Día 111 | 2 Samuel 1-4
El segundo libro de Samuel no comienza con el inicio típico de un libro, pues realmente no hay interrupción en el contenido de los dos libros. Esto se debe a que 1ro y 2do de Samuel eran un solo libro en la Biblia hebrea, o al menos lo eran en la Biblia hebrea original. La división en dos libros parece haber sucedido al momento de la traducción de la Biblia al griego, conocida como la versión Septuaginta de la Biblia.
Al final del primer libro de Samuel (1 Sa. 31:4), Saúl se suicida. Es por eso que el capítulo 1 del segundo libro comienza con el informe de la muerte de Saúl. David era el enemigo de Saúl, sin embargo, David lamenta su muerte porque era el ungido de Dios. En su canto de lamento recuerda a Saúl y a Jonatán en su mejor momento, aunque Saúl había tratado de …
El segundo libro de Samuel no comienza con el inicio típico de un libro, pues realmente no hay interrupción en el contenido de los dos libros. Esto se debe a que 1ro y 2do de Samuel eran un solo libro en la Biblia hebrea, o al menos lo eran en la Biblia hebrea original. La división en dos libros parece haber sucedido al momento de la traducción de la Biblia al griego, conocida como la versión Septuaginta de la Biblia.
Al final del primer libro de Samuel (1 Sa. 31:4), Saúl se suicida. Es por eso que el capítulo 1 del segundo libro comienza con el informe de la muerte de Saúl. David era el enemigo de Saúl, sin embargo, David lamenta su muerte porque era el ungido de Dios. En su canto de lamento recuerda a Saúl y a Jonatán en su mejor momento, aunque Saúl había tratado de matar a David en numerosas ocasiones. También llora por su mejor amigo Jonatán, el hijo de Saúl. Su amistad fue tan cercana que David la describe con un amor muy profundo. Jonatán, siendo el hijo del rey, era un príncipe que tarde o temprano se convertiría en rey; no obstante, Dios había elegido a David como el próximo rey sobre Israel. Se podría pensar que esto causaría rencor y odio de Jonatán hacia David, pero sucedió todo lo contrario. Jonatán conocía y deseaba que David se convirtiera en rey, y trataba a este muchacho campesino como el hermano de un príncipe.
Al respecto, un comentarista dijo: «Jonatán, con todo que perder, y David, con todo que ganar, siguieron siendo amigos verdaderos y leales».
En estos cuatro primeros capítulos de 2 Samuel leemos dos sucesos similares: hombres trataron de ganar el favor de David matando a sus enemigos, creyendo que así serían recompensados. No obstante, David se dio cuenta del motivo que provocó la mentira que el amalecita le dijo sobre la muerte de Saúl; y les recordó a los dos hombres que mataron a Is-boset, el hijo de Saúl, las consecuencias de su acto, porque él también vio la motivación del corazón de ellos.
También en estos capítulos aprendemos del primer período del reino dividido (no solo después de la muerte de David a la que típicamente se hace referencia). En estos dos años Isboset era rey de Israel y David era rey de Judá. Se da una guerra civil entre los hombres de David y los hombres de Isboset en lo que parece un juego para determinar quién tiene el ejército más fuerte. David ni siquiera estaba allí y me pregunto si él sabía sobre esto. Esta fue una guerra civil planteada más por deporte que para la gloria a Dios.
Esto me lleva a pensar que, a menudo, somos traicionadas por los logros de los que estamos orgullosas, especialmente por razones egoístas. Tomar a la ligera un problema grave no es sabio. ¿Crees que este tipo de mentalidad sigue sucediendo hoy en día?
Y es en medio de esta guerra civil cuando, finalmente, David es ungido rey, pero no sobre todo Israel, sino sobre la tribu de Judá, pues el resto de Israel tiene al hijo de Saúl, Isboset, como rey. Leemos de los hijos que le nacieron a David de varias de sus esposas mientras vivió en Hebrón (2 Sam. 3:2-5). También es interesante notar que la primera petición que David hace a Abner es que le devuelva a la hija de Saúl, Mical, la primera esposa de David, lo que podría deberse al significado simbólico que conllevaba como sucesor legítimo de Saúl en el trono.
A continuación, vemos a Joab tomando venganza al matar a Abner por causa de su hermano, Asael, quien fue asesinado por Abner en la batalla entre Judá e Israel. Esta parece una causa justa: ojo por ojo, diente por diente, pero hay más en la historia.
En el capítulo dos vemos a Abner tratando de nomatar a Asael e incluso lo vemos usando la parte trasera de su lanza para hacerlo tropezar en lugar de matarlo. Abner estaba del lado de la casa de Saúl luchando contra David, pero incluso él sabía que David se convertiría en rey sobre todo Israel. Cuando Isboset acusa a Abner de acostarse con una de las concubinas de Saúl, aunque no tenemos evidencia de si esto era cierto o no, pero él se vuelve para ayudar a entregar todo Israel a David.
Joab asumió que Abner estaba engañando a David, y como él aún sentía amargura por causa de su hermano, va en secreto y lleva a cabo un plan para matar a Abner astutamente sin contarle a David. Abner había matado a Asael en defensa propia, pero Joab planeó este asesinato en venganza e intencionalmente. David lamenta la muerte de Abner, quien estaba en el otro lado de la guerra civil, como Saúl. La historia del cambio de Abner a la lealtad a David es importante porque a veces personas honestas pueden alinearse con hombres malvados.
Para meditar:
- ¿La amargura te ha hecho pecar o ha hecho que trates de tomar el asunto por tus propias manos?
- ¿Alguna vez has visto o hecho algo incorrecto para ganar una recompensa o para ganar el favor de alguien donde al final resultas lastimando a otros o a ti misma?
«Hoy soy débil, aunque ungido rey; y estos hombres, hijos de Sarvia, son más duros que yo. Que el Señor pague al malhechor conforme a su maldad». -2 Samuel 3:39
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