Día 150 | Salmos 119:1-88
El día de ayer veíamos la importancia de la obediencia, la necesidad de discernir y enfrentar los desafíos espirituales. Vimos cómo Salomón al momento de tomar el trono entiende la importancia de la sabiduría y de los consejos de su anciano padre, pero sobretodo la sabiduría que viene de Dios. Hoy seguimos la línea de la importancia de la sabiduría y que mejor forma de hacerlo que con el salmo 119.
El Salmo 119 es una joya en la Biblia, ¡y bastante largo! Es el más extenso de todos, con versículos llenos de alabanzas a la Palabra de Dios. Cada vez que lo leo, me maravillo de la profunda conexión que tiene con la importancia de que tenemos que atesorar la Palabra. Pero lo que más me fascina es cómo cada versículo gira en torno a la Palabra de Dios. Es como si cada línea resonara con su importancia y …
El día de ayer veíamos la importancia de la obediencia, la necesidad de discernir y enfrentar los desafíos espirituales. Vimos cómo Salomón al momento de tomar el trono entiende la importancia de la sabiduría y de los consejos de su anciano padre, pero sobretodo la sabiduría que viene de Dios. Hoy seguimos la línea de la importancia de la sabiduría y que mejor forma de hacerlo que con el salmo 119.
El Salmo 119 es una joya en la Biblia, ¡y bastante largo! Es el más extenso de todos, con versículos llenos de alabanzas a la Palabra de Dios. Cada vez que lo leo, me maravillo de la profunda conexión que tiene con la importancia de que tenemos que atesorar la Palabra. Pero lo que más me fascina es cómo cada versículo gira en torno a la Palabra de Dios. Es como si cada línea resonara con su importancia y poder en nuestras vidas.
Al sumergirme en el Salmo 119, me encuentro constantemente reflexionando sobre mi relación con la Palabra de Dios. ¿La valoro lo suficiente? ¿Le doy el tiempo y la atención que merece en mi vida diaria? Este salmo me desafía a profundizar en mi compromiso con la Palabra de Dios y a vivir de acuerdo con sus enseñanzas.
Me confronta cómo el salmista muestra un amor y devoción tan profundos por la Palabra de Dios. Cada verso es una expresión de admiración y gratitud por la guía y la sabiduría que encontramos en ella. Me anima a ver la Palabra de Dios no solo como un libro, sino como un tesoro invaluable que transforma nuestras vidas.
Este salmo ha sido un gran estímulo para mí, y sé que para muchos otros también, porque nos ayuda a apreciar la Palabra de Dios de una manera totalmente nueva. En medio de una de las tantas crisis políticas que enfrentó William Wilberforce, el destacado abolicionista británico, encontró consuelo en la recitación del Salmo 119 mientras caminaba desde su hogar hasta el Parlamento. En sus diarios, relató cómo las palabras de este salmo le brindaban fortaleza y esperanza en tiempos difíciles.
Por otro lado, Charles Spurgeon, reconocido predicador y escritor, dejó un legado notable con su obra «El Tesoro de David», un extenso comentario sobre los Salmos. Este volumen abarca todos los salmos, dedicando incluso 350 páginas exclusivamente al Salmo 119. Spurgeon demostró así la profunda riqueza espiritual que encontró en este salmo y su deseo de compartirla con otros.Estos ejemplos destacan solo una pequeña parte de la influencia y el impacto que el Salmo 119 ha tenido a lo largo de la historia. Numerosos comentaristas, teólogos y creyentes han sido inspirados por sus versos, encontrando en ellos consuelo, guía y sabiduría para sus vidas.
El Salmo 119 consta de 176 versículos distribuidos en 22 secciones, cada una asociada a una letra del alfabeto hebreo. Cada verso dentro de cada sección comienza con la misma letra, creando así una estructura acróstica distintiva. Esta técnica poética no solo exhibe habilidad literaria, sino que también enfatiza la plenitud y la exhaustividad del tema tratado: la Palabra de Dios. El salmista quiere meditar cuidadosamente en cada uno de los aspectos de la Palabra de Dios «de la A a la Z».
Es importante destacar que el Salmo 119 no proporciona indicaciones distintivas sobre fechas o autores. Aunque tradicionalmente se atribuye al rey David, no hay evidencia concluyente al respecto.
Hoy nos enfocaremos en una gran parte del Salmo 119, los primeros 88 versículos. «Bienaventurados los perfectos de camino, los que andan en la ley del Señor» (Salmo 119:1). Esta declaración establece el tono para todo el salmo, destacando la bendición y el gozo de seguir a Dios. El término «perfectos de camino» no significa sin pecado, sino comprometidos y obedientes con la ley de Dios. Es importante notar que esa palabra «Bienaventurados», une el Salmo 119 con el Salmo 1, habla de la bendición que es estar en la Palabra de Dios. La devoción que la palabra de Dios merece se expresa en frases tales como «con todo el corazón» y «guardados tus mandamientos».
Desde el inicio, el salmista anhela honrar a Dios y su Palabra, reconociendo que seguir Sus mandamientos es la clave para una vida recta que honre a Dios. Este enfoque en la Palabra como guía y fuente de bendición es esencial para el creyente. La lectura, el estudio, la meditación y la memorización de la Palabra son cruciales para guardarla en el corazón. El verso «Con todo mi corazón te he buscado; no me dejes desviarme de tus mandamientos» (Salmo 119:10) refleja la pasión del salmista por obedecer a Dios. Es una llamada a mantenerse firme en la búsqueda de la voluntad de Dios y a no apartarse de Sus enseñanzas.
Algo que podemos ver aquí es un patrón que hemos visto en otros salmos y que lo podemos ver en nuestras vidas, y es que el salmista también enfrenta desafíos, pruebas, enemigos y dificultades en su camino de seguir a Dios. Reconoce las tentaciones y las pruebas que enfrenta, pero reafirma su compromiso de obedecer la Palabra de Dios en medio de ellas. Es por ello que el versículo 46 fue sumamente relevante tanto para Lutero y los reformadores, enfrentando al emperador y los príncipes, como para los primeros cristianos en tiempos de persecución. Estos temas resaltan claramente en estos versículos, brindando consuelo y fortaleza en medio de las pruebas y desafíos.
Otro tema que hemos resaltado en estos versos es el de la sabiduría. El salmista reconoce que la Palabra de Dios es una fuente de sabiduría y entendimiento: «Con todo mi corazón te he buscado; no dejes que me desvíe de tus mandamientos» (Salmo 119:10). Como creyentes necesitamos diariamente de la sabiduría que proviene de Dios para poder saber cómo vivir en medio de una cultura que promueve y vive totalmente en contra de lo que es la sabiduría de lo alto, como nos dice el libro de Santiago.
«Esta sabiduría no es la que viene de lo alto, sino que es terrenal, natural, diabólica. Porque donde hay celos y ambición personal, allí hay confusión y toda cosa mala. Pero la sabiduría de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, condescendiente, llena de misericordia y de buenos frutos, sin vacilación, sin hipocresía. Y la semilla cuyo fruto es la justicia se siembra en paz por aquellos que hacen la paz». - Santiago 3:15-18
El salmista también enfatiza la importancia de la enseñanza y la instrucción en la Palabra de Dios. Reconoce que necesitamos aprender y entender los mandamientos de Dios para poder obedecerlos fielmente. Este énfasis en la enseñanza y la instrucción nos recuerda la importancia del discipulado y la educación cristiana en la iglesia.
En la última parte de este salmo (ver vv. 83-88, NTV) vemos cómo el salmista se centra en los sufrimientos y concluye con una ferviente plegaria por la liberación.
Estoy arrugado como un odre ahumado,
pero no me olvidé de obedecer tus decretos.
¿Hasta cuándo tendré que esperar?
¿Cuándo castigarás a los que me persiguen?
Estos arrogantes que odian tus enseñanzas
cavaron hoyos profundos para atraparme.
Un odre ahumado se arruga, se agrieta y se inutiliza. Podríamos decir algo como «me siento como si me hubieran exprimido». Pese a su agotamiento, el salmista se aferra a su confianza en el Señor y luego continúa enfocando su alma y corazón a la ley del Señor y a Sus beneficios.
Todos tus mandatos son confiables.
Protégeme de aquellos que me persiguen sin causa.
Casi acaban conmigo, pero me negué a abandonar tus mandamientos.
En tu amor inagotable, perdona mi vida;
entonces podré continuar obedeciendo tus leyes.
Qué bueno es saber que, a pesar de todo lo que podemos estar viviendo, poner nuestros ojos en el Señor y confiar en Su amor inagotable e incondicional nos da el aliento y la fuerza que necesitamos para seguir adelante la carrera que tenemos por delante.
Para meditar:
Aquí algunos de los beneficios que el salmo nos ofrece para que podamos meditar en ellos e irlos marcando en la medida que leemos estos versículos del día de hoy:
- Bendición y gozo (119:1–2).
- Pureza (119:9).
- Protección contra el pecado (119:11, 29).
- Consuelo en el dolor (119:28).
- Libertad (119:45).
- Esperanza (119:49).
- Consuelo y avivamiento (119:50).
- Razones para cultivar un corazón agradecido (119:62).
- Instrucciones y sabiduría (119:24).
«¡Cuán bienaventurados son los de camino perfecto, los que andan en la ley del Señor!¡Cuán bienaventurados son los que guardan Sus testimonios, y con todo el corazón lo buscan!». -Salmos 119:1-2
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