Día 14 | Job capítulos 38-39
Capítulo 38
Dios hace Su entrada triunfal en este círculo de conversaciones, y siempre que lo leo, me hace recordar mi humanidad y la pequeñez de mi existencia. Imagínate por un momento la escena, que Dios llegue en medio de un torbellino y que lo que tanto has pedido te lo conceda: venir delante de Dios y exponer tu causa. Bueno, Job, ¡prepárate porque te vas a enfrentar al Dios vivo!
Dios no hizo una introducción, no saludó, ni tampoco hizo un recuento de nada. Eso nos hace entender que Dios ha estado todo el tiempo allí, escuchando cada palabra, cada quejar, cada lágrima, cada argumento. Así que, sin anestesia ni nada, le empieza a responder cada una de las cosas que en este libro han sido expuestas. Y yo dividí Sus respuestas en dos grupos:
- Le hizo ver su ignorancia; le dice que se ciña los lomos como …
Capítulo 38
Dios hace Su entrada triunfal en este círculo de conversaciones, y siempre que lo leo, me hace recordar mi humanidad y la pequeñez de mi existencia. Imagínate por un momento la escena, que Dios llegue en medio de un torbellino y que lo que tanto has pedido te lo conceda: venir delante de Dios y exponer tu causa. Bueno, Job, ¡prepárate porque te vas a enfrentar al Dios vivo!
Dios no hizo una introducción, no saludó, ni tampoco hizo un recuento de nada. Eso nos hace entender que Dios ha estado todo el tiempo allí, escuchando cada palabra, cada quejar, cada lágrima, cada argumento. Así que, sin anestesia ni nada, le empieza a responder cada una de las cosas que en este libro han sido expuestas. Y yo dividí Sus respuestas en dos grupos:
- Le hizo ver su ignorancia; le dice que se ciña los lomos como un hombre y que responda. Le dice que ahora es Él quien le preguntará y será instruido.
- Describió las maravillas de la creación y le preguntó a Job si creía que él podía hacer algo mejor.
Dios le hace aproximadamente unas 40 y tantas preguntas a Job y empieza con la creación. Me encanta porque aquí encontramos cosas reveladas que el ser humano vino a «comprobar» en nuestros tiempos a través de la ciencia; sin embargo, ya Dios hacía años lo había dicho en Su Palabra. Cosas como la redondez de la tierra, sus medidas, las estrellas, el límite del mar.
¿Te has preguntado quién le dijo al mar: «De aquí no pasarás»? Yo no sé cómo es para ti, pero a mí me estremece cada vez que leo estos capítulos de Job, tanto que no caben en mi cabeza, y al ver lo que describen a detalle, no puedo hacer nada más que inclinar mi corazón, entender mi pequeñez. Y cuando me imagino estar ahí debajo de aquel firmamento, sin nubes, sin contaminación, ¡es asombroso!
Alabo a este Dios tan maravilloso por haberme escogido desde antes de que todo esto que está aquí descrito fuera hecho. Yo ya estaba en Su corazón (Ef. 1:4). Cuando veo a Dios darle un repaso de cómo fue esa creación, de los detalles, de los colores, y pensar que yo ya estaba en Sus planes, no puedo hacer nada más que adorar a nuestro Dios.
Capítulo 39
Así que, tenemos a Job frente a un examen con preguntas difíciles, o mejor dicho, imposibles de responder. No hay forma de que ni Job, ni tú, ni yo, ni nadie pueda probar su sabiduría limitada para discutir o siquiera pretender cuestionar al Creador de todo. Job no tiene cómo responder, ya no hay manera de que argumente absolutamente nada delante de esta verdad revelada que está teniendo.
Luego de que Dios le mostrará a Job su ignorancia, Él sigue con preguntas que siguen maravillándonos y apuntando a Su infinito poder y sabiduría. Dios nos lleva en un recorrido por el reino animal cuya belleza no podríamos alcanzar a ver ni que reuniéramos todos los zoológicos y acuarios del mundo. Me lleva a apreciar y a reconocer cuando en el Génesis leemos que, luego de terminado cada día, decía: «Y Dios vio que era bueno».
Al ir leyendo estos versículos tampoco puedo dejar de pensar y conectar con las palabras de Juan 1:1-3: «En el principio ya existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. Él estaba en el principio con Dios. Todas las cosas fueron hechas por medio de Él, y sin Él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho».
¡Cristo estaba ahí en ese preciso momento que vemos descrito aquí en Job 39! Vemos una creación que alaba a su Creador y que cada aspecto de su vida apunta a Aquel que los creó. ¿Está tu vida apuntado a tu Creador? ¿Es tu vida un canto de alabanza para que los que están a tu alrededor puedan mirarlo a Él?
Para meditar:
Toma un tiempo y alaba al Señor tu Dios por el increíble regalo de la salvación, algo que no merecemos pero que por Su gran amor nos ha sido otorgada.
Una canción que me encanta y que mientras escribía esto pensaba y cantaba, me remontó a mi adolescencia cuando conocí al Señor y te la quiero compartir, se llama Mi Redentor Vive.
«¿Dónde estabas tú cuando Yo echaba los cimientos de la tierra? Dímelo, si tienes inteligencia». - Job 38:4
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