Día 166 | Salmos 134, 146, 147, 148, 149, 150
En nuestra reflexión de hoy aprenderemos de varios salmos: salmos 134, 146, 147, 148, 149 y Salmos 150. Estos salmos tienen una verdad en común: nos muestran rasgos del carácter de Dios
y a la vez, nos llevan a alabar y exaltar Su nombre con todo nuestro corazón. Examinemos un poco de cada salmo.
Salmos 134
Este salmo es una breve conclusión de los cánticos de ascenso, estos eran cantados alegremente por los peregrinos que subían de todos los lugares de Israel a las fiestas anuales celebradas en Jerusalén. Estos versículos muestran una invitación que se hace para que peregrinos y siervos bendigan al Señor, quien envía Su bendición desde Su Santuario. Este salmo nos lleva a meditar en adorar al Señor continuamente, en todo tiempo.
Salmos 146
Este salmo pertenece a los Salmos del Salterio, estas son poesías que están llenas de enseñanzas que nos inspiran a orar y …
En nuestra reflexión de hoy aprenderemos de varios salmos: salmos 134, 146, 147, 148, 149 y Salmos 150. Estos salmos tienen una verdad en común: nos muestran rasgos del carácter de Dios
y a la vez, nos llevan a alabar y exaltar Su nombre con todo nuestro corazón. Examinemos un poco de cada salmo.
Salmos 134
Este salmo es una breve conclusión de los cánticos de ascenso, estos eran cantados alegremente por los peregrinos que subían de todos los lugares de Israel a las fiestas anuales celebradas en Jerusalén. Estos versículos muestran una invitación que se hace para que peregrinos y siervos bendigan al Señor, quien envía Su bendición desde Su Santuario. Este salmo nos lleva a meditar en adorar al Señor continuamente, en todo tiempo.
Salmos 146
Este salmo pertenece a los Salmos del Salterio, estas son poesías que están llenas de enseñanzas que nos inspiran a orar y adorar a nuestro Dios. Este salmo nos enseña tanto del carácter de Dios y de Su tierno cuidado para con Sus hijos, el salmo describe a un Dios Ayudador, Aquel que es nuestra esperanza, el Dios Creador, que cuida al necesitado. Vemos aún de manera más específica que es quien libera a los cautivos, abre los ojos de los ciegos, levanta al caído, ama a los justos, que guarda a los extranjeros, al huérfano y la viuda. El último versículo concluye recordándonos que Él reina para siempre. Aleluya.
Salmos 147
«Bueno es cantar alabanzas a nuestro Dios». Así inicia este salmo, nos dice cuán agradable y apropiada es la alabanza. Veamos juntas qué rasgos del carácter de Dios vemos en este salmo:
- Sana a los quebrantados de corazón (v. 3).
- Sostiene al afligido (v. 6).
- Es nuestro Proveedor (v. 8).
- Él nos dá paz (v. 14).
El salmista alaba a Dios por quién es Él, por lo que Él ha hecho que refleja Su fidelidad, misericordia y poder. ¡Cuán preciosa es Su Palabra que nos recuerda constantemente acerca del valor de nuestro Dios!
Salmos 148
Este salmo hace un llamado general de alabar al Señor. No es un llamado solo a un grupo en particular, sino a toda la creación: Sus ángeles, Sus ejércitos, el sol y la luna, las estrellas, los cielos, las aguas, los montes, las colinas, los animales, los reyes de la tierra y todos los pueblos. Alabar a Dios, ¿por qué? Porque solo Su nombre es exaltado, Su gloria es sobre tierra y cielos. Porque Él es Dios y nosotras Su hermosa creación, lo alabamos; de manera que, evitamos alabar a la criatura y lo creado para centrarnos en lo hermoso, bueno y poderoso que es Dios.
Salmos 149
El salmista llama a Israel a alabar a Dios activamente, con gozo y entusiasmo, muestra elementos que representan celebración y gran júbilo como pandero, lira y cánticos. El salmo termina enseñando acerca del carácter justo y santo de Dios sobre todas las naciones y pueblos.
El final del Salterio concluye con el Salmo 150, el cual repite 10 veces el verbo «Alabar» leamos juntas este maravilloso salmo:
¡Aleluya!
Alaben a Dios en Su santuario;
Alábenlo en Su majestuoso firmamento.
Alaben a Dios por Sus hechos poderosos;
Alábenlo según la excelencia de Su grandeza.
Alaben a Dios con sonido de trompeta;
Alábenlo con arpa y lira.
Alaben a Dios con pandero y danza;
Alábenlo con instrumentos de cuerda y flauta.
Alaben a Dios con címbalos sonoros;
Alábenlo con címbalos resonantes.
Todo lo que respira alabe al Señor.
¡Aleluya!
Para meditar:
- ¿Te comprometes a alabarle como Él lo merece, con toda tu mente, alma y corazón en tu iglesia local y en tu vida?
- ¿Qué palabras salen más de tu boca? ¿Queja o agradecimiento?
- Examina tu corazón si tu adoración está en el Señor de tu vida, acércate a Él con un corazón necesitado de Él para responder en admiración a quién es Él.
«Todo lo que respira alabe al Señor. ¡Aleluya!». -Salmos 150:6
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