Día 180 | 1 Reyes 22:1-54; 2 Crónicas 18
Muy probablemente, Josafat, rey de Judá, había escuchado de las malvadas acciones del rey Acab, cuyo comportamiento reflejaba que estaba lejos de Dios. Esto llevó a que ninguno de los dos se asociaran entre ellos para ir a la guerra a pesar de ser cercanos o relacionados, ya que uno quería agradar a Dios, pero el otro no. Esto se ve reflejado más adelante, cuando Josafat toma la iniciativa de querer consultar la Palabra del Señor, mientras que Acab reunió a «los profetas», no a un «profeta del Señor», para así, manipular la situación y hacer su propia voluntad y no la de Dios.
Aunque nuestros amigos y familiares nos hagan buenas propuestas, ya sean de negocios o de alguna actividad u obra, antes de dar el sí, consultemos al Señor, procuremos conocer Su voluntad y no ignoremos esas banderas rojas que el Señor nos muestra sobre la verdadera intención …
Muy probablemente, Josafat, rey de Judá, había escuchado de las malvadas acciones del rey Acab, cuyo comportamiento reflejaba que estaba lejos de Dios. Esto llevó a que ninguno de los dos se asociaran entre ellos para ir a la guerra a pesar de ser cercanos o relacionados, ya que uno quería agradar a Dios, pero el otro no. Esto se ve reflejado más adelante, cuando Josafat toma la iniciativa de querer consultar la Palabra del Señor, mientras que Acab reunió a «los profetas», no a un «profeta del Señor», para así, manipular la situación y hacer su propia voluntad y no la de Dios.
Aunque nuestros amigos y familiares nos hagan buenas propuestas, ya sean de negocios o de alguna actividad u obra, antes de dar el sí, consultemos al Señor, procuremos conocer Su voluntad y no ignoremos esas banderas rojas que el Señor nos muestra sobre la verdadera intención y valores que rigen la vida de esa persona. No porque algo suene atractivo o legítimo implica que está aprobado por el Señor.
Cuidémonos, pues nuestro corazón es engañoso y muchas veces quiere escuchar o recibir aquello que satisface sus deseos y no la verdad. Independientemente de lo que hagan los demás, nosotras debemos buscar de todo corazón conocer la voluntad revelada de Dios en las Escrituras, en cada decisión que vayamos a tomar, sea grande o pequeña, pues cada decisión tiene consecuencias espirituales y muchas veces físicas. No ignoremos las banderas de alerta roja que Dios nos muestra, ni tratemos de torcer o manipular las cosas. En última instancia, Su voluntad prevalecerá.
A pesar de idear varias estrategias para lograr sus objetivos, Acab no pudo evitar la voluntad de Dios:
- «Y el rey de Israel dijo a Josafat: “Yo me disfrazaré para entrar en la batalla, pero tú ponte tus ropas reales”». -1 Reyes 22:30
- «Y un hombre disparó su arco al azar e hirió al rey de Israel por entre la juntura de la armadura». -1 Reyes 22:34
- «Lavaron el carro junto al estanque de Samaria y los perros lamieron su sangre (y allí se bañaban las rameras), conforme a la palabra que el Señor había hablado». -1 Reyes 22:38
Estos hechos me recuerdan a las palabras de nuestro Señor en el Evangelio de Mateo 6:27: «¿Y quién de vosotros, por ansioso que esté, puede añadir una hora al curso de su vida?».
Debemos recordar que vivimos en un mundo caído y que cada una de nosotras está en un proceso de santificación o transformación. Quiere decir que vamos a vivir grandes pruebas, padecer enfermedades y, sin embargo, en todo esto, nuestro Dios estará obrando para mostrar Su gloria y nuestro bien. Así que, no temamos a las malas noticias, confiemos en Aquel que no escatimó ni a Su propio hijo, sino que lo entregó por nosotras.
Muchas veces vivimos nuestras vidas creyendo que somos dioses, que podemos construir nuestro destino y controlar nuestra salud. Aunque tenemos que ser buenos mayordomos, no somos los dueños de nuestras vidas. El único dueño y el único que controla y decreta, es el Dios de los cielos.
¿Estamos reconociendo Su autoridad y Su gobierno o estamos viviendo como si fuéramos los dueños de nuestras vidas?
En una etapa de su vida, Josafat al parecer fue dominado por el temor al hombre y no por el temor a Dios, pues a pesar de presenciar y escuchar la palabra dada por el profeta Micaías, de igual manera decidió ir a la guerra con Acab donde casi lo asesinan. En cambio, Micaías mostró una verdadera reverencia a Dios y se mantuvo fiel sin importar las consecuencias. Pero, más adelante, vemos que rechaza una propuesta de Ocozías, el hijo de Acab cuando este le propone que sus siervos viajen en las naves con los siervos de Josafat.
El hecho de que hayamos fallado y pecado, no nos impide ni nos imposibilita de recibir el perdón del Señor, pero no nos justifica el continuar en la práctica o hábito pecaminoso. Recordemos que Cristo quebró el poder que el pecado tiene sobre nosotras para que ya no nos gobierne más.
A pesar de los pecados cometidos en nuestro pasado, o los de nuestros familiares, cada día es una nueva oportunidad que Dios nos da para dar la vuelta en U. No imitemos el ejemplo de Ocozías quien decidió seguir los mismos pasos que sus antepasados, haciendo todo lo contrario a lo que Dios les había instruido.
Para Meditar
- ¿Estamos tomando nuestras decisiones guiadas por el temor al hombre o a Dios? ¿Preferimos guardar nuestras relaciones y tradiciones y traicionar a nuestro Dios y Padre?
- ¿De qué manera honras a Dios obedeciendo Su Palabra?
«Y ahora el Señor ya ha puesto un espíritu de mentira en boca de todos estos sus profetas; pues el Señor ha decretado el mal contra usted». -1 Reyes 22:23
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