Día 159 | Proverbios 16-18
El despliegue de la sabiduría que Dios le ha dado a Salomón es increíble. Muchos de sus proverbios son imitados y seguidos por muchas personas en todos los tiempos y por todo el mundo. Por ser consejos de instrucción y advertencia, se hace fácil seguirlos para aplicarlos a la vida. La diferencia con el mundo y con nosotras es que sabemos la procedencia de esa sabiduría, por lo tanto, apunta al Dador y rinde honores al Salvador.
Lo cierto es que, llevamos la vida tan deprisa que, sin darnos cuenta, en ocasiones perdemos de vista el propósito de nuestra existencia. El profeta Isaías nos enseña que Dios nos ha creado para Su gloria (Is. 43:7). Esto debe afectar cómo nos relacionamos con otros y llevamos a cabo nuestros asuntos (16-17); además denota que meditamos acerca de los riesgos y las bendiciones de la vida para mostrar que Cristo, nuestra sabiduría, …
El despliegue de la sabiduría que Dios le ha dado a Salomón es increíble. Muchos de sus proverbios son imitados y seguidos por muchas personas en todos los tiempos y por todo el mundo. Por ser consejos de instrucción y advertencia, se hace fácil seguirlos para aplicarlos a la vida. La diferencia con el mundo y con nosotras es que sabemos la procedencia de esa sabiduría, por lo tanto, apunta al Dador y rinde honores al Salvador.
Lo cierto es que, llevamos la vida tan deprisa que, sin darnos cuenta, en ocasiones perdemos de vista el propósito de nuestra existencia. El profeta Isaías nos enseña que Dios nos ha creado para Su gloria (Is. 43:7). Esto debe afectar cómo nos relacionamos con otros y llevamos a cabo nuestros asuntos (16-17); además denota que meditamos acerca de los riesgos y las bendiciones de la vida para mostrar que Cristo, nuestra sabiduría, mora en nosotras. Puesto que, aunque decimos que glorificamos a Dios, con frecuencia vamos tras nuestra propia gloria. ¿Cómo nos damos cuenta de esto? Sencillamente cuando no encomendamos nuestras obras ni nuestros propósitos al Señor, cuando vivimos como necias y cuando el egoísmo permea nuestras relaciones.
El capítulo 16 inicia con la exhortación de que todos nuestros caminos a nuestros ojos parecen bien, pero es Dios quien los determina o en Él son afirmados (Prov. 16:2-4). Esta es una idea que se refuerza en estos tres capítulos, al respecto de encomendar nuestra vida al Señor que depende de Su cuidado y nuestra respuesta es obedecerlo con el propósito de glorificarle. Cada vez que procuramos o nos determinamos hacer algo sin consultar primero con Dios para seguir Su voluntad, estamos decidiendo en nuestra sabiduría y desobedeciendo Sus mandatos. ¿El resultado? Terminamos frustradas y agobiadas.
Habrá ocasiones en que planearemos nuestros caminos con buenas intenciones, aun así, las intenciones por sí solas no son suficientes. Debemos orar y preguntarle al Señor: ¿Qué quieres para mí? ¿Hacia dónde debo dirigirme? Esto que estoy planeando, ¿es lo que deseas que haga? Entretanto la respuesta llega, debemos estar tranquilas y esperar.
En 1 Crónicas 28 encontramos un ejemplo de esto que planteamos. En dicho pasaje leemos que David había pensado edificar casa al Señor y eso era algo loable, sin embargo, vemos que la respuesta del Señor fue un no para David y un sí para Salomón. ¿Cómo reaccionó David? Acatando sin reservas la resolución del Señor y disponiendo todo lo necesario para que su hijo llevara a cabo la construcción.
Como hemos visto en el libro de Proverbios, el corazón se menciona muchas veces, pero aquí nos encontramos con que un corazón sabio enseña a su boca.
«El corazón del sabio enseña a su boca y añade persuasión a sus labios». -Proverbios 16:23.
El corazón, lo que realmente somos en nuestro interior, toma el papel de un profesor que le enseña a su boca. ¿Cuáles enseñanzas encontramos en los capítulos correspondientes a este día y que este profesor desea que tengamos presente?
*Que lo que sale de nuestra boca revela lo que somos
*Que debemos limitar lo que decimos
*Que debemos pensar antes de hablar para responder con serenidad
*Que debemos guardar confidencias
*Que debemos procurar decir las cosas de forma agradable y dulce
*Que hay momentos en que hay que callar
*Que la boca puede ser una trampa para el alma
*Que debemos escuchar antes de dar una respuesta
*Que la muerte y la vida están en poder de la lengua
Todas y cada una de estas cosas que hacemos deben tener un objetivo por alcanzar con determinación firme, pues nuestros labios como hemos visto pueden esparcir vida o muerte. A causa de nuestro pecado remanente tendemos a apoyarnos en nuestras propias fuerzas, y con esto logramos muy, pero muy poco.
En cuánto a la lengua, Salomón nos instruye grandemente, sobre todo cuando esta se descontrola para herir a otros. Nota lo que dice Proverbios 17:1: «Mejor es un bocado seco, y en paz, que casa de contiendas llena de provisiones». Un hogar pacífico es mucho más deseable que un hogar próspero pero construido sobre apariencias (Prov. 15:17). Nuestros labios y corazón se entrelazan para convertir nuestro hogar en un lugar indeseable para sus habitantes. Hacemos bien en prestar atención a lo que sale de nuestra boca, y aún más, lo que pensamos para entregarlo a Dios.
Puesto que Él prometido que tenemos victoria sobre nuestros pecados, como enseña Proverbios 18:10: «Torre fuerte es el nombre del Señor; a él correrá el justo, y será levantado».
Para finalizar, guarda esto en tu corazón: Correr hacia la única torre fuerte donde estamos a salvo de nosotras mismas y del enemigo de nuestras almas es urgente; correr a Cristo, quien es poderoso para guardarnos y presentarnos sin mancha delante de nuestro Dios.
Para meditar:
- ¿Correrás siempre hacia esa torre fuerte en busca de Su ayuda?
- ¿Cómo estás planeando y decidiendo cada día?
- Si tu boca es reflejo de tu corazón, ¿cómo estás hablando? ¿Cómo estás examinando y guardando tu corazón de la necedad del pecado?
«Encomienda tus obras al Señor, y tus propósitos se afianzarán». -Proverbios 16:3
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