Día 160 | Proverbios 19-21
En la lectura del día de ayer, leímos que Proverbios 18:22 dice que: «El que halla esposa halla algo bueno y alcanza el favor del Señor». Aunque en el devocional de ayer, no nos referimos a este pasaje directamente, en nuestros pasajes del día de hoy aprenderemos más acerca del mismo, de manera que veamos la riqueza de las Palabras de Dios. Así que, encontramos cuatro referencias que tienen que ver con la mujer y además, con su rol de esposa, es decir, contigo y conmigo.
En Proverbios 19:14b se nos reitera que la mujer prudente es una bendición del Señor.Observamos que para Dios, una esposa es una dádiva y un favor que viene directamente de Sus manos para bendecir a Sus hijos.
Sin embargo, si no estamos plantadas en la verdad de Su Palabra poniéndola por obra, en vez de ser bendición para nuestros esposos, nos volvemos:
*Proverbios 19:13b: …
En la lectura del día de ayer, leímos que Proverbios 18:22 dice que: «El que halla esposa halla algo bueno y alcanza el favor del Señor». Aunque en el devocional de ayer, no nos referimos a este pasaje directamente, en nuestros pasajes del día de hoy aprenderemos más acerca del mismo, de manera que veamos la riqueza de las Palabras de Dios. Así que, encontramos cuatro referencias que tienen que ver con la mujer y además, con su rol de esposa, es decir, contigo y conmigo.
En Proverbios 19:14b se nos reitera que la mujer prudente es una bendición del Señor.Observamos que para Dios, una esposa es una dádiva y un favor que viene directamente de Sus manos para bendecir a Sus hijos.
Sin embargo, si no estamos plantadas en la verdad de Su Palabra poniéndola por obra, en vez de ser bendición para nuestros esposos, nos volvemos:
*Proverbios 19:13b: Gotera constante.
*Proverbios 21:9: Mujer rencillosa.
*Proverbios 21:19: Mujer iracunda.
¡Qué difícil es vivir con una mujer así! ¿No crees? Esas actitudes aleja a otros de nosotras, pues nuestra compañía no edifica, sino que lastima. Piensa en ti, no pienses en alguien más, quisiera que te hicieras una evaluación, y quizá hasta preguntarle a tu esposo, hijos o amigas lo siguiente: ¿He actuado alguna vez de forma contenciosa y rencillosa? Eso sería una determinación muy honesta de nuestra parte y necesaria para la edificación del Señor.
Aprendamos qué significa cada una de esas características:
*Contenciosa: Es aquella persona argumentativa y controversial. Siempre está discutiendo, creando controversias y llevando la contraria.
*Rencillosa: Es la persona que está inclinada a las discusiones, una mujer que se enoja con facilidad, que es caprichosa o quisquillosa, que es fuerte y lucha ruidosamente.
*Iracunda: Es alguien que hace perder la tranquilidad y el bienestar, haciendo que los demás se sientan incómodos sin disfrutar de su compañía porque siempre está molesta.
Para serles muy sincera, he actuado así, no una vez, sino para mi pesar confieso, que ha sido en muchas ocasiones. A lo largo de mis años como creyente y como mujer casada, reflexionar en mi corazón me ha ayudado a ir desechando estas actitudes e ir cultivando las virtudes piadosas a las que somos llamadas. Un arrepentimiento genuino es lo que necesitamos cuando reconocemos cómo este actuar es pecado.
Creo que tener esto presente tiene un inmenso valor no solo porque evitaría el que seamos contenciosas, rencillosas o molestas, sino porque en verdad nos vestimos de Cristo para ser una ayuda idónea y una fiel compañera para nuestros esposos, y con quienes nos relacionamos día a día. Por ello, nuestra labor diaria es cultivar con el Señor una vida de integridad, de un espíritu sobrio, de prudencia en nuestro hablar y actuar, de discreción inclusive con nuestros gestos, de dominio propio con nuestra boca especialmente, siendo diligentes, creíbles y humildes.
Hermana, ¡tenemos al Espíritu Santo en nuestro corazón! Podemos ser transformadas al carácter de nuestro amado Jesús. Proverbios 20:27 dice: «Lámpara del Señor es el espíritu del hombre que escudriña lo más profundo de su ser». No cabe duda que Dios no nos ha dejado en penumbra, Su luz ilumina nuestra alma cada vez que estamos en Su Palabra. Dejémonos transformar por Él.
Por otro lado, vemos que una mujer que desea agradar al Señor debe procurar varias cosas más que se resaltan en estos pasajes, y son las siguientes:
*La integridad. Con esto nos referimos a procurar ser honestas e intachables porque vivimos a la luz de los valores éticos y morales tanto en público como en privado.
*La cordura. Esta es la característica que nos lleva a actuar de forma racional, lógica y con buen juicio. Es cuando ponemos por delante los principios y no los sentimientos o emociones
*La prudencia. Es la capacidad de discernir nuestro propio bien ante cada situación que se nos presente para elegir los medios adecuados para luego actuar.
*La discreción. Que es la virtud de hablar, decir, sugerir o escuchar lo que conviene y cuando conviene. Implica también proceder con delicadeza y claridad
*El dominio propio. Esta cualidad nos evita caer en excesos de cualquier tipo, ya sea en comer, beber, hablar, gastar, etc.
*La diligencia. Es decir, prepararnos con tiempo no posponiendo nuestras responsabilidades
*La confiabilidad. Ser reconocidas porque lo que decimos es creíble y lo que se nos encomienda lo llevamos a cabo
*El reconocimiento continuo de nuestros pecados, es decir, llevar las cuentas cortas con el Señor
Querida joven, como anciana puedo dar testimonio que el hacer las cosas a la manera de Dios, trae gozo al alma y quietud de espíritu. No pretendo haber alcanzado todo lo que Dios desea de mí, pero cada día me alisto para seguir batallando, teniendo muy presente que la victoria es del Señor.
Así que, ¡Ánimo! Desechemos todo pecado y cultivemos las virtudes de Aquel que nos salvó y que nos permitirán imitarlo en cualquier lugar en donde Dios nos coloque.
Para meditar:
- ¿Tomaremos en serio este compromiso?
- ¿Qué acciones necesitas tomar para morir más a ti que a tu justicia de tener la razón o de que te den lo que tú quieres siendo una mujer rencillosa?
- ¿Cómo te ves, como la mujer sabia o como una mujer necia? ¿Tienes dominio propio y confianza en Dios o en ti misma?
«La mujer prudente viene del Señor». -Proverbios 19:14b
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