la mano de …
Ayer veíamos cómo el pueblo estaba anestesiado al punto que no reconocía sus pecados. Fue un período tumultuoso de los reyes de Judá e Israel, incluyendo los reinados de Acaz y Ezequías en Judá, y de Peka y Oseas en Israel. Estos líderes a menudo cayeron en la idolatría y la apostasía, lo que provocó el juicio divino sobre las naciones. La guerra, la opresión extranjera y la dispersión del pueblo son algunos de los eventos claves que hemos visto hasta ahora.
Hoy regresamos a Isaías, y en los próximos días conoceremos las profecías a otras naciones que el Señor instruye a Isaías. Desde el capítulo 13 hasta el 23 veremos, cómo Dios juzga a las naciones gentiles.
Dios sigue airado con su pueblo (13:3). Desde el principio del libro, Isaías ha comunicado acerca del juicio que viene sobre Israel y Judá, este juicio sería ejecutado por la mano de pueblos poderosos de la tierra, pero venía directamente del Todopoderoso (13:6). Isaías profetiza la caída y destrucción de Babilonia (capítulo 13), Asiria (capítulo 14), Filistea (capítulo 14), Moab (capítulo 15), Damasco y Efraín (capítulo 17), entre otros. Estas profecías destacan el juicio de Dios sobre las naciones debido a su pecado y maldad.
Si has estado con nosotras desde el principio de este reto y has seguido el relato desde la época de los jueces, habrás notado el declive del pueblo de Dios y la continua paciencia que Él ha mostrado hacia ellos. Se evidencia el amor incondicional del Señor hacia Su pueblo, a pesar de que ellos persisten en apartar sus corazones de su Salvador. Aunque se ha pronunciado juicio sobre las naciones, Isaías también nos presenta un llamado al arrepentimiento y a confiar en Dios. Él urge a las naciones a abandonar su pecado y a volver a Dios en busca de perdón y restauración. Este mensaje resalta especialmente en los oráculos dirigidos a Moab y Damasco (en los capítulos 15 y 17), donde se brinda una oportunidad de redención incluso en medio del juicio.
A lo largo de estos capítulos, Isaías también ofrece una promesa de restauración para el remanente fiel de Israel. Aunque el juicio vendrá sobre las naciones y habrá desolación, Dios preservará un remanente que volverá a él y experimentará su gracia y restauración.
Isaías subraya la soberanía y el poder de Dios sobre las naciones y la historia. Dios es retratado como el gobernante supremo que gobierna sobre los destinos de las naciones y que interviene en los asuntos humanos según su voluntad soberana.
En el capítulo 14, si recuerdas el tiempo en el colegio, cuando en la clase de historia nos hablaban de Babilonia, recordarás que era una ciudad próspera y poderosa, en el contexto de este libro, Babilonia se presenta como un símbolo de poderío mundial, opresión y arrogancia. Isaías profetiza sobre la caída y destrucción de Babilonia como parte del juicio de Dios sobre las naciones. Babilonia representaba el epítome de la soberbia y la maldad en el mundo antiguo, y su eventual caída simbolizaba el juicio divino sobre la injusticia y la opresión.
Babilonia era conocida por su crueldad y brutalidad en la conquista de otras naciones, así como por su idolatría y corrupción moral. Isaías denuncia su arrogancia y pecado, y predijo su caída como resultado del juicio de Dios. A través de sus profecías, Isaías muestra que ningún reino terrenal puede prevalecer contra el poder y la justicia de Dios. Y eso sigue siendo igual para los reinos actuales o aquellas naciones que se levantan como las potencias mundiales.
Cada una de estas naciones es amonestada por un pecado peculiar: Babilonia por su idolatría; Moab por su orgullo; Damasco su desobediencia al pacto de Dios; Asiria y Filistea por su maldad constante contra el pueblo de Dios. Medita por un momento en la condición de tu corazón. ¿Cuántas veces has sido orgullosa, altiva, desobediente, malvada en tus actos y pensamientos contras el cuerpo de Cristo?
Nuestras vidas necesitan el Evangelio más de lo que muchas veces nos tomamos el tiempo de pensar, no hay esperanza de vivir para Dios en nuestras fuerzas y con nuestra vieja naturaleza, no hay paz con Dios, no hay transformación real ni identidad que se sostenga en nosotras mismas. Verdaderamente, solo por la fe en Jesús, quien no solo nos da las buenas noticias de Salvación, sino que nos acerca a Dios de manera que nos despojemos de esas ropas sucias. Que corramos con el vestido de justicia de Dios en Cristo, y no nos hagamos a la manera de estas naciones.
Para meditar:
- ¿Cómo podemos aplicar la paciencia y el amor incondicional de Dios hacia Su pueblo, a nuestras propias vidas y relaciones personales?
- ¿Qué pasos podemos tomar para abandonar el pecado y volver a Dios en arrepentimiento, siguiendo el ejemplo presentado en los llamados al arrepentimiento de Isaías a las naciones?
- ¿Cómo podemos mantener nuestra confianza en Dios y buscar su perdón y restauración, incluso en medio de los momentos de juicio y dificultad en nuestras vidas?
- En el día de hoy te invito a escuchar esta canción y a meditar en esta hermosa promesa:
Ciudad de Dios Jonathan y Sarah:
«Si el Señor de los ejércitos lo ha determinado, ¿quién puede frustrarlo? Y en cuanto a Su mano extendida, ¿quién podrá apartarla?». -Isaías 14:27
*Ofertas disponibles solo durante la emisión de la temporada de podcast.
Únete a la conversación