Un llamado de alerta
Te invitamos a escuchar este episodio en el que Betsy nos comparte cómo fue para ella entender lo que significa ser una mujer.
Un poco del testimonio de Betsy:
«Yo era una joven que había crecido en la iglesia, me identificaba como cristiana y estaba involucrada en todas las actividades cristianas en las que podía. No andaba en fiestas ni participaba en las cosas “del mundo”, pero el pensamiento del mundo corría por mis venas.
Había aprendido lo que significaba ser una mujer por lo que veía en revistas, en la televisión, en el cine y sobre todo en la música que escuchaba. Los medios de comunicación me enseñaban que la mujer necesitaba ser fuerte, que ella debía luchar por sus derechos.
Aprendí que la superación personal estaba por encima de todos los roles tradicionales, y que una carrera profesional y un lugar en el mercado laboral, opacaban por completo …
Te invitamos a escuchar este episodio en el que Betsy nos comparte cómo fue para ella entender lo que significa ser una mujer.
Un poco del testimonio de Betsy:
«Yo era una joven que había crecido en la iglesia, me identificaba como cristiana y estaba involucrada en todas las actividades cristianas en las que podía. No andaba en fiestas ni participaba en las cosas “del mundo”, pero el pensamiento del mundo corría por mis venas.
Había aprendido lo que significaba ser una mujer por lo que veía en revistas, en la televisión, en el cine y sobre todo en la música que escuchaba. Los medios de comunicación me enseñaban que la mujer necesitaba ser fuerte, que ella debía luchar por sus derechos.
Aprendí que la superación personal estaba por encima de todos los roles tradicionales, y que una carrera profesional y un lugar en el mercado laboral, opacaban por completo los oficios de ama de casa o de madre de tiempo completo. En lugar de correr a la Biblia y construir una idea correcta acerca de lo que significaba ser mujer, yo alimentaba mi mente con el pensamiento del mundo.
Mi trabajo consumía todo mi día y lo disfrutaba, no había nada como salir bien cambiada por las mañanas y dejar todas las labores de la casa y el cuidado de mi hijo en las manos de otras personas. Pensaba que esas labores no me aportaban nada, mi lema era: “si otra persona puede ocuparse de lo ordinario, entonces estaré libre para atender a los asuntos más importantes".
Un día me vi de frente con la verdad de la Palabra de Dios, la cual me enseñó claramente que mi estilo de vida era motivado por motivaciones pecaminosas. Esas mentiras que creí acerca de la feminidad me llevaron en una dirección contraria a las prioridades de Dios.
Por más que pienses que no estás expuesta al peligro de caminar en dirección opuesta a la voluntad de Dios, quiero retarte a que compruebes si tus ideas y convicciones son informadas por el mundo o por la Palabra de Dios».
Actividad extra: Lee Génesis capítulo 1. Identifica qué ideas se repiten, trata de encontrar patrones similares y destaca las cosas que te llamaron la atención.
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