Día 127 | 2 Samuel 7; 1 Crónicas 17
1 de Crónicas 17 es idéntico a 2 de Samuel 7 con algunos cambios pequeños de palabras según la versión que se lea. Me gustaría resaltar una diferencia que se nota en 1 Crónicas 17:14 comparándolo con 2 Samuel 7:16. En Crónicas leemos MI casa y MI reino, mientras que en el relato de Samuel leemos TU casa y TU reino («MI» refiriéndose a Dios, «TU» refiriéndose a David).
El académico E.W. Bullinger señala que «ambos son iguales, pues el reino era de David porque era el regalo que Dios le había hecho». Tanto por Dios como por David vino Jesucristo, cuyo Reino es el que esperamos y el que perdurará para siempre. Dios dio el don de ser rey sobre Su pueblo Israel, que es Su casa, a David. ¡Qué don y honor recibirlo y compartirlo!
Puede que no tengamos el don de gobernar al pueblo de Dios, pero …
1 de Crónicas 17 es idéntico a 2 de Samuel 7 con algunos cambios pequeños de palabras según la versión que se lea. Me gustaría resaltar una diferencia que se nota en 1 Crónicas 17:14 comparándolo con 2 Samuel 7:16. En Crónicas leemos MI casa y MI reino, mientras que en el relato de Samuel leemos TU casa y TU reino («MI» refiriéndose a Dios, «TU» refiriéndose a David).
El académico E.W. Bullinger señala que «ambos son iguales, pues el reino era de David porque era el regalo que Dios le había hecho». Tanto por Dios como por David vino Jesucristo, cuyo Reino es el que esperamos y el que perdurará para siempre. Dios dio el don de ser rey sobre Su pueblo Israel, que es Su casa, a David. ¡Qué don y honor recibirlo y compartirlo!
Puede que no tengamos el don de gobernar al pueblo de Dios, pero Dios nos da el don de un lugar en Su reino, ya que nos resucitó juntamente con Él y nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús (Efesios 2:6). ¿Crees y confías en esta posición para la que has sido elegida por Él?
Cuando David tuvo descanso de sus enemigos, se encontraba viviendo en una casa magnífica; sin embargo, su mente parecía no estar en reposo. Al comienzo de los dos capítulos de hoy, David está pensando para sí mismo y se le ocurre la idea de construir una casa para el Señor. Pero más adelante en los dos libros, vemos que se sienta delante del Señor y se humilla.
Muchas veces podemos tener un descanso físico en la locura de la vida, pero muy pocas veces tenemos un descanso mental y emocional, pues nuestras mentes siempre están a toda marcha.
- ¿Cómo permites que tu mente descanse?
- ¿Por qué luchas con el descanso de tu mente y corazón?
- ¿Cuál es la diferencia entre pensar en ti misma y orar a Dios?
«Entonces el rey David entró y se sentó delante del Señor y dijo: «¿Quién soy yo, oh Señor Dios, y qué es mi casa para que me hayas traído hasta aquí?» (2 Samuel 7:18).
«¿Quién soy yo?», es una gran pregunta que debemos hacernos. No merecemos nada, sino la gracia de Dios, es la única respuesta al porqué somos elegidas por Él. Y solo por Su gracia podemos comprender verdaderamente la humildad y la indignidad.
Para meditar:
- ¿Cómo le responderías a Dios si Él te preguntara: «¿Quién eres tú?»?
«Entonces el rey David entró y se sentó delante del Señor y dijo: “¿Quién soy yo, oh Señor Dios, y qué es mi casa para que me hayas traído hasta aquí?”». -2 Samuel 7:18
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