Día 128 | Salmos 25, 29, 33, 36 y 39
En los salmos del día de hoy, David nos recuerda la grandeza, poder y majestuosidad de Dios, poniendo de manifiesto su profundo conocimiento del Señor. A pesar de sus altas y bajas, David fue un hombre cuyo conocimiento de Dios le permitió expresarle su confianza en medio de las pruebas más difíciles.
Conocer el carácter, los atributos y los hechos de Dios puede parecer algo muy básico y elemental, sin embargo, es donde más fallamos. Es por esto que en el momento que enfrentamos pruebas y dificultades, nuestra falta de fe en quien Dios es nos mueven a dudar y pecar.
Es por esto que aunque sabemos, leemos y cantamos que Dios es misericordioso y perdonador, cuando pecamos nos quedamos estancados en el lodo de la culpa, y dudamos que Dios pueda perdonarnos otra vez. Le hacemos más caso a nuestras emociones y a las mentiras de Satanás que a …
En los salmos del día de hoy, David nos recuerda la grandeza, poder y majestuosidad de Dios, poniendo de manifiesto su profundo conocimiento del Señor. A pesar de sus altas y bajas, David fue un hombre cuyo conocimiento de Dios le permitió expresarle su confianza en medio de las pruebas más difíciles.
Conocer el carácter, los atributos y los hechos de Dios puede parecer algo muy básico y elemental, sin embargo, es donde más fallamos. Es por esto que en el momento que enfrentamos pruebas y dificultades, nuestra falta de fe en quien Dios es nos mueven a dudar y pecar.
Es por esto que aunque sabemos, leemos y cantamos que Dios es misericordioso y perdonador, cuando pecamos nos quedamos estancados en el lodo de la culpa, y dudamos que Dios pueda perdonarnos otra vez. Le hacemos más caso a nuestras emociones y a las mentiras de Satanás que a lo que Dios ha revelado de Sí mismo.
En el Salmo 25 David busca la guía y protección de Dios, expresando confianza en el carácter de Dios. Reconoce sus pecados y pide perdón. Él enfatiza su dependencia de Dios para la dirección de su vida porque sabe que el Señor es misericordioso y compasivo y la verdadera fuente de amor inagotable. David se encuentra profundamente angustiado y ahogado en sus problemas, pero reconoce que su rescate proviene de su Creador.
Hermana, somos vulnerables y frágiles en este mundo y vamos a enfrentar problemas y dificultades, vamos a tener que luchar contra nuestro propio pecado. Pero, ¿te ha pasado que a veces echas mano de recursos y herramientas que buscas en ti misma? Nos creemos autosuficientes, y en vez de clamar, atinamos a buscar las soluciones que nos ofrece el mundo en que vivimos. Pero haz como hizo David, clama a la misericordia y compasión del Señor. Busca primero Su ayuda. Confiesa humildemente tus transgresiones a Dios, confía en Su misericordia y perdón, y no permitas que pecados no confesados te impidan ser avivada por Dios.
David enfatiza su deseo de aprender de los caminos de Dios. Le pide a Dios que le muestre Sus caminos, que le enseñe Sus sendas y que le guíe. Me encanta cómo David confía en que Dios es quien muestra, dirige y enseña.
«Señor, muéstrame Tus caminos, enséñame Tus sendas. Guíame en Tu verdad y enséñame». (vv. 4-5a).
«Por tanto, Él muestra a los pecadores el camino. Dirige a los humildes en la justicia, y enseña a los humildes su camino» (vv. 8b-9).
Qué consuelo saber que Dios no es un Dios oculto, sino que es un Dios que se releva y se da a conocer. Y la manera que Dios proveyó para que le conociéramos fue Su Palabra. Exponte constantemente a las Escrituras para conocer Sus caminos. Tu vida será transformada a medida que aplicas las verdades bíblicas, buscando la transformación y el crecimiento de tu carácter.
El Salmo 29 comienza con una invitación a adorar a Dios por quien Él es y por lo que ha hecho. Este es un himno majestuoso que alaba el poder y la gloria de Dios, enfocándose particularmente en los elementos impresionantes de la naturaleza. Toda la fuerza y esplendor se encuentran en la voz del Señor, Su voz se escucha en la tormenta, sobre aguas impetuosas y a través de vientos fuertes. Esto debe ser motivo de rendir la gloria a Dios y adorarle.
Este salmo exalta la soberanía de Dios sobre la creación y nos invita a asombrarnos por Su majestuosa presencia en la naturaleza.
«El Señor se sentó como Rey en el diluvio; sí, como Rey se sienta el Señor para siempre» (Sal. 29:10).
Esto es particularmente de ánimo para mí, ya que mi ciudad sufre de inundaciones muy catastróficas. Pero podemos estar reconfortadas en que cuando ocurren desastres naturales, aun en medio de la desolación, podemos tener paz porque Dios es soberano.
Dios está en control en todos los aspectos de tu vida. Confía en Sus planes y propósitos aun en medio de las incertidumbres de la vida.
En el Salmo 33, el salmista nos hace una invitación o nos da un mandato de elevar nuestra adoración a Dios. ¿Por qué? Porque Él es justo, misericordioso, recto, poderoso, eterno, fiel, creador de los cielos, sustentador de lo creado… Esto me recuerda que siempre nuestra adoración debe estar motivada por quien Dios es y no por nuestras emociones o circunstancias. Como Él nunca cambia y nosotras sí, si le adoramos por quien Él es y lo que ha hecho, siempre tendremos motivos para rendirle tributo y agradecimiento. Cuando te falten motivos para adorar, cuando tu alma esté seca, vuelve y lee este salmo, el cual es un hermoso despliegue de los atributos de Dios.
Salmos 36
Este salmo expone la maldad del hombre y la misericordia y el perdón de Dios.
«¡Cuán preciosa es, oh Dios, Tu misericordia! Por eso los hijos de los hombres se refugian a la sombra de Tus alas». -Salmos 36:7
No hay un lugar donde Dios no pueda llegar, Su amor se extiende a todos en todas partes. Cuando leo estos salmos puedo recibir consuelo porque recuerdo que aunque estábamos perdidas, Su gracia nos alcanzó y nos recibió. Vivamos a la luz del amor inquebrantable de nuestro Padre.
Toma tiempo regularmente para abundar en el conocimiento del carácter de Dios. Permite que Su amor, fidelidad y justicia te hagan comprender quién es Él y puedas caminar con Él.
El Salmo 39 reflexiona sobre el impacto de las palabras y la importancia de guardar la lengua. En mis relaciones con los demás me doy cuenta de lo difícil que resulta a veces edificar con mis palabras. En 1 Tesalonicenses 5:11, Pablo nos invita a animarnos y edificarnos unos a otros. Sé intencional con las palabras que pronuncias. Considera el impacto de tus palabras en los demás y esfuérzate por edificar y comunicarte con sabiduría y amabilidad.
Para meditar:
- Cuando encuentras pecado en tu vida, ¿vas a Dios directamente para confesión y lo buscas para aprender de Sus caminos y Su guía?
- ¿Confías en los planes de Dios en medio de las incertidumbres de tu vida?
- En tus relaciones con los demás, ¿edificas con tus palabras, o son un medio de destrucción?
«¡Cuán preciosa es, oh Dios, Tu misericordia! Por eso los hijos de los hombres se refugian a la sombra de Tus alas». -Salmos 36:7
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