Día 130 | Salmos 50, 53, 60 y 75
El Salmo 50 es el primer salmo atribuido a Asaf, quien era el líder musical en la adoración del templo.
Desde su descripción, el salmo nos dice: Dios el juez, del justo y del impío. El juicio de Dios es inminente y nadie se va a escapar del mismo.
Según los versículos 8 y 9, el pueblo estaba presentando sacrificios, dice que sus holocaustos estaban continuamente delante de Él, pero, aun así, Dios testificaba contra ellos. Algo en su adoración no estaba bien, no era genuina y sincera. Eran hipócritas y Dios les juzgaría por ello. Recordemos que Dios no necesita de ritos y sacrificios. La verdadera adoración y los verdaderos sacrificios provienen de un corazón fiel y bajo la autoridad de la Palabra de Dios. Dios desea gratitud genuina (v. 14) y una vida rendida en obediencia a Él.
En tu vida personal cultiva una relación genuina con Dios, …
El Salmo 50 es el primer salmo atribuido a Asaf, quien era el líder musical en la adoración del templo.
Desde su descripción, el salmo nos dice: Dios el juez, del justo y del impío. El juicio de Dios es inminente y nadie se va a escapar del mismo.
Según los versículos 8 y 9, el pueblo estaba presentando sacrificios, dice que sus holocaustos estaban continuamente delante de Él, pero, aun así, Dios testificaba contra ellos. Algo en su adoración no estaba bien, no era genuina y sincera. Eran hipócritas y Dios les juzgaría por ello. Recordemos que Dios no necesita de ritos y sacrificios. La verdadera adoración y los verdaderos sacrificios provienen de un corazón fiel y bajo la autoridad de la Palabra de Dios. Dios desea gratitud genuina (v. 14) y una vida rendida en obediencia a Él.
En tu vida personal cultiva una relación genuina con Dios, sé sincera delante de Él. Muchas veces llegamos a la iglesia los domingos y lo hacemos por pura religiosidad. Dios le da más importancia a tu adoración en sencillez de corazón y rendición, que a las prácticas religiosas.
El Salmo 53 (que es casi idéntico al salmo 14) nos habla de los necios quienes se comportan como si Dios no existiera. En estos pocos versículos nos podemos dar cuenta de una secuencia donde podemos ver: la depravación del hombre (vv. 1-3), la destrucción que vendrá sobre los enemigos de Dios y Su pueblo (vv. 4-5) y la salvación final cuando Dios restaure a Su pueblo cautivo (v. 6).
Y no puedo evitar hacer la conexión y apuntarlo a Cristo. No sé si te percataste de que estos versos son citados en Romanos 3:11-12;
«No hay justo, ni aun uno;
No hay quien entienda,
No hay quien busque a Dios.
Todos se han desviado, a una se hicieron inútiles;
No hay quien haga lo bueno,
No hay ni siquiera uno».
Esta era nuestra realidad sin Cristo, depravación total y es la condición de aquel que no ha creído en Él.
«Por cuanto todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios» (Romanos 3:23).
Los que persisten en su injusticia son destruidos, pero hay esperanza de salvación: «Todos son justificados gratuitamente por Su gracia por medio de la redención que es en Cristo Jesús» (Romanos 3:24).
La esperanza en nuestra depravación, lo que impide que seamos destruidas, es el favor y la misericordia de Dios al enviar a Jesucristo para justificarnos gratuitamente por medio de la fe.
El propósito del Salmo 60 está claro en su superinscripción: «Para enseñar, cuando luchó con Aram Naharaim y contra Aram Soba, y volvió Joab e hirió a 12,000 edomitas en el valle de la Sal». Y este evento se encuentra en la lectura del día de ayer.
Podemos ver a David clamando a Dios en medio del temor de la batalla. Restáuranos, oh Dios. Sana, salva, respóndeme, danos ayuda.
David levanta súplicas pidiendo la ayuda de Dios y expresa confianza en que, con Su ayuda, obtendrán la victoria. David reconoce sus propias limitaciones y demuestra dependencia en Dios para derrotar a sus enemigos.
Este salmo nos recuerda que podemos clamar a Dios en tiempos de dificultad y confiar en su poder para llevar a cabo su plan.
El Salmo 75 inicia con una expresión exuberante de gratitud. «Te damos gracias, oh Dios, te damos gracias».
Asaf expresa diferentes razones por estar agradecido: por la cercanía de Dios, por Su capacidad exclusiva de juzgar justamente, por Su soberanía, por preservar y gobernar la tierra. Me encanta que así como inicia, el salmo concluye con un llamado a dar gracias y alabar a Dios.
Hermana, confía en el tiempo, la providencia y soberanía de Dios, reconociendo que a uno humilla y a otro ensalza. Exprésale a Dios tu gratitud y reconoce Su obrar en tu vida. Adórale, Él es digno.
Para meditar:
- ¿Tu vida se caracteriza por una rendición en obediencia y gratitud a Dios?
- ¿Qué piensas cuando escuchas que Dios le da más importancia a tu adoración en sencillez de corazón y rendición, que a las prácticas religiosas?
- ¿Confías en el poder de Dios para llevar a cabo Sus planes en medio de la dificultad y te rindes a Su voluntad?
«Te damos gracias, oh Dios, te damos gracias, pues cercano está Tu nombre; los hombres declaran Tus maravillas». -Salmos 75:1
*Ofertas disponibles solo durante la emisión de la temporada de podcast.
Únete a la conversación