Día 162 | 1 Reyes 5-6; 2 Crónicas 2-3
Del Señor es la tierra y todo lo que hay en ella, y Su providencia siempre está obrando en favor de Sus propósitos, Sus obras, Sus hijos, Su iglesia; es sabio de nuestra parte tener nuestros ojos abiertos, estar apercibidas de Su obrar y de los medios de gracia que Él ha dispuesto para bendecirnos y así cumplir con nuestro llamado.
Salomón actuó con sabiduría cuando reconoció la providencia de Dios en el acercamiento de Hiram, rey de Tiro como un instrumento de provisión para la madera de cedro y ciprés, y de la mejor mano de obra especializada para trabajarla: los sidonios. Y no solamente actuó con sabiduría, sino que también Salomón fue un instrumento de provisión para Hiram.
Hermanas, como hijas de Dios, reflejemos Su bondad, sabiduría, justicia, humildad en nuestros trabajos, negocios, en nuestros hogares, y en nuestra relación con los que no conocen a Dios. Que …
Del Señor es la tierra y todo lo que hay en ella, y Su providencia siempre está obrando en favor de Sus propósitos, Sus obras, Sus hijos, Su iglesia; es sabio de nuestra parte tener nuestros ojos abiertos, estar apercibidas de Su obrar y de los medios de gracia que Él ha dispuesto para bendecirnos y así cumplir con nuestro llamado.
Salomón actuó con sabiduría cuando reconoció la providencia de Dios en el acercamiento de Hiram, rey de Tiro como un instrumento de provisión para la madera de cedro y ciprés, y de la mejor mano de obra especializada para trabajarla: los sidonios. Y no solamente actuó con sabiduría, sino que también Salomón fue un instrumento de provisión para Hiram.
Hermanas, como hijas de Dios, reflejemos Su bondad, sabiduría, justicia, humildad en nuestros trabajos, negocios, en nuestros hogares, y en nuestra relación con los que no conocen a Dios. Que nuestras acciones sean coherentes con el carácter de nuestro Padre formándose en nosotras, y que sea de motivación para que otros alaben el nombre del Señor.
Ciertamente la construcción de una obra, el montaje de un gran evento, la creación de un ministerio o pequeño negocio, en sus inicios requiere mucho esfuerzo, trabajo, dedicación y organización, pero nunca olvidemos que las personas que nos ayudan son seres humanos creados a imagen y semejanza de Dios, quienes merecen ser apreciados, cuidados, valorados y respetados no importando el nivel o posición que ocupen. Actuar así, muestra sabiduría; tal y como Salomón lo hizo al hacer turnos por grupos de hombres para que cumplieran, tanto con sus trabajos, como con sus hogares. Las hermanas que tienen algún equipo a su cargo son responsables de ayudarles a mantener una vida equilibrada basada en las prioridades dadas por nuestro Dios.
Qué hermoso es recordar que nuestro Dios es un Dios detallista, así como Salomón seleccionaba los materiales, las distancias, en la construcción del templo, así nuestro Dios en Su providencia orquesta el lugar de nuestro nacimiento, la escuela donde estudiaremos, la familia y las amistades que tendremos, la iglesia a la que pertenecemos, todo esto lo escoge con tal cuidado y amor que reflejan Su sabiduría y soberanía para ir construyendo en nosotras la imagen de Su Hijo Cristo Jesús —Su obra es perfecta.
Somos privilegiadas de haber sido escogidas por Dios para llevar a cabo la obra que Él ha puesto en nuestras manos, ya sea en nuestros hogares o familia, como hija, esposa, madre, hermana, en el trabajo secular o ministerial. Dios abra los ojos y nos conceda el poder apreciar la gran bendición que es estar donde Dios nos ha colocado, los dones y talentos que nos ha regalado y la importante función que nos ha encomendado, y cómo esto contribuye a la formación de su cuerpo y a la extensión de su reino.
Salomón llevó a cabo con excelencia la construcción del templo, esta fue una obra fundamental, puesto que la realizó según las instrucciones de Dios y para Su gloria. Su equipo de trabajo fue igualmente importante porque son colaboradores bajo el mismo fin.
Este es un tiempo de paz, dando oportunidad para la construcción del templo para la gloria de Dios. Este fue el templo más hermoso jamás creado. La casa del Señor era comparable al tabernáculo de Moisés, a pesar de que el templo era dos veces más grande. Sin embargo, el mandamiento siguió siendo el mismo: «En cuanto a esta casa que estás edificando, si tú andas en Mis estatutos, cumples Mis ordenanzas y guardas todos Mis mandamientos andando en ellos, Yo cumpliré Mi palabra contigo, la cual hablé a David tu padre. Habitaré en medio de los israelitas, y no abandonaré a Mi pueblo Israel» (1 R. 6:12-13).
Esta promesa de Dios es de suma importancia porque nos remonta a Éxodo 25:8, 29:45 y Levítico 26:11. Es decir, el plan de Dios siempre ha sido el mismo: morar con Su pueblo. Este pueblo debía saber que Dios no cambia, Su deseo es el mismo. Sin embargo, todo este gran templo apuntaba a Jesús (Mt. 12:6). En la persona de Cristo, Dios vino a morar directamente con el hombre y mostró Su gloria, lleno de gracia y verdad (Jn.1:14). El templo de Salomón fue majestuoso, pero en ningún lugar brilla la gloria de Dios más increíblemente que en el rostro de Jesucristo (2 Co. 4:6).
La morada de Dios no depende de los hombres ni de su obediencia, más bien, descansa en la justicia perfecta del Dios-hombre (Heb. 7:26). Esto significa que Dios está entre los creyentes cuando se congregan en Su Nombre y en los corazones de cada creyente. Si esta eres tú, querida hermana, Cristo mora en ti por la fe en Él. La mejor noticia es que jamás te dejará, eres Suya para siempre. Ese templo fue la sombra de la verdad que hoy vivimos por la fe en el Hijo de Dios. No hay otro lugar mejor para estar.
Para meditar:
- ¿Das gracias a Dios por estar donde estás o te quejas al rechazar Su bondad y sabiduría, porque deseas otra iglesia, otro hogar u otra posición en tu lugar de trabajo?
- Un día tendremos paz completa y perfecta, descansaremos de nuestras obras para reposar en las de Él completamente. Piensa en esto por un momento, respira, agradece a Dios por Su bondad en hacerte Suya, y entrega toda tu vida, tus dones y todo lo que haces para Su gloria.
- ¿Cómo adoras a Dios todos los días? ¿Reconoces que Él te habita?
«En cuanto a esta casa que estás edificando, si tú andas en Mis estatutos, cumples Mis ordenanzas y guardas todos Mis mandamientos andando en ellos, Yo cumpliré Mi palabra contigo, la cual hablé a David tu padre. Habitaré en medio de los israelitas, y no abandonaré a Mi pueblo Israel». 1 Reyes 6:12-13
*Ofertas disponibles solo durante la emisión de la temporada de podcast.
Únete a la conversación