Día 136 | Salmos 3, 4, 12, 13, 28, 55
Algunos estudiosos sugieren que estos salmos fueron escritos durante la huida de David de Absalón. A pesar de enfrentar angustia y desesperación, David encontró gozo y esperanza al confiar en el carácter de Dios. Estos salmos son lamentaciones aplicables y necesarias para nuestro mundo actual. En medio de sus difíciles circunstancias, David reconocía su dependencia y clamaba a Dios por liberación y protección, creyendo en Su respuesta. Al leer estos salmos, debemos enfocarnos en el carácter de Dios, reconocer la realidad de las circunstancias de David y su relevancia para nosotras.
Selah, reflexiona acerca de lo que lees y medita.
Salmos 3 y 4 - Salmos de liberación y sustento divino
El carácter de Dios es atacado por los enemigos de David. Ellos decían: «…no hay salvación para él, en Dios». A pesar de esto, David depositaba su confianza en Dios: «…pero tú, oh SEÑOR…», considerándolo su escudo y salvación, …
Algunos estudiosos sugieren que estos salmos fueron escritos durante la huida de David de Absalón. A pesar de enfrentar angustia y desesperación, David encontró gozo y esperanza al confiar en el carácter de Dios. Estos salmos son lamentaciones aplicables y necesarias para nuestro mundo actual. En medio de sus difíciles circunstancias, David reconocía su dependencia y clamaba a Dios por liberación y protección, creyendo en Su respuesta. Al leer estos salmos, debemos enfocarnos en el carácter de Dios, reconocer la realidad de las circunstancias de David y su relevancia para nosotras.
Selah, reflexiona acerca de lo que lees y medita.
Salmos 3 y 4 - Salmos de liberación y sustento divino
El carácter de Dios es atacado por los enemigos de David. Ellos decían: «…no hay salvación para él, en Dios». A pesar de esto, David depositaba su confianza en Dios: «…pero tú, oh SEÑOR…», considerándolo su escudo y salvación, incluso en medio de una multitud que buscaba su completa destrucción. Con firme convicción, declaraba que la salvación pertenece únicamente al Señor.
David reconocía que su salvación no se basaba en sus propios méritos, sino en el carácter divino. Aunque era el ungido de Dios, comprendía su pecaminosidad. Su huida de Absalón era consecuencia de sus pecados como padre. Él no encontraba justicia propia en sí mismo, sino únicamente en Dios. Por ello, lo llamaba «Dios de mi justicia».
Asimismo, David afirmaba que «el Señor ha apartado al piadoso para sí». Dios era quien salvaba y preservaba a Sus hijos, en virtud de Su justicia. Además, escuchaba el clamor de Sus hijos y les otorgaba inmenso gozo. El gozo que el Señor concede supera cualquier experiencia humana, pues se fundamenta en quién es Él y en Su fidelidad hacia Sus hijos. La absoluta confianza de David se reflejaba en su vida cotidiana, podía dormir tranquilamente diciendo: «Solo tú, Señor, me haces vivir seguro».
Salmo 12 - Dios como protector del justo
Este salmo nos presenta un contraste entre las palabras de los inicuos y las palabras puras de Jehová. El salmista empieza pidiendo al Señor ser guardado de los impíos, ora que el Señor les dé el pago debido y afirma su consuelo: «las palabras del Señor son puras…». Esta es la razón por la cual David confía en su Dios sin titubear. Él es veraz en contraste con el hombre de labios lisonjeros. De igual manera, David concluye que el Señor guarda a los piadosos, tal como le pedía al Señor al principio.
Salmo 13 - Plegaria de un afligido
«¿Hasta cuándo, oh Señor?». Las circunstancias de David no cambian, sus temores lo agobian y su vida está en completo peligro; él siente que el Señor está escondiendo Su rostro. Pero él clama a Dios en oración y escoge continuar confiando en Su misericordia y regocijándose en la salvación de su Dios. Una vez más termina su salmo en plena confianza y alabanza a Su Dios, quien lo había «llenado de bienes».
Salmo 28 - Súplica y acción de gracias
En este salmo vemos un tremendo entendimiento de la soberanía y bondadosa providencia divina. Una vez más, sus circunstancias no han cambiado, pero tampoco Su Dios. David ve su vida en las manos de Dios y reconoce que depende completamente de Él. El rey expone su crisis delante del Señor y lo llama «Roca mía». El Señor era su fundamento y fortaleza, por lo tanto, su seguridad y estabilidad venían de Su Dios. David continúa alabando al Señor por quién es Él y por cómo obra para el bien de Su pueblo, y termina cantando al Señor porque lo ha llenado de bienes, aun en medio de todas sus aflicciones.
Salmo 55 - Oración de un perseguido
Durante el tiempo de su huida, David deseaba llegar al punto donde pudiera escapar de sus circunstancias, pero el Señor había permitido cada una de estas; y en Su misericordia, permitió que encontrara su refugio en Él. Su corazón estaba angustiado; temor y terror lo atacaban por todas partes, pero sin duda alguna, su confianza en Dios sigue siendo la misma: «En cuanto a mí, a Dios invocaré, y el Señor me salvará». David entrega sus enemigos al Dios que está en control, al Dios que ordena sus circunstancias. En medio de todo, David pudo experimentar en carne propia cómo el Señor era su salvación y eso era suficiente.
A menudo esperamos un cambio de circunstancias o un escape de nuestras dificultades; sin embargo, el Señor permite que estas no cambien y en Su misericordia nos atrae a Él para permitirnos ver y experimentar que solo Él es nuestra Roca. Necesitamos la salvación del Señor más que un cambio de circunstancias.
Para meditar:
- En medio de las dificultades, cuando los enemigos nos acechan o nuestras propias faltas nos abruman, ¿dónde buscamos nuestro consuelo? ¿Buscamos nuestra seguridad en la fidelidad de Dios y en Su justicia? ¿O buscamos esa seguridad en nuestras circunstancias?
- ¿Cómo enfrentas tus dificultades diarias por pequeñas o grandes que estas sean? ¿Tus problemas te mantienen despierta por la noche? Conoce el carácter de tu Dios, para que puedas confiar en Él, como lo hizo David.
«En paz me acostaré y así también dormiré, porque solo Tú, Señor, me haces vivir seguro». -Salmos 34:8
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