Día 100 | 1 Samuel 9 - 12
Aunque el nombre de Saúl significa «el que fue pedido», es Dios quien elige a Saúl. Él elige ese rey para Israel y así lo revela a Samuel. El pueblo quería un rey y Él se lo estaba dando, pero Dios lo vio como un rechazo hacia Su persona.
En el Antiguo Testamento vemos cómo Dios capacitaba con el Espíritu Santo a los siervos que Él llamaba a cumplir una función, y en la lectura de hoy vemos al profeta Samuel ungiendo con aceite a Saúl, al rey solicitado por el pueblo, al hombre que Dios había elegido para esta función. Dios orquesta el encuentro de Samuel con Saúl por medio de unas asnas perdidas. De nuevo, un encuentro que apunta a los planes perfectos de Dios y a Su soberana voluntad, llevándose a cabo en la vida de naciones e individuos.
La Escritura indica en el versículo 9 …
Aunque el nombre de Saúl significa «el que fue pedido», es Dios quien elige a Saúl. Él elige ese rey para Israel y así lo revela a Samuel. El pueblo quería un rey y Él se lo estaba dando, pero Dios lo vio como un rechazo hacia Su persona.
En el Antiguo Testamento vemos cómo Dios capacitaba con el Espíritu Santo a los siervos que Él llamaba a cumplir una función, y en la lectura de hoy vemos al profeta Samuel ungiendo con aceite a Saúl, al rey solicitado por el pueblo, al hombre que Dios había elegido para esta función. Dios orquesta el encuentro de Samuel con Saúl por medio de unas asnas perdidas. De nuevo, un encuentro que apunta a los planes perfectos de Dios y a Su soberana voluntad, llevándose a cabo en la vida de naciones e individuos.
La Escritura indica en el versículo 9 del capítulo 10 que «Dios le cambió el corazón» a Saúl. Conociendo la historia de Saúl, sabemos que esto no se trata de una «conversión», sino que Dios inclinó su corazón para que cumpliera la asignación que Él había determinado. Tal y como dice Proverbios 21:1: «Como canales de agua es el corazón del rey en la mano del Señor; Él lo dirige donde le place».
Al momento de su llamado, Saúl parecía ser un hombre humilde: «¿No soy yo benjamita, de la más pequeña de las tribus de Israel, y no es mi familia la menos importante de todas las familias de la tribu de Benjamín?» (9:21). En su temor, Saúl incluso se esconde «entre el bagaje» cuando Samuel lo iba a presentar al pueblo. Saúl se sentía intimidado por el llamado. Sin embargo, veremos que poco a poco comenzó a confiar más y más en sí mismo y a rebelarse contra Dios. Él no terminó de la misma manera como comenzó.
Mientras Saúl cumple con su función de rey, Samuel sigue desempeñándose como profeta y sacerdote, aconsejando sabiamente al pueblo y recordándoles lo que Dios había hecho por ellos. Samuel había actuado íntegramente delante del pueblo. Ahora iniciaba el reinado de Saúl. La victoria de este último sobre los amonitas, su sabia decisión de no matar a los que estaban en contra de su reinado y su reconocimiento de que el Señor le había dado la victoria confirmó su liderazgo y su reinado.
Resulta interesante ver los recordatorios y recomendaciones finales de Samuel para el pueblo, recomendaciones que ellos ignoraron una y otra vez más adelante.
En primer lugar, les recordó que Dios eligió a Saúl en respuesta a su solicitud, habiendo ellos desechado a Dios.
En segundo lugar, les recordó las leyes del Reino.
A continuación, les recordó que tanto él como el rey debían obedecer la voz del Señor:
- No olvidando las grandes cosas que Él había hecho por ellos.
- Temiendo a Dios y sirviéndole de todo corazón.
- Apartándose de la vanidad.
A pesar de haber desechado a Dios, si ellos hacían estas cosas, en Su gran misericordia Dios no los desampararía.
Para meditar:
- A la luz de las cargas y preocupaciones que tienes por la vida y elecciones de algunas personas queridas en tu vida, ¿trae paz a tu corazón saber que Él tiene todos los corazones en Sus manos y los dirige como le place?
- ¿Cómo cambian tus oraciones a la luz de este entendimiento?
- ¿Qué puedes aprender del ejemplo de liderazgo espiritual de Samuel?
- ¿Cómo puedes aplicar la exhortación o recordatorio de Samuel a tu propia vida?
«Solamente teman al Señor y sírvanle en verdad con todo su corazón; pues han visto cuán grandes cosas ha hecho por ustedes». -1 Samuel 12:24
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