Día 107 | 1 Samuel 25 - 27
Aunque Dios ya lo había ungido, David no luchó por su posición de rey hasta esperar el tiempo de Dios. Pero, al igual que todas las personas que Dios usa, también lo vemos obrar de manera inconsistente en varias porciones de la lectura de hoy.
Mientras David le perdona la vida a Saúl varias veces, y se compara con una pulga delante de Saúl, no tuvo ninguna paciencia o piedad con Nabal. La hospitalidad era algo muy valorado en esos tiempos, y el egoísmo, su negativa y falta de generosidad no fue tolerada por David, quien estuvo dispuesto a ir contra este hombre con 400 hombres. Mientras en otras ocasiones él actuó humildemente, esta vez estuvo listo para actuar impulsivamente contra Nabal. La ira le hizo perder la perspectiva.
Por otro lado, aunque David era un hombre conforme al corazón de Dios, vemos que tuvo varias mujeres. Mical, la hija …
Aunque Dios ya lo había ungido, David no luchó por su posición de rey hasta esperar el tiempo de Dios. Pero, al igual que todas las personas que Dios usa, también lo vemos obrar de manera inconsistente en varias porciones de la lectura de hoy.
Mientras David le perdona la vida a Saúl varias veces, y se compara con una pulga delante de Saúl, no tuvo ninguna paciencia o piedad con Nabal. La hospitalidad era algo muy valorado en esos tiempos, y el egoísmo, su negativa y falta de generosidad no fue tolerada por David, quien estuvo dispuesto a ir contra este hombre con 400 hombres. Mientras en otras ocasiones él actuó humildemente, esta vez estuvo listo para actuar impulsivamente contra Nabal. La ira le hizo perder la perspectiva.
Por otro lado, aunque David era un hombre conforme al corazón de Dios, vemos que tuvo varias mujeres. Mical, la hija de Saúl, ya no estaba con él pues su padre la había dado a otro, pero había tomado a Ahinoam y hoy vemos que toma a Abigail, violando el mandato de no tomar muchas mujeres para sí (Dt. 17:17).
Una vez más vemos que Dios no oculta las debilidades de los siervos que usa. «El que se gloría, que se gloríe en el Señor» (1 Co. 1:31; 2 Co. 10:17).
En medio de este recuento es importante observar la sabiduría de Abigail. Aunque ella le debía respeto a su esposo, ella supo actuar sabiamente para salvar la vida de todos. La conducta de Nabal, cuyo nombre le delata, ya que significa «necio», puso en peligro a todos. Ella fue sabia y persuasiva en sus palabras a David, y supo calmar el furor y evitar una desgracia mayor. Tal y como lo dice Proverbios 15:1: «La suave respuesta aparta el furor, pero la palabra hiriente hace subir la ira».
Abigail le recordó a David que el vengador es el Señor y que Él se encarga de los insensatos en nuestra vida. Ella no ocultó su actuación de Nabal. Esperó que se le pasara el estupor y le contó lo que había hecho. Esto lo dejó paralizado, al punto que después murió repentinamente. «Porque todo el que se engrandece, será humillado; y el que se humille será engrandecido» (Lc. 14:11).
Abigail fue una mujer sabia, prudente; una mujer de discernimiento, sometida a su marido necio e insensato, que supo actuar rápida y sabiamente para evitar una tragedia.
En ocasiones el temor nos lleva a olvidar las promesas de Dios, y en un intento de huir de Saúl, de nuevo vemos a David confiando en su propia prudencia, escondiéndose una vez más entre los filisteos. David confió en su enemigo más que en su Señor, y estuvo entre ellos junto con sus 600 hombres, durante un año y cuatro meses. En ese tiempo se ganó la confianza de Aquis, rey de Gat, al punto de convertirse en su guarda personal. David lo engañó, haciéndole creer que estaba haciendo batalla contra el pueblo de Israel.
David confiaba en Dios para batallar contra los enemigos de Israel en este tiempo, pero temía a Saúl (27:8-9) y llegó a estos extremos para evitarlo. ¿Puedes pensar en alguna circunstancia en tu propia vida cuando el temor te llevó a dudar de las promesas de Dios y a tratar de salvarte a ti misma?
Para meditar:
- ¿Alguna vez has sido cegada por la ira y llevada a actuar sin pensar en las consecuencias? ¿Qué resultados obtuviste? Recuerda: «Mejor es el lento para la ira que el poderoso, y el que domina su espíritu que el que toma una ciudad» (Prov. 16:32).
- ¿Has sido herida o abusada en el pasado o tratada injustamente? No digas: «Yo pagaré mal por mal; espera en el Señor, y Él te salvará» (Prov. 20:22).
- Recuerda: la venganza es del Señor (Heb. 10:30).
- Lee Romanos 12:17-21.
- Lee 1 Pedro 2:23.
- Encomienda tu vida al Señor. Deja que Él se encargue de obrar a Su tiempo, con Su justicia perfecta.
Recurso recomendado:
Estudio de las mujeres de la Biblia: Abigail.
«...el Señor ciertamente establecerá una casa duradera para mi señor, pues mi señor pelea las batallas del Señor, y el mal no se hallará en usted en todos sus días». -1 Samuel 25:28
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