Día 151 | 1 Reyes 3 y 4; 2 Crónicas 1; Salmos 72
Una de las estrategias del enemigo para engañarnos y arrastrarnos lenta y sigilosamente al pecado es el que nos volvamos permisivos con algún hábito pecaminoso por el hecho de que en otras áreas estamos agradando a Dios. El pecado sigue siendo lo que es, una ofensa al carácter de Dios, un acto deliberado de desobediencia.
Nuestro Dios había prohibido a Su pueblo que se casaran con mujeres de otras regiones, porque adoraban a falsos dioses y tenían prácticas pecaminosas. Pero Salomón, aun amando a Dios, una de las primeras cosas que hace cuando sube al trono es casarse con una de las hijas del faraón de Egipto, lugar de donde muchos años atrás Dios había sacado a Israel. Este pecado fue corrompiendo lentamente hasta que al final trajo destrucción a su vida. No nos autoengañemos ni tratemos con paños tibios ciertas áreas de nuestras vidas que sabemos que a Dios …
Una de las estrategias del enemigo para engañarnos y arrastrarnos lenta y sigilosamente al pecado es el que nos volvamos permisivos con algún hábito pecaminoso por el hecho de que en otras áreas estamos agradando a Dios. El pecado sigue siendo lo que es, una ofensa al carácter de Dios, un acto deliberado de desobediencia.
Nuestro Dios había prohibido a Su pueblo que se casaran con mujeres de otras regiones, porque adoraban a falsos dioses y tenían prácticas pecaminosas. Pero Salomón, aun amando a Dios, una de las primeras cosas que hace cuando sube al trono es casarse con una de las hijas del faraón de Egipto, lugar de donde muchos años atrás Dios había sacado a Israel. Este pecado fue corrompiendo lentamente hasta que al final trajo destrucción a su vida. No nos autoengañemos ni tratemos con paños tibios ciertas áreas de nuestras vidas que sabemos que a Dios no le agrada.
Es muy importante no dejarnos confundir por nosotras mismas o por el enemigo, ya que el hecho de que fallemos y pequemos no implica necesariamente que no amemos a nuestro Dios, pues Salomón amaba al Señor, andando en los estatutos de su padre David. Recordemos que Su Palabra es lumbrera a nuestros pasos, y diariamente debemos meditar en ella y guardarla en nuestros corazones para no pecar (Salmos 119:11) y nuestro Dios es fiel y es justo para limpiarnos de toda maldad. Así que, ¡acerquémonos confiadamente ante Su trono!
Pensemos sobre las obras que Dios ha puesto en nuestras manos, y que las necesidades que identifiquemos para llevarlas a cabo nos lleven en humilde oración ante Su presencia reconociendo Su suficiencia, Su gracia, poder y bondad, pues separados de Él nada podemos hacer. Enfoquémonos en Sus propósitos eternos, no en los nuestros.
Busquemos primeramente el reino de Dios, Su voluntad, el agradarle y serle fiel ,y todo lo demás será añadido conforme a Sus riquezas en gloria. Salomón no pidió riquezas ni larga vida, sino inteligencia para administrar justicia, y Dios le concedió esto y todas las añadiduras en abundancia.
Dios nos ayude a elevar una oración como lo hizo Salomón en el Salmo 72, y así poder disfrutar, vivir y gozarnos de la gran bendición que es orar conforme a Su voluntad, y presenciar Sus maravillosas obras en Su pueblo, Sus hijos, Su creación. Solo Dios es la fuente de toda bendición.
Cuando lo que pedimos refleja el carácter de Dios; ya sea Su sabiduría, justicia, amor, bondad, gracia… esta petición es conforme a la voluntad de Dios, y Él no solo la concede, sino que lo hace mucho más abundante de lo que pedimos o entendemos según el poder que obra en nosotras.
Nuestra confianza en Dios no solo debe mostrarse en lo que le pedimos, sino también en lo que hacemos, debemos accionar y dar pasos de fe conforme a los dones, talento y gracia que Dios ha derramado en nuestras vidas para que reflejemos el carácter de Dios en todos nuestros llamados y roles. Aprovechemos bien el tiempo y cuidemos, desarrollemos estos dones y talentos.
Parte de la provisión de Dios para Salomón fue el equipo de servidores que tenía a su lado, los cuales también desempeñaban funciones muy importantes. Podemos recordar que Dios conoce el nombre de cada uno de sus servidores y valora su servicio. Ten en cuenta que tu servicio a Él no es vano ni menos importante que otros, recuerda que es de acuerdo a nuestros llamados y tipo de servicio que Dios capacita y provee. Seamos diligentes con lo que Dios ha entregado en nuestras manos, como los gobernadores de Salomón, quienes «no dejaban que faltara nada».
Mis hermanas, nuestro Dios es fiel a Sus promesas, a Sus palabras. Sea ahora o en la eternidad, veremos cada una de ellas cumplidas. No desmayemos, perseveremos; nuestro Dios es el único digno de toda nuestra confianza. Es de tanta bendición a nuestras almas recordar que nada ni nadie limita el obrar de Dios. Él creó todo de la nada; solamente habló y existió. Aun cuando Abraham era entrado en edad, Dios le prometió que multiplicaría su descendencia como la arena del mar, y aun cuando David pecó, Dios eligió y bendijo a Salomón, tal cual lo había prometido.
Para meditar:
- Lo que pedimos a Dios en oración refleja lo que verdaderamente valoramos. ¿Qué están reflejando tus peticiones diarias?
- Judá e Israel eran tan numerosos como la arenaque está en abundancia a la orilla del mar; comían, bebían y se alegraban. ¿Estás dudando de la fidelidad de Dios o estás con paciencia y gozo esperando el cumplimiento de sus promesas?
«Bendito sea el Señor Dios, el Dios de Israel, el único que hace maravillas. Bendito sea Su glorioso nombre para siempre, sea llena de Su gloria toda la tierra. Amén y amén». -Salmos 72:18-19
*Ofertas disponibles solo durante la emisión de la temporada de podcast.
Únete a la conversación