Día 173 | Proverbios 30-31
Escrito por: Raquel Cubilla de Guerrero
Hemos llegado a los últimos capítulos del libro de Proverbios. En el capítulo 30 aprenderemos sobre los humildes y los sabios escrito por Agur. Algunos comentaristas dicen que Agur significa «colector», que puede hacer referencia a su labor de colector de dichos sabios (v. 3) o bien, a su carácter (vv. 5-6). En el capítulo 31 nos encontramos con, quizá, el capítulo más conocido de la Biblia escrito por el rey Lemuel que comparte los consejos de su mamá sobre cómo se ve una mujer virtuosa.
Agur inicia exaltando el carácter de Dios para enseñarnos a orar:
«Dos cosas te he pedido, No me las niegues antes que muera:
Aleja de mí la mentira y las palabras engañosas,
No me des pobreza ni riqueza;
Dame a comer mi porción de pan,
No sea que me sacie y te niegue, y diga:
“¿Quién es el …
Escrito por: Raquel Cubilla de Guerrero
Hemos llegado a los últimos capítulos del libro de Proverbios. En el capítulo 30 aprenderemos sobre los humildes y los sabios escrito por Agur. Algunos comentaristas dicen que Agur significa «colector», que puede hacer referencia a su labor de colector de dichos sabios (v. 3) o bien, a su carácter (vv. 5-6). En el capítulo 31 nos encontramos con, quizá, el capítulo más conocido de la Biblia escrito por el rey Lemuel que comparte los consejos de su mamá sobre cómo se ve una mujer virtuosa.
Agur inicia exaltando el carácter de Dios para enseñarnos a orar:
«Dos cosas te he pedido, No me las niegues antes que muera:
Aleja de mí la mentira y las palabras engañosas,
No me des pobreza ni riqueza;
Dame a comer mi porción de pan,
No sea que me sacie y te niegue, y diga:
“¿Quién es el Señor?”.
O que sea menesteroso
y robe, y profane el nombre de mi Dios», vv.7-9.
Además, instruye a los jóvenes a no ser malvados con otros, a honrar a sus padres y no ser orgullosos de sí mismos (11-13, 17). Advierte sobre el carácter necio (vv. 15-16, 18-19) y sobre la mujer adúltera (v. 20). Anima a trabajar diligentemente (vv. 21-28) y a no hablar como un necio (vv. 29-33). ¿No te parece que son un pequeño resumen de los temas principales que hemos aprendido en el libro de Proverbios? Esto nos enseña que es por el temor al Señor que aprendemos sabiduría, tal cual el libro inició.
Lo cierto es que, debemos pedirle al Señor que nos ayude a vivir en contentamiento con lo que nos ha dado, a compartir con otros, a guardar nuestra lengua, honrar a nuestros padres y ser humildes, todo esto proviene de meditar en la bendita Palabra de Dios porque ésta nos muestra quién es Él.
Por otro lado, la madre del rey Lemuel provee tres consejos que hoy también son bien recibidos por nosotras:
- No des tu vigor a las mujeres. Como madres debemos aconsejar a nuestros hijos solteros y a nuestros niños que no entreguen su pureza a nadie, que no se expongan en las redes sociales, con fotos o comentarios indecorosos, nosotras debemos ser guardianas al máximo, y proveerles un lugar seguro para hablar de estas cosas (v.3).
- No es de los reyes beber vino. La madre de Lemuel se refiere a la borrachera, como rey debía evitar cualquier cosa que pudiera alterar o cegar su juicio. Como madres, debemos instruir a nuestros hijos en el peligro del abuso de las bebidas alcohólicas, tanto en su alma como en su cuerpo (v.4).
- Debía juzgar con justicia y defender la causa del pobre y del menesteroso. Como madres debemos enseñar a nuestros hijos a practicar misericordia, justicia y la verdad, y ser nosotras ejemplo de lo que pedimos porque imitamos a Jesús (vv. 8-9).
La descripción de la mujer virtuosa a simple vista parece abrumadora, sin embargo, su mensaje no está desconectado de la tesis de este libro: «El principio de la sabiduría es el temor del Señor; los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza» (v.7). Observa cómo termina Proverbios 31: «Engañosa es la gracia, y vana la hermosura; la mujer que teme al Señor, ésa será alabada» (v. 30).
Si eres una mujer joven o una mujer anciana, no te desanimes, todas hemos visto esta lista antes y seguramente nos hemos abrumado o decepcionado de nosotras o quizá, vemos esta lista inalcanzable. Recuerdo que de pequeña al leer estos versículos, anhelaba en mi corazón tener un esposo e hijos para imitar la conducta de esta mujer. Sin embargo, los planes del Señor son otros. No tuve una familia perfecta, desde los 9 años, a raíz de la separación de mis padres, tuve muchas responsabilidades en el hogar y estar a cargo de mis cuatro hermanos, de edades entre 10 y 2 años.
Lejos sabía, que todo eso me formó para que en Su gracia, Dios me otorgará formar una familia. Aunque no todo el tiempo estoy tan ocupada como esta mujer, disfruto servir a mi familia y en la congregación. Necesitamos tener claro que apartadas de Jesús, nada podemos hacer, es solo a través del consejo del Espíritu Santo y la iluminación de las Escrituras a nuestros corazones que cada día podemos servir, ayudar, trabajar con humildad, temor a Dios y sabiduría como Cristo lo hizo.
No es en nuestras fuerzas que podemos ser una esposa fiel que trae bien a su esposo todos los días (vv. 11-12); una mujer diligente y trabajadora (vv. 13-15); una mujer que ve oportunidades para ayudar a su esposo con los gastos y quizá hasta proveyendo trabajo a otros (vv. 16-19); una mujer generosa (v. 20); una mujer precavida y decorosa en su manera de vestir (vv. 21-22); una mujer que anima, ayuda y admira a su marido (v. 23); una mujer que planifica para prevenir (vv. 24-25); una mujer que abre su boca con sabiduría (v. 26); una mujer hacendosa (v. 27). El resultado de su conducta y corazón es la admiración primeramente de su familia que puede ver lo que ella hace por ellos (vv. 28-29); pero, sobre todo, es admirada por su temor al Señor que la adorna, más que cualquier otra pieza de buena joyería (vv. 30-31).
El secreto mayor de esta mujer es que ella reconoce que su prioridad es cultivar un temor a Dios, por medio de una comunión diaria con Él. Aparta tiempo para pasar con Jesús, lee Su Palabra, escribe tus meditaciones, ora por otros, y deléitate cada día en Él. Además, instruye a tus hijos a buscar una mujer que tema al Señor, más que las otras cualidades, porque estas vendrán como reflejo de su amor por Jesús.
Para meditar:
- ¿Por qué la humildad ante Dios nos lleva a depender de Su carácter y Sus Palabras reveladas?
- ¿Cómo puedes enseñar a la generación más joven sobre la humildad y la sabiduría?
- ¿Qué consejo y sabiduría necesita cada uno de tus hijos?
«Engañosa es la gracia y vana la belleza, pero la mujer que teme al Señor, esa será alabada». -Proverbios 31:30
*Ofertas disponibles solo durante la emisión de la temporada de podcast.
Únete a la conversación