Día 183 | 2 Reyes 1- 4
Originalmente, el libro de 1 Reyes y 2 Reyes es un solo libro, puesto que nos cuenta la historia del pueblo de Israel de camino al exilio, es decir, a su destrucción como un pueblo de 12 tribus debido a la idolatría que persistió en sus corazones. Así que al leerlo, haz de cuenta que solamente cambiaste de página y sigue meditando en tu vida a la luz de Su Palabra.
Al estar viviendo en este mundo nos acostumbramos a caminar por vista, a pensar que nuestra vida y la de nuestros familiares depende de cuántos recursos económicos tengamos, o de tal o cuál médico nos trate, o del tratamiento más avanzado que existe. Ponemos nuestra esperanza en ciertos medicamentos o rutinas físicas, incluso tendemos a primeramente recurrir al internet para buscar algún tipo de seguridad o respuesta antes que correr al único y verdadero Dios, el Creador de todo …
Originalmente, el libro de 1 Reyes y 2 Reyes es un solo libro, puesto que nos cuenta la historia del pueblo de Israel de camino al exilio, es decir, a su destrucción como un pueblo de 12 tribus debido a la idolatría que persistió en sus corazones. Así que al leerlo, haz de cuenta que solamente cambiaste de página y sigue meditando en tu vida a la luz de Su Palabra.
Al estar viviendo en este mundo nos acostumbramos a caminar por vista, a pensar que nuestra vida y la de nuestros familiares depende de cuántos recursos económicos tengamos, o de tal o cuál médico nos trate, o del tratamiento más avanzado que existe. Ponemos nuestra esperanza en ciertos medicamentos o rutinas físicas, incluso tendemos a primeramente recurrir al internet para buscar algún tipo de seguridad o respuesta antes que correr al único y verdadero Dios, el Creador de todo cuanto existe.
Esto no significa que no seamos diligentes con los medios de gracia que Dios nos ha provisto, sino que cuidemos nuestro corazón de no depositar nuestra esperanza en los medios en lugar del Dios de los medios.
Pero hoy, nuestro Señor nos hace la misma pregunta que le hizo a Ocozías:
«¿No hay acaso Dios en este país para que vayáis a consultar [al internet], el dios de este mundo?»
Solo el Dios de Israel, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, es el que tiene el control de todo. Absolutamente todo está en Sus manos, ya sea la salud o la enfermedad, la vida y la muerte, la pobreza o la riqueza, la salvación o la perdición. Así que, no nos dejemos confundir o engañar por los falsos dioses y las falsas creencias y esperanzas de este mundo.
«Confíen en Él en todo tiempo, Oh pueblo; derramen su corazón delante de Él; Dios es nuestro refugio». -Salmos 62:8
Leemos sobre estos sucesos de la radical obra de Dios al descender fuego del cielo y consumir a los soldados que había enviado Ocozías. Y es que la dureza, la incredulidad y la rebeldía de nuestro corazón muchas veces amerita el fuerte calor de la prueba o de la disciplina de Dios para quitar nuestra ceguera y sordera espiritual con el fin de que podamos reconocer y ver la Verdad.
Ahora, recordemos que Dios le había dado mandamiento a Su pueblo en Deuteronomio 6:4-6:
«Escucha, oh Israel, el Señor es nuestro Dios, el Señor uno es. Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza. Estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón».
Una y otra vez Dios le advertía a Su pueblo y a sus reyes que no entregaran su corazón a falsos dioses. Pero ellos ignoraban estas advertencias hasta que sufrían las consecuencias.
No desprecies Su misericordia y Su compasión. Él siempre te está llamando al arrepentimiento.
Otro de los valores o cosmovisión que corremos el peligro de adoptar al vivir en este mundo, es la de querer aferrarnos a ciertas personas o recursos materiales, porque creemos que nuestro bienestar físico o espiritual depende de ellas. Algunas de esas cosas pueden ser nuestras casas, cuentas de bancos, nuestros líderes, pastores o padres. Pero Dios, en Su infinita sabiduría y amor por nosotras, nos quitará esas muletillas para que veamos y comprendamos que dependemos cien por ciento de Él, y que lo más importante que podemos hacer es cultivar nuestra relación con Él, caminando en dependencia y fe en Su Palabra.
También recogió el manto de Elías que se le había caído, y regresó y se paró a la orilla del Jordán. «Y tomando el manto de Elías que se le había caído, golpeó las aguas, y dijo: “¿Dónde está el Señor, el Dios de Elías?”. Y cuando él golpeó también las aguas, estas se dividieron a uno y a otro lado, y pasó Eliseo». –2 Reyes 2:13-14
- No se trata del manto de Elías, sino del Señor, el Dios de Elías.
- No es la prédica o la enseñanza del pastor tal o de tal maestro(a), es el Señor del pastor y del maestro.
- No es la provisión por ese trabajo, sino el Dios de toda provisión.
Que esa verdad sea una gran motivación que nos apunte a Cristo en todo lo que hagamos.
Así como Dios puso en Eliseo estas palabras recordando la promesa que había hecho a David su siervo, así mismo Dios siempre honrará la suficiente y completa obra de Cristo en nuestro favor. Él siempre cumplirá las promesas con las cuales nos ha bendecido, porque todas las promesas de Dios se cumplieron en Cristo con un resonante «¡Sí!» (1 Cor. 1:20).
«Y Eliseo dijo: “Vive el Señor de los ejércitos, ante quien estoy, que si no fuera por respeto a la presencia de Josafat, rey de Judá, no te miraría ni te vería”». –2 Reyes 3:14.
Es vital recordar que aquellos que somos hijos de Dios caminamos por fe, no apoyándonos en nuestro propio entendimiento, nuestra lógica o análisis humano. Dios no tiene límites y generalmente obra fuera de nuestros parámetros para mostrar que sólo Él es Dios y que nada es imposible para Él.
- Dios multiplica el aceite de una vasija.
- Dios da un hijo a una mujer estéril.
- Dios vuelve a la vida a un niño que estaba muerto.
- Dios multiplica unos pocos panes que saciaron a 5,000 personas, y luego sobraron 12 canastas.
- Dios hace de una sopa dañada una sopa de buen sabor.
Dios sigue hablándole a Su pueblo para que se vuelvan de sus malos caminos porque solo en Él hay esperanza. Les muestra cómo aún está dispuesto a perdonarlo basado en que el Mesías que han estado esperando ya vendrá y todo ojo le verá, así como pasó con la ascensión de Elías, mientras como padres enseñemos a nuestros hijos el temor del Señor para que no se burlen de ninguna persona (2 Reyes 2:23), y esperar al Dios justo obrar. Por último, Dios en Su providencia lleva a Su pueblo a atravesar tiempos difíciles para confiar en Él, en la obra de Jesús que nos resucita a vida, tomando nuestra impureza para Sí y abrazándonos para resucitarnos.
Para meditar:
- ¿Sobre cuál práctica pecaminosa has sentido las advertencias de Dios?
- ¿Qué ídolos en tu corazón aún te tientan para no arrepentirte delante de Dios?
- ¿Puedes contar las bendiciones de Dios en tiempo difíciles?
«Y tomando el manto de Elías que se le había caído, golpeó las aguas, y dijo: “¿Dónde está el Señor, el Dios de Elías?”. Y cuando él golpeó también las aguas, estas se dividieron a uno y a otro lado, y Eliseo pasó». -2 Reyes 2:14
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