Día 175 | 2 Crónicas 10-12

Recordemos que nos encontramos en el escenario de división del pueblo de Israel, y como aprendimos el día de ayer, Roboam ha quedado como rey de la tribu de Judá. Hoy, leemos más sobre lo sucedido con él, con más detalle. Después de la rebelión que sucedió narrado en 2 Crónicas 11 y 1 Reyes 12, Roboam estaba por actuar sobre el peligro inminente que ahora representaban los israelitas. Pero Dios, en Su gracia y amor, intervino revelando Su voluntad a través del profeta Semaías. 

Muchas veces nos confundimos y cometemos errores porque dejamos que la urgencia del momento dicte nuestras acciones, en lugar de consultar al Señor. Vivamos vidas coherentes con la verdad de que Jehová es nuestro Pastor.

Ahora,Roboam estaba consciente y alerta del peligro de ser atacados por Israel. ¿Estamos nosotras alerta del peligro a los que están expuestos nuestras familias, esposos e hijos diariamente en este mundo de tinieblas? ¿Estamos levantando defensas alrededor de ellos a través de la oración a nuestro Dios?

Me llama la atención como los levitas dejaron sus tierras porque en ese lugar no le permitían adorar al Señor, y me pregunto, ¿estamos nosotras dispuestas a abandonar ese trabajo o ministerio donde estamos comprometiendo nuestra lealtad y pura adoración al Señor y a su palabra, a través de decisiones deshonestas y con falta de integridad?

«Porque los levitas dejaron sus tierras de pastos y sus propiedades y vinieron a Judá y a Jerusalén, pues Jeroboam y sus hijos los habían excluido de servir al Señor como sacerdotes». -2 Crónicas 11:14

El propósito de la vida de los levitas no estaba determinado por el lugar en el que vivían o por sus posesiones, sino por el llamado que les había hecho el Señor. Que Dios nos ayude a imitar a estos hermanos y a vivir una vida de rendición, no en el lugar que nos convenga o deseemos, sino donde Dios nos ha llamado. A través de estos versículos, Dios también nos llama a vivir nuestra fe en comunidad, pues es parte del diseño de Dios para los que somos sus hijos; vivir en comunidad, como hermanos y hermanas en Cristo, trae bendición a nuestras vidas, fortaleciéndonos y animándonos.

A pesar de que Roboam tenía sus preferencias en cuanto a los integrantes de su familia, en 2 Crónicas 11:22-23 dice: «Y obró sabiamente, y distribuyó a algunos de sus hijos por todos los territorios de Judá y de Benjamín. . .». Esto nos enseña que siempre debemos guardar el corazón de cada uno de nuestros hijos, porque Dios los creó con capacidades, dones y talentos únicos. 

A lo largo de la historia de los diferentes reyes que gobernaron el pueblo de Israel, Dios una y otra vez nos muestra que:

•  Nuestra relación con Dios es personal, no es una herencia de nuestros padres.
• El corazón es engañoso y la carne débil, así que intencionalmente debemos guardarlo y protegerlo confiando en Sus promesas.
• Para que la obediencia sea obediencia, debe ser completa, no parcial. 
• Nuestro carácter, la forma en que pensamos y actuamos, debe ser guiada por la verdad, no por nuestras emociones, sentimientos, posesiones o situaciones.
• Ciertamente, Dios perdona al que se humilla, pero por Su perfecto gran amor también nos permite experimentar las consecuencias de enaltecernos, para enseñarnos lo que significa vivir al servicio de otros dioses. Las consecuencias son parte de la disciplina del Señor, y Dios al que ama, disciplina.
• La edad no determina nuestra identidad y valor, sino nuestro Dios. Que tu juventud o timidez no sean un pretexto para no prevalecer en contra del mundo y sus mentiras. 
  • «Con él se juntaron hombres indignos y malvados que prevalecieron sobre Roboam, hijo de Salomón, cuando Roboam era joven y tímido, y no pudo prevalecer contra ellos». -2 Crónicas 13:7
  • La obediencia debe nacer de nuestro amor a Dios, y el amor es una decisión, un compromiso como resultado de haber confiado y experimentado el amor de Dios. Cada día, de manera intencional, debemos hacer lo necesario para cuidar, mantener y crecer en nuestra relación personal con Dios para evitar que nos pase lo mismo que a Roboam.
  • «Roboam hizo lo malo porque no dispuso su corazón para buscar al Señor». -2 Crónicas 12:14

Finalmente, no olvidemos que en este mundo abundan las voces contrarias a la verdad de Dios. Pero en Su fuerza y Su poder, no dejemos de lanzar nuestro grito de guerra, pues como dijo Asa: «. . .“Señor, no hay nadie más que Tú para ayudar en la batalla entre el poderoso y los que no tienen fuerza. Ayúdanos, oh Señor Dios nuestro, porque en Ti nos apoyamos y en Tu nombre hemos venido contra esta multitud”».

Elevemos una oración a nuestro Dios, como Eliseo lo hizo por su criado: «“Oh Señor, te ruego que abras sus ojos para que vea”. Así que el Señor abrió los ojos del criado, y miró que el monte estaba lleno de caballos y carros de fuego alrededor de Eliseo» (2 Reyes 6:17). Mayor es el que está con nosotros que el que está en el mundo.

Para meditar:

• ¿Estamos manteniéndonos firmes en la fe, creyendo que nuestro Dios es mayor y que Su palabra es la verdad, o estamos escondiendo nuestra identidad no compartiendo las buenas nuevas, las virtudes de Aquel que nos llamó de las tinieblas a su luz?
• ¿De qué manera estos capítulos te animan a arrepentirte de tu desobediencia?
• ¡Apoyémonos en el Señor, y como los hijos de Judá, prevalezcamos ante el enemigo!

«Así dice el Señor: “No subirán ni pelearán contra sus hermanos; vuelva cada uno a su casa, porque de Mí ha venido esto”. Y ellos escucharon las palabras del Señor y desistieron de ir contra Jeroboam». -2 Crónicas 11:4

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