Día 158 | Proverbios 13-15
Hemos aprendido el contraste entre los sabios e insensatos, acerca de cómo sus decisiones afectan el resultado de sus vidas. Salomón continúa instruyendo acerca de las máximas sobre la vida y la disciplina (Prov. 13), el temor al Señor que debe gobernar nuestras relaciones y conductas (Prov. 14), así como principios generales que todo padre provee a sus hijos para que sean personas íntegras, moralmente correctas, pero sobre todo, coherentes con quien dicen ser: hijos de Dios (Prov. 15).
La sabiduría se demuestra con nuestra obediencia, con la diligencia, en escuchar consejos, al practicar la prudencia y rectitud, cuando nos despojamos del orgullo dando paso a la humildad, cuando ejercemos la bondad y dejamos de lado la ira para entonces hablar como conviene y agrada al Señor.
Al momento que acatamos todo lo que la voluntad de Dios requiere, definitivamente nuestro camino se vuelve más fácil de transitar haciéndose más …
Hemos aprendido el contraste entre los sabios e insensatos, acerca de cómo sus decisiones afectan el resultado de sus vidas. Salomón continúa instruyendo acerca de las máximas sobre la vida y la disciplina (Prov. 13), el temor al Señor que debe gobernar nuestras relaciones y conductas (Prov. 14), así como principios generales que todo padre provee a sus hijos para que sean personas íntegras, moralmente correctas, pero sobre todo, coherentes con quien dicen ser: hijos de Dios (Prov. 15).
La sabiduría se demuestra con nuestra obediencia, con la diligencia, en escuchar consejos, al practicar la prudencia y rectitud, cuando nos despojamos del orgullo dando paso a la humildad, cuando ejercemos la bondad y dejamos de lado la ira para entonces hablar como conviene y agrada al Señor.
Al momento que acatamos todo lo que la voluntad de Dios requiere, definitivamente nuestro camino se vuelve más fácil de transitar haciéndose más derecho, no porque esté libre de obstáculos, sino porque el temor del Señor, que es la fuente de nuestra vida, nos evita muchas desgracias y calamidades. Muchas personas transitan por caminos que parecen derechos, pero al final, es un camino que conduce a la muerte espiritual y, a veces, también a la muerte física.
En Proverbios 14:1 se nos describe a una mujer sabia que edifica su casa, en contraste con una necia que con sus manos la derriba. Cada una de nosotras edifica o derriba según las decisiones que toma cada día, lo cual no es para tomarlo a la ligera. A veces conocemos tanto este versículo que olvidamos la esencia del mismo. ¿Qué significa edificar nuestro hogar como mujeres sabias?
La palabra edificartiene la connotación de hacer florecer el hogar en todos los aspectos. ¿Cómo lo hacemos? Al principio, de forma general. Ya hemos aprendido varios consejos importantes y generales, pero ahora veamos aplicaciones particulares. Una mujer sabia edifica su casa cuando:
*Guarda su boca para no terminar en ruina.
*Su alma queda satisfecha por haber cumplido con su trabajo.
*Aborrece la falsedad en todas sus formas, y es veraz.
*No es pretenciosa, sino que acepta la providencia de Dios quien da y quien quita.
*Oye consejos para evitar contiendas.
*Escoge sus amistades sabiamente.
*No escatima en disciplinar a sus hijos cuando es necesario.
*Anda en rectitud y teme al Señor.
*Es consciente de su propia ignorancia y abre su corazón al conocimiento; al hacerlo, entiende el camino que Dios tiene destinado para ella.
*No actúa con simpleza, sino que mira bien sus pasos.
*No desprecia al prójimo, sino que se apiada del pobre.
*Es lenta para la ira y cultiva un corazón apacible que la guarda de todo tipo de pasiones.
*Cuando las cosas se encienden, ella da una respuesta sabia.
*Es una mujer que deleita a Dios porque es mujer de oración.
*Ha cultivado la alegría piadosa y por eso tiene un banquete continuo.
*Crea un ambiente de amor.
*Sabe discernir el tiempo para dar la respuesta adecuada, y medita antes de responder
*Aprende de las reprensiones de la vida, ya sea por la instrucción de otros, o porque aprende de los ejemplos positivos o negativos de los demás.
*Por último, no menosprecia la disciplina, sino que la considera de gran estima.
Amadas, cuando los que viven alrededor nuestro son testigos de cómo aplicamos estos preceptos, no de forma perfecta, pero si con genuinidad e intencionalidad apoyadas en el Espíritu Santo, estaremos edificando y mostrando la solidez de nuestro carácter que imita el carácter de nuestro Señor Jesús, es a Él a quien queremos apuntar. Al hacerlo, no solo estamos dejando un legado de gran valor, sino que también estamos inspirando a que ellos hagan lo mismo.
El mundo necesita urgentemente mujeres que edifican,pues ya muchas han causado grandes ruinas. Así como el Señor colocó a nuestros primeros padres en un paraíso maravilloso para que vivieran en armonía, lo cuidaran y lo labraran, así debemos hacer nosotras en nuestro pequeño paraíso llamado hogar, haciendo de él un lugar donde los nuestros quieran llegar y muchos otros, deseen estar.
Para meditar:
- ¿Cómo estás edificando?
- ¿Hay algunas cosas que te están impidiendo hacerlo?
- ¿Tu forma de edificar inspira a los demás?
«La mujer sabia edifica su casa, pero la necia la derriba con sus manos. El que anda en rectitud teme al Señor, pero el de perversos caminos lo desprecia». -Proverbios 14:1-2
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