Día 152 | Salmos 119:89-176
El día de ayer aprendimos sobre el inicio del reinado de Salomón y sus decisiones tales como casarse con la hija de Faraón, rey de Egipto, que luego le traería complicaciones. Pero, por el momento, Salomón está siendo preparado por Dios para sus años de reinado, su inicio fue muy bueno. Se dice de él que amaba al Señor y caminaba en obediencia. Salomón fue investido de sabiduría de lo alto que utiliza para gobernar y hacer lo que Dios le ha pedido: construir el templo. Su historia entrelazada con nuestra porción bíblica de hoy tiene mucho sentido. Ya que, como hemos visto, el Salmo 119 es una pieza maravillosa de la Palabra de Dios que nos anima a obedecer, y los pasajes de hoy, no son la excepción.
Debo admitir que este es uno de mis salmos favoritos, sino es que el favorito de todos. Encuentro en estos versículos …
El día de ayer aprendimos sobre el inicio del reinado de Salomón y sus decisiones tales como casarse con la hija de Faraón, rey de Egipto, que luego le traería complicaciones. Pero, por el momento, Salomón está siendo preparado por Dios para sus años de reinado, su inicio fue muy bueno. Se dice de él que amaba al Señor y caminaba en obediencia. Salomón fue investido de sabiduría de lo alto que utiliza para gobernar y hacer lo que Dios le ha pedido: construir el templo. Su historia entrelazada con nuestra porción bíblica de hoy tiene mucho sentido. Ya que, como hemos visto, el Salmo 119 es una pieza maravillosa de la Palabra de Dios que nos anima a obedecer, y los pasajes de hoy, no son la excepción.
Debo admitir que este es uno de mis salmos favoritos, sino es que el favorito de todos. Encuentro en estos versículos un ánimo para encontrar gozo en la obediencia y un llamado a tener en alto la Palabra de Dios como nuestra autoridad y revelación del carácter santo y justo de Dios, de manera que lo adoremos en lo cotidiano.
Notemos el énfasis que el salmista hace sobre la importancia de la Palabra en nuestra santificación y fe:
La Palabra de Dios permanece:
«Para siempre, oh Señor, Tu Palabra está firme en los cielos» (v. 89).
La Palabra de Dios ilumina tu caminar:
«Lámpara es a mis pies Tu Palabra, y luz para mi camino» (v. 105).
La Palabra de Dios te provee discernimiento:
«Has rechazado a todos los que se desvían de Tus estatutos, porque su engaño es en vano» (v. 118).
La Palabra de Dios te ayuda a practicar justicia:
«He practicado el juicio y la justicia; no me abandones a mis opresores» (v. 121).
La Palabra de Dios te da entendimiento:
«La exposición de Tus palabras imparte luz; da entendimiento a los sencillos» (v. 130).
La Palabra de Dios te ayuda a orar:
«He clamado con todo mi corazón ¡respóndeme, Señor! Guardaré Tus estatutos» (v. 145).
La Palabra de Dios te vivifica en el sufrimiento:
«Mira mi aflicción y líbrame, porque no me olvido de Tu ley» (v. 153).
Estudiar y meditar la Palabra de Dios renueva nuestra mente, coloca los pensamientos de Dios en nuestro corazón para vivir con libertad para obedecerlo. Por eso, en este salmo se mencionan diferentes situaciones de la vida cotidiana en que la Palabra nos da sabiduría, nos auxilia, nos regresa a la centralidad de Dios y nos guía a obedecer.
El Salmo 119 refleja lo completo de la suficiencia y necesidad de la Biblia, y nos apunta a Aquel que tiene la plenitud de Dios en forma corporal y en quien estamos completas: Cristo (Col. 2:9-10).
Algunos teólogos han denominado este salmo como la oración más larga de la Biblia; ¡podemos orar los versículos pidiendo a Dios que nos abra los ojos por Su Espíritu para ver la gloria de Su Hijo en nosotras!
Representamos a Cristo cuando amamos la Palabra, vivimos la Palabra, oramos la Palabra y proclamamos la Palabra para que otros adoren a nuestro Dios Padre. Empecemos en nuestros hogares con nuestros hijos, enseñémosles cómo Su Palabra forma y moldea nuestra manera de pensar y vivir enfocadas en Dios, y sobre todo, de cuánto deleite nos causa amar a Dios a través de Su Palabra.
Terminamos este salmo, sin embargo, te exhorto a que te tomes el tiempo de leerlo cuidadosamente, incluso de memorizar algunos versículos para crecer en el amor por Dios y Su Palabra.
Para meditar:
- ¿Es la Palabra de Dios tu gozo? ¿Es tu deleite? ¿Cómo puedes crecer en amar más a Dios y obedecer Su Palabra?
- ¿De qué manera has sido confrontada y animada por medio de este salmo? ¿Cómo te ayuda a cultivar una vida de oración?
Recuerda: Sin importar los cambios en este mundo, algo es seguro: la Palabra de Dios permanece para siempre para nuestro consuelo y edificación, y es la verdad que nos hace libres para obedecer a Dios hasta que Cristo regrese.
«¡Cuánto amo Tu ley! Todo el día es ella mi meditación». -Salmos 119:97
*Ofertas disponibles solo durante la emisión de la temporada de podcast.
Únete a la conversación