Día 115 | 1 Crónicas 3-5
¿Preparadas para otro día de genealogías?
Comenzamos la lectura de hoy siguiendo la genealogía de David. Podría haber muchas preguntas sobre las diferentes esposas y concubinas que tuvo David, pero hoy en lo que quiero centrarme es en dos de sus hijos: Natán y Salomón. La mayoría ha oído de Salomón, pero quizá no conozca a Natán. A través de Salomón siguió el linaje real de David, como vemos en los versículos siguientes del capítulo tres de Crónicas y también en Mateo 1 de la genealogía desde Abraham hasta Jesucristo. Pero, ¿cuál es la historia del hermano de Salomón, Natán? Bueno, si miras la genealogía de Jesucristo en Lucas 3, lo descubrirás.
En Lucas 3:31 vemos en la genealogía, que no es Salomón, sino Natán y sus descendientes después de él, los que llevan a Jesús. ¿Cómo puede ser eso? ¿Es una contradicción en las Escrituras? Si comparamos las genealogías …
¿Preparadas para otro día de genealogías?
Comenzamos la lectura de hoy siguiendo la genealogía de David. Podría haber muchas preguntas sobre las diferentes esposas y concubinas que tuvo David, pero hoy en lo que quiero centrarme es en dos de sus hijos: Natán y Salomón. La mayoría ha oído de Salomón, pero quizá no conozca a Natán. A través de Salomón siguió el linaje real de David, como vemos en los versículos siguientes del capítulo tres de Crónicas y también en Mateo 1 de la genealogía desde Abraham hasta Jesucristo. Pero, ¿cuál es la historia del hermano de Salomón, Natán? Bueno, si miras la genealogía de Jesucristo en Lucas 3, lo descubrirás.
En Lucas 3:31 vemos en la genealogía, que no es Salomón, sino Natán y sus descendientes después de él, los que llevan a Jesús. ¿Cómo puede ser eso? ¿Es una contradicción en las Escrituras? Si comparamos las genealogías de Lucas y Mateo, veremos que no se contradicen, sino que se complementan. La genealogía de Lucas es el linaje físico de Cristo a través de su madre, María. Mientras en Mateo se describe la genealogía que corresponde al linaje real de Cristo a través de su padre «adoptivo» José.
Qué asombrosa perfección de la Escritura que nos condujo a Cristo. La división de las genealogías comenzó en dos hijos de David, un hijo pudo haber sido más popular y poderoso, pero el otro no fue olvidado por Dios y recibió una bendición para llegar a ser parte de la línea de Cristo.
En los otros capítulos de hoy, en más listas de genealogías, leemos de un hombre llamado Jabes. Su nombre le fue dado por su mamá porque le causó mucho dolor en su nacimiento, por lo que su nombre literalmente significa «él causará dolor». Qué nombre tan desafortunado, ¿verdad? Sin embargo, mira su integridad. En las Escrituras se le caracteriza por ser más honorable que sus hermanos, una manera bastante dulce de ser descrito por Dios en mi opinión. Pero por otro lado, no es muy agradable el nombre que la gente le da, ya que es un nombre desmoralizador.
Claro que causó dolor a su madre (no sé qué nacimiento no causa dolor a la madre), pero esto no significa que siempre causara dolor a su madre o a otros. Como Jacob, cuyo nombre significa engañador, finalmente fue el que fue engañado y ya no fue conocido como el engañador, sino que se le dio un nuevo nombre, Israel, y fue conocido por ser el padre de las doce tribus de Israel que forman todos los judíos y la nación apartada de Dios.
Jabes oró al Señor para ya no recibir más dolor y Dios le concedió su petición. Puede que nuestro nombre hoy no signifique algo feo, pero ¿hay algún nombre o experiencia en tu vida que te esté definiendo y del que quisieras liberarte?
Jabes también ora: «Si ensancharás mi territorio, y tu mano estuviera conmigo». Como casi todo ser humano, Jabes quería prosperar y crecer, pero quería hacerlo en Dios y con Dios, no confiando en sus fuerzas o capacidades. Jabes deseaba la presencia del Señor en su vida, más que cualquier otra cosa.
Para meditar:
- En medio de las aflicciones, Dios enviará Su Palabra para consolarte, fortalecerte y sostenerte, ¿confiarás en Él y no en tus fuerzas o capacidades?
- ¡Demos gracias a nuestro Padre que nos ha liberado del mayor dolor que puede experimentar un ser humano: vivir una eternidad sin Él!
«Jabes invocó al Dios de Israel, diciendo: “¡Oh, si en verdad me bendijeras, ensancharas mi territorio, y Tu mano estuviera conmigo y me guardaras del mal para que no me causara dolor!”. Y Dios le concedió lo que pidió». -1 Crónicas 4:10
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